martes, 22 de agosto de 2023

A nuestro Párroco

 

La Asunción de María en palabras de nuestro Arzobispo

La Iglesia celebra una fiesta mariana particularmente querida, que tiene diversos nombres en tantos lugares de nuestra geografía. La Asunción de la Virgen María a los cielos es como un anticipo que nos permite asomarnos al destino último que a cada hijo e hija de Dios se nos ha prometido. Los mil avatares por los que nuestra vida transcurre en un sinfín de caminos en la tierra, desembocan en esa meta final donde hay una puerta con Alguien que nos espera. No somos seres espaciales que giran ciegos y cansinos hasta aburrirnos de nuestras propias órbitas sin alma y sin esperanza, sino que en nuestro corazón se ha escrito un destino, el que explica nuestro origen y el que desea el mejor desenlace bendito.

Somos ciudadanos del cielo, y hacia allí caminan nuestros pies peregrinos. No siempre somos capaces de andar los senderos que nos hacen verdaderos, ni tampoco siempre logramos ser hermanos de los hermanos en los mil cruces de caminos. En ocasiones creemos que llegaremos antes y mejor por atajos que hacen nuestro viaje incierto, e incluso nos sorprendemos que hubiéramos tomado el sendero equivocado.

La vida se nos ha dado para intentarlo. Pero con una grata y saludable buena noticia: que no estamos solos en este intento, y que siempre hay tiempo de enmendar entuertos en los vericuetos torcidos, sabiendo que se nos concede la ocasión de rectificar desvíos que nos llevaban a ninguna parte, podemos aprender incluso de nuestros propios errores, y volver a empezar sin ser rehenes de los momentos malditos.

No estamos solos. Quien más nos ama, el Señor Dios, ha empeñado lo mejor de sí mismo para que la travesía para que la andadura de la vida sea gozosa y en ella se cumplan las promesas para las que Él nos hizo. Mirar al cielo es volver nuestros ojos hacia un horizonte que se corresponde con el anhelo de felicidad, la exigencia de infinito, esa ansia de una belleza, una bondad, una paz y una verdad para las que hemos nacido.

María nos invita a levantar nuestros ojos hacia arriba teniendo los pies sobre la tierra, mientras nuestras manos acarician y sujetan, transforman y embellecen el trozo de historia que se nos ha dado como herencia y como tarea. La Madre de Dios ha llegado a ese hogar eterno después de todas las intemperies, fatigas y peligros. El final toca campanas de fiesta, y como pródigos en todos los caminos, finalmente llegamos a la casa en la que propiamente seremos para siempre hijos. Es el gozo de los ángeles que la liturgia de hoy nos deja entrever con sus cánticos, es la alegría del corazón del Padre Dios al ver que la historia que para nosotros hizo, encuentra en María la feliz conclusión sin asomos fallidos.

Hoy, fiesta de la Asunción de María, miramos al cielo teniendo los pies en la tierra. Como decía el Papa Benedicto XVI, “lo que más necesitamos en este momento de la historia son hombres que, a través de una fe iluminada y vivida, hagan que Dios sea creíble en este mundo. El testimonio negativo de cristianos que hablaban de Dios y vivían contra Él, ha obscurecido la imagen de Dios y ha abierto la puerta a la incredulidad… Solo a través de hombres que hayan sido tocados por Dios, Dios puede volver entre los hombres”.

Queridos hermanos y hermanas, queridos jóvenes, que el latido de nuestro corazón y el abrazo de nuestras manos, sean tocados por Dios hasta ser capaces de hacer un mundo distinto y verdadero, en donde la paz sea posible, la justicia sea un hecho, la alegría se pueda brindar sin engaño y la esperanza llene el corazón. Esto es mirar a María que nos antecede subiendo al cielo.

Imágenes del 15 de Agosto

 













Santa María Reina, culmen de su Asunción a los Cielos

(COPE) Muchas celebraciones tienen su culmen. Ocho días después de celebrar su Asunción a los Cielos, María es Coronada como Reina y Señora de Cielos y tierra. Es la cúspide de su Glorificación. Esta Memoria fue instituida por Pío XII para completar el Dogma de la Asunción.La Sagrada Escritura en el Apocalipsis presenta a María coronada con Doce Estrellas. San Gregorio de Tours habla de María Reina y El Concilio de Éfeso presenta la Realeza de la Virgen.

A ello se unen Santos de la categoría de San Francisco de Asís o San Luis María Grignión de Montfort. También en ciudades italianas como Massa Marítima, o Polonia contemplan este Título Mariano. El Concilio Vaticano II al hablar de la Virgen pone también de relieve este Misterio que recoge como invocación Reina de los Cielos en la letanía del Santo Rosario. En verdad el Señor Dios de Israel ha mantenido su promesa y su Palabra en favor de Abrahán y su descendencia.

Así dispersa a los soberbios de corazón, derribando del trono a los poderosos y enalteciendo a los humildes. Colma a los necesitados de bienes, despidiendo vacíos a los codiciosos. Son palabras recogidas del Evangelio en el Cántico del Magnificat.María enaltecida y exaltada sobre los coros angélicos y celestiales, es Prototipo de la humanidad futura reconciliada en el Amor por la Sangre de Cristo en la Cruz.

Desde el Cielo nos contempla a todos nosotros, que somos sus hijos, e intercede por cada uno de los hombres, mostrándonos a Jesús, Fruto bendito de su vientre. Así es la Reina y Abogada Nuestra que nos lleva a la Tierra de Promisión. Todo esto ha sido recogido en el Arte Sacro con el paso de los tiempos, a modo de catequesis. En algunos cassos presentan a Cristo coronando a su Madre, y en otros se ofrece una Imagen de la Santísima Trinidad coronando a María.

miércoles, 16 de agosto de 2023

Funeral por todos los difuntos de la Parroquia


Papa Francisco: Con su Asunción, la Virgen María muestra cómo ganar el Cielo

(Aciprensa) Al presidir el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro este martes 15 de agosto, Solemnidad de la Virgen María, el Papa Francisco explicó que la Madre de Dios muestra cómo es el doble camino para ganar el Cielo.

“Hoy, solemnidad de la Asunción de la Virgen María, contemplamos su ascensión en cuerpo y alma a la gloria del Cielo. También el Evangelio de hoy nos la presenta ascendiendo, esta vez a una ‘región montañosa’, para ayudar a su prima Isabel, y allí proclama el cántico gozoso del Magnificat. María sube y la Palabra de Dios nos revela lo que la caracteriza mientras sube: el servicio al prójimo y la alabanza a Dios”, afirmó el Pontífice al iniciar su reflexión este mediodía, bajo el sol de Roma.

El Santo Padre meditó también brevemente sobre la vida de Cristo, “una ascensión hacia Jerusalén, el lugar de la entrega de sí mismo en la cruz”. Él y su Madre, continuó, “vencen a la muerte y resucitan; dos vidas cuyos secretos son el servicio y la alabanza”.

Sobre el servicio de María, el Papa resaltó que no es algo fácil de hacer. “La Virgen, que acaba de concebir, recorre casi 150 kilómetros para llegar a casa de Isabel desde Nazaret. ¡Ayudar tiene su precio! También nosotros lo experimentamos, en el cansancio, la paciencia y las preocupaciones que conlleva el cuidado de los demás”.

Del mismo modo, en quienes se sacrifican para cuidar a niños o ancianos, o a quienes “no tienen nada que devolver”, hay un compromiso ciertamente “fatigoso, pero es subir hacia lo alto, ¡es ganar el Cielo! Pero el servicio corre el riesgo de ser estéril sin la alabanza a Dios”.

En ese sentido, la Virgen María no habla de su cansancio al llegar a casa de Isabel, sino que se desborda en una “cascada de alabanzas”, que la llevan a recitar el Magnificat, en el que alaba especialmente a Dios.

“La alabanza aumenta la alegría. La alabanza es como una escalera: eleva los corazones. La alabanza levanta el ánimo y vence la tentación de caer. ¡Qué bueno es alabar a Dios cada día, y también a los demás! ¡Qué bueno es vivir de gratitud y bendición en lugar de lamentaciones y quejas, mirar hacia lo alto en lugar de enfadarse! Servicio y alabanza”, continuó el Papa Francisco.

De ese modo el Pontífice animó a cuestionarse: “¿Vivo mi trabajo y mis ocupaciones cotidianas con espíritu de servicio o egoísmo? ¿Me dedico a alguien gratuitamente, sin buscar beneficios inmediatos? En definitiva, ¿hago del servicio el ‘trampolín’ de mi vida?”.

“Y pensando en la alabanza: ¿sé, como María, exultar en Dios? ¿Rezo bendiciendo al Señor? Y, después de alabarlo, ¿contagio su alegría entre las personas que encuentro? Que cada uno se haga estas preguntas y que nuestra Madre, Asunta al Cielo, nos ayude a subir cada día más hacia lo alto mediante el servicio y la alabanza”, concluyó.

Rezar por la paz

Tras la conclusión del rezo del Ángelus, el Papa Francisco confió a María Asunta al Cielo “la súplica por la paz, en Ucrania y en todas las regiones laceradas por la guerra, ¡son tantas por desgracia!”.

“El estruendo de las armas tapa las tentativas de diálogo, el derecho de la fuerza prevalece sobre la fuerza del derecho, pero no nos dejemos desalentar, sigamos esperando y rezando, porque es Dios, es Él quien guía la historia. ¡Que nos escuche!”, pidió el Papa.

Rehabilitación de la Casa Rectoral



martes, 15 de agosto de 2023

¿A qué edad la Virgen María fue asunta al cielo? Esto dice un santo y Padre de la lglesia

(Aciprensa) La tradición católica señala que, terminado su peregrinar por la tierra, la Virgen María fue llevada al cielo en cuerpo y alma. Pero también indica que esto se dio varios años después de que Cristo subió al cielo. ¿Cuándo sucedió y qué edad tenía la Madre de Dios? Aquí les compartimos lo que sostiene un Padre de la Iglesia.

Este 2023 se cumplen 1620 años de la muerte de San Epifanio (310-403), obispo que nació en Judea (Tierra Santa) y que se convirtió en defensor de la ortodoxia cristiana (recta doctrina). Este gran apologeta abordó el tema de la Asunción y señaló que María vivió 24 años más después de la Ascensión de Cristo.

Para el santo, la Anunciación-Encarnación tuvo lugar cuando la Virgen María contaba con 14 años y dio a luz al tener 15. A partir de entonces estuvo con su Hijo 33 años, y luego 24 más sin Él, lo que da un total de 72 años.

Es preciso hacer notar que la Sagrada Escritura, basándose en el Salmo 90, entiende que los 70 años de edad son un signo de madurez de la vida humana.

“Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta, si tenemos más vigor…”, afirma el Salmo que se cree es una oración de Moisés.

No obstante, de acuerdo al Beato dominico Santiago de La Vorágine, hay otros relatos que indican que la Virgen María sólo estuvo 12 años más en la tierra luego de la Ascensión de Jesús, el tiempo que se considera que los Apóstoles anunciaron la Buena Nueva por Judea y sus alrededores.

15 de Agosto


Homilía de nuestro Párroco en la Solemnidad de la Asunción 2023


Querido Páter D. Juan Luis, Comisión de fiestas ‘’los Paxarros’’,
 representantes de otras asociaciones y realidades de Viella, 
 fieles y hermanos todos:

¡Feliz Solemnidad de la Asunción de María! Es hoy un día de alegría para nuestro pueblo, pues el triunfo de Nuestra Señora lo hacemos también propio. Que una mujer de carne y hueso haya sido elevada al cielo en cuerpo y alma es lo que todos desearíamos poder alcanzar: llegar a la gloria sin pasar por la muerte, el sepulcro y la corrupción. Por eso hacemos esta fiesta, pues tenemos por Patrona a la “vestida de sol y coronada con doce estrellas” que nos ha recordado la lectura del Apocalipsis, y que también poéticamente algunos feligrés tiempo atrás rezaban... Es Aquella a la que llamamos abogada nuestra, pues estamos seguros que no sólo nos ha de asistir en la hora de nuestra muerte, sino especialmente intercediendo ante el trono de su Hijo, pidiendo para nosotros la misericordia que no merecen nuestros pecados.

En esta mañana quisiera compartir con vosotros tres ideas que podemos hacer nuestras meditando este misterio y dogma de la Asunción de María, al amparo de la palabra de Dios que ha sido proclamada:

1° Cumplir la misión. ¡Como Ella!... María fue elegida para una misión, y al completar su vida mortal recibió la distinción de ser elevada en cuerpo y alma a los cielos. Es evidente que el Altísimo evidenció con este gesto que la bendita Niña de Nazaret no sólo cumplió, sino que dio plenitud a la tarea de llevar adelante ser la Madre del Redentor. No es fácil siempre cumplir con nuestras misiones, a menudo hemos de elegir entre quedar bien o hacer lo que corresponde. Por ejemplo, cuando yo asumí esta Parroquia sabía perfectamente cómo podía hacer para caer bien a todo el mundo, diciendo sí y amén a todos, en especial a los que se sentían dueños de la Parroquia -o ya lo eran- en no poco uso y abuso de la misma. Ello tal vez me hubiera permitido más tranquilidad, sonrisas, palmadas en la espalda y menos disgustos. Pero habría traicionado la misión encomendada y a mis propios superiores que me indicaron antes de llegar lo que querían y esperaban de mí, lo cual implicaba cambiar algunas cosas ante la misión y realidad que asumía, ni era posible ante la realidad que asumía. Lógicamente para ello me puse en manos de María, nuestra Patrona, como modelo de obediencia y fidelidad.

2° La mundanidad, engaño del mal. Los católicos aspiramos al cielo; nuestra meta no es otra que esa. Somos de Dios y vamos a Él. Esto al demonio le preocupa mucho, por eso nos tiende trampas en las que caemos fácilmente. Seguro que muchos recordareis esa canción que tanto gustaba a los padres dominicos: "el demonio a la oreja me está diciendo, deja misa y rosario sigue durmiendo, viva María, viva el rosario, viva santo domingo que lo ha fundado". Así es: la pereza, la infidelidad al Señor y el ocio malentendido marcan nuestro mundo actual, el cual nos ofrece muchas cosas pero, finalmente, la única que importará cuando nos llegue la muerte no serán los títulos académicos o nobiliarios, ni los países visitados, ni las horas de gimnasio, ni el dinero acumulado para otros, ni las escrituras y propiedades... Eso no valdrá para nada y se quedará todo aquí, y posiblemente, llevando la penitencia en el pecado, en manos de quien no quisiéramos… Siempre digo que tras una carroza fúnebre nuca va ni un camión de mudanzas ni un furgón blindado… En el momento de nuestra muerte el Señor nos preguntará algo de lo que ya sabe Él bien la verdadera respuesta: ¿has amado? ¿has perdonado?... Celebrar la Asunción de María es una invitación a reflexionar sobre el misterio de la muerte en clave de fe; es decir, no viendo ésta como algo oscuro, sino como algo cargado de luz. Vuestros antepasados y feligreses al honrar a María en un día como hoy, lo hacían desde la piedad y la esperanza ante la muerte, rosario en mano y Salve cantada tras la misa y procesión, que daba luego sentido a la mesa compartida de cordero que nos recuerda al Pascual. Ser fieles a esta herencia dignifica su memoria y nos emplaza a nosotros a ese cielo al que María llega hoy…

Os aseguro que se puede vivir el final de nuestra existencia y nuestra propia muerte con alegría. Sirva el ejemplo:

 Hace un mes del fallecimiento de un joven muchacho de Salamanca del que quizás algunos habréis oído hablar: Pablo María de la Cruz, el cual a sus veintiún años ha sabido aprovechar su enfermedad y su propia agonía para hacer el bien hasta el punto de que él animaba a su familia y amigos a no estar tristes, pues se iba feliz y con la alegría de saber que se había preparado como Dios manda, confesando semanalmente, participando diariamente de misa y rosario, y habiendo recibido la unión de enfermos… Se fue sonriendo, pues sabía que iba al cielo. Y por eso su funeral -está colgado en internet- fue una fiesta de sonrisas: ni una lágrima, ni una persona vestida de luto; se respiraba gozo, esperanza y vida. Ojalá supiéramos terminar así nuestra vida, reconciliados con el Señor y los hermanos, con la esperanza firme de saber que nuestra patria no es ésta, sino el cielo. Por eso, no nos atemos tanto a las cosas del mundo que no nos hacen nada bien. En el salmo hemos cantado: ‘’De pie a tu derecha está la Reina’’, y es que este antiquísimo salmo describe perfectamente dónde está María: en la gloria, junto a la diestra del Padre, coronada como Señora de todo lo creado. Dejemos que también sea Ella Reina de nuestras vidas.

3° Su luz nos hace ver la luz. Esta es la última idea: tenemos que pedirle a Nuestra Señora en este día que nos lleve a su Hijo, que es en verdad el protagonista de toda esta historia. Es muy cierto que nuestra Parroquia está dedicada a Ella, que su imagen preside el lugar principal del templo, que las fiestas las hacemos para honrarla, pero no podemos perder de vista que María no es la meta, sino el faro indicador que nos conduce a su Hijo Jesucristo. Al mirar la belleza y la luz de Nuestra Señora hemos de presentarle esta plegaria: ‘’que en tu luz, podamos ver su luz’’; es decir, que Ella nos lleve a Él. En el evangelio María nos regala ese cántico del “Magnificat” donde nos aclara el secreto de por qué Dios se ha fijado en ella y la ha elegido: ‘’porque ha mirado la humillación de su esclava’’. Y es que muchas veces no acabamos de comprenderlo: nuestro Dios no está en lo extraordinario, sino en lo cotidiano; no busca la grandiosidad, sino la sencillez…

Concluyo: Cuando vivimos la crisis sanitaria del covid-19, Rodrigo puso a los pies de la imagen de Nuestra Señora de la Asunción el escudo de Viella impreso a ordenador de modo sencillo. El año pasado los caballeros de la “Orden del Paxu” nos regalaron una pegatina del escudo más elaborada y que es la que ahora veis en el retablo. Es ésta la ofrenda que también le queremos hacer a la Santísima Virgen: poner a nuestro pueblo, a sus gentes, familias y problemas, a sus enfermos y mayores, niños y jóvenes, empresas y negocios y, sobre todo, a nuestros antepasados difuntos que nos transmitieron la fe a los pies de María Asumpta al Cielo.

Ella que es vida, dulzura y esperanza nuestra, a buen seguro nos escuchará. Que así sea.

lunes, 14 de agosto de 2023

Recuerdos








¿Por qué el Papa Pío XII proclamó en 1950 como dogma de fe la elevación de la Virgen a los Cielos?

Este martes, 15 de agosto, la Iglesia celebra la solemnidad litúrgica de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los Cielos. Venerado y profesado este misterio de la fe cristiana por el pueblo fiel durante siglos, fue el Papa Pío XII quien lo proclamó como dogma de fe.

La fiesta de la Asunción significa que la Virgen María, al término de su peregrinación terrena y en virtud de su contribución a la historia de la salvación como Madre del Redentor, fue liberada por la gracia de Dios de la corrupción del sepulcro y elevada en cuerpo y alma a los cielos, donde está y actúa como mediadora entre Dios y los hombres.

La historia de la solemnidad litúrgica

La primera referencia oficial a la Asunción se halla en la liturgia oriental; en el siglo IV se celebraba la fiesta de El Recuerdo de María, que conmemoraba la entrada al cielo de la Virgen María y donde se hacía referencia a su Asunción. Esta fiesta en el siglo VI fue llamada la Dormición de María, donde se celebraba la muerte, resurrección y asunción de María. En el siglo VII el nombre pasó de «Dormición» a «Asunción». Los relatos apócrifos sobre la asunción de María aparecen aproximadamente desde el siglo IV y V. Siendo el más difundido y posiblemente uno de los más antiguos en el oriente bizantino el Libro de San Juan Evangelista.

Sin embargo, la doctrina de la Asunción de María no fue desarrollada sino hasta el siglo XII donde aparece el tratado Ad Interrogata, atribuido a San Agustín, el cual aceptaba la asunción corporal de María. Santo Tomás de Aquino y otros grandes teólogos se declararon en su favor.

En 1849 llegaron las primeras peticiones a la Santa Sede de parte de los obispos para que la Asunción se declarara como doctrina de fe; estas peticiones aumentaron conforme pasaron los años. Cuando el Papa Pío XII consultó al episcopado en 1946 por medio de la carta Deiparae Virginis Mariae, la afirmación de que fuera declarada dogma fue casi unánime.
El dogma de fe y las palabras de los papas

“La Inmaculada siempre Virgen María, Madre de Dios, terminado el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial”, así dice la constitución apostólica “Munificentissimus Deus”, con la que el Papa Pío XII proclamó este dogma de fe en 1950 y cuya fiesta se celebra como solemnidad cada 15 de agosto. Años después, San Juan Pablo II, al hablar de este dogma de la Asunción en 1997 explicó que “en efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio".

En este sentido, tal como lo afirmó Benedicto XVI en 2011, "María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”. Asimismo, el Papa Franciscoseñaló en 2013 que “esto no significa que esté lejos, que se separe de nosotros; María, por el contrario, nos acompaña, lucha con nosotros, sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal”.
Las fiestas en España y en Iberoamérica

Según establece la liturgia eclesiástica la Asunción de María representa el consuelo para el pueblo y la esperanza de una vida más allá de la terrenal. Según la tradición y teología de la Iglesia Católica, la Asunción es la celebración de cuando el cuerpo y alma de la Virgen María fueron glorificados y llevados al Cielo al término de su vida terrena. No debe ser confundido con la Ascensión, la cual se refiere a Jesucristo. Se dice que la resurrección de los cuerpos se dará al final de los tiempos, pero en el caso de la Virgen María este hecho fue anticipado por un singular privilegio.

La respuesta a por qué es importante para los católicos esta fiesta, la encontramos en el Catecismo de la Iglesia Católica, que dice en el numeral 966: “La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos”.

Día grande


sábado, 12 de agosto de 2023

''Hacer el cestu''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

De los diez -o incluso podríamos reducir a los tres- sacerdotes más longevos que siguen en activo en la archidiócesis de Oviedo, dos de ellos fueron párrocos en Viella. El primero Don José Manuel Alonso García, que a sus 93 años atiende cuatro parroquias en la zona rural de Gijón: Vega y Huerces, en las que lleva ya más de medio siglo, y Baldornón y Fano, que se le añadieron hace casi dos décadas. Más cerca tenemos a Don José Luis Fernández Polvorosa, que a sus esplendorosos 91 años atiende las parroquias vecinas de la Fresneda, Bobes y San Miguel de la Barreda; en la que más, tres décadas; en la que menos, diez años. Además de la “intermedia” creada por él, como primer y único párroco al segregarse el territorio de la Fresneda de la parroquia de Viella, por decreto episcopal del entonces Arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán.

Decía un curial del Arzobispado que el secreto de la fortaleza de estos dos curas aludidos y que hoy junto con el párroco de Ujo (Mieres) están entre los de mayor edad al servicio de la Iglesia en Asturias era el haber pasado por Viella, y es que hay destinos que curten hasta el punto de hacer a las personas aún más duras y fuertes. Damos gracias a Dios por la vida de estos pastores, al tiempo que pedimos para ellos salud, y que así puedan seguir trabajando ante la escasez vocacional que padecemos.

Uno de ellos, Don José Manuel, tiene una frase muy recurrente cuando le llegan críticas o quejas de feligreses que le dicen que sería mejor hacer esto así o de la otra manera; el buen cura encogido de hombros siempre responde: ''yo tengo que hacer el cestu con los mimbres que tengo''… No podemos vivir negando la realidad que nos rodea nos guste o no; esta se impone cada día. Nadie niega que algunos sueños se puedan cumplir, pero para lograrlos una comunidad ha de trabajar conjuntamente. Los antepasados de Viella sabían muchos de cestos y paxos, mimbres y macones; paneres y gabies, pexeles y goxes... En definitiva, esa cultura milenaria de “los cesteros” esconde el secreto de lograr la unidad desde la diversidad. Siendo único el cesto, se compone de numerosos mimbres tan singulares como diferentes. A eso estamos llamados todos como pueblo y Parroquia, y la Fiesta ha de ser un buen momento para superar obstáculos y diferencias valorando desde lo particular el todo, pero para lograr esto hay que superar lo que decía Santo Domingo de Guzmán a sus frailes: “No hay enemigo tan cruel como el que llevamos dentro”… Si somos capaces de superar la dificultad del primer paso, el resto irá rodado.

Agradezco a la Asociación de festejos ‘’Los Paxarros’’ su consideración conmigo, y cómo preparan con esmero estos gozosos días de fiesta en honor de nuestra Patrona. Que Ella, la Madre de Dios de La Nozana assumpta al cielo interceda por nuestro pueblo de Viella para que desde la diversidad crezca en la unidad de todos sus miembros, pues aunque -gracias a Dios- no seamos iguales, juntos podemos hacer “el cestu”.



Joaquín Manuel Serrano Vila
Párroco de Santa María de Viella

Fiesta Patronal 2023


La Asunción de María al cielo en cuerpo y alma. Por Gerardo Di Fazio

Este 15 de agosto se celebrará para los cristianos, tanto católicos como ortodoxos, una muy querida fecha: “la Asunción de la Virgen”. Dicha asunción de María al cielo es un dogma de fe declarado desde 1950. En realidad, esta creencia ha estado siempre muy extendida y constituyó una forma de devoción muy arraigada e importante, incluso mucho antes de su reconocimiento oficial. Según la Iglesia católica María, habiendo llegado al final de su vida mortal, ascendió al cielo no sólo como alma, sino también con su propio cuerpo. De hecho, el término Asunción significa “que es elevada”. No se debe confundir con la “Ascensión del señor Jesús a los cielos” que es definido como “el que sube”. María, como ser creado es subida a la gloria celeste; en cambio Jesús, como parte de la Trinidad, “sube” por mérito propio. También la Asunción de María se distingue de la “elevatio animae”, figura típica de la iconografía religiosa, que representa la ascensión al cielo del alma de un santo, generalmente escoltada por ángeles.

San Juan Damasceno, doctor de la Iglesia que vivió entre los siglos VII y VIII, escribió: “Convenía que la que había conservado intacta su virginidad en el parto conservara intacto su cuerpo de la corrupción después de la muerte. Convenía que la que había llevado al Creador hiciese un niño en su seno habitara en la morada divina. Era apropiado que la Novia de Dios entrara en el hogar celestial. Convenía que ella, que había visto a su propio hijo en la Cruz, recibiendo en su cuerpo el dolor que se había ahorrado en el parto, lo contemplara sentado a la diestra del Padre. Era conveniente que la Madre de Dios poseyó lo que le correspondía a causa de su hijo y fue honrada por todas las criaturas como Madre y esclava de Dios.”

Y nuevamente un escritor anónimo antiguo escribió: “Cristo, nuestro salvador y Dios, dador de vida e inmortalidad, fue él quien devolvió la vida a la Madre. Él fue quien hizo a la que lo dio a luz igual a él en la incorruptibilidad del cuerpo, y para siempre. Fue él quien la resucitó de entre los muertos y la acogió junto a él, por un camino que sólo él conoce”.

Esta festividad ¿es solo para los católicos? No son sólo los cristianos católicos son los que honran la Asunción de Nuestra Señora. Las iglesias armenias, ortodoxas y anglicanas lo celebran por turno, siempre el 15 de agosto, pero armenios y ortodoxos lo celebran como la Dormición (dormitio Virginis). De hecho, su tradición dice que María fue acogida en el paraíso en cuerpo y alma después de caer en un sueño profundo, pero sin morir. En cambio, los católicos no descartan que este evento milagroso coincidiera con su muerte. En ambos casos podemos leer en la Asunción de María al cielo una anticipación de aquella resurrección prometida a todos los hombres al final de los tiempos. La Dormición de María se convirtió en una celebración reconocida en Oriente por decreto imperial ya en el siglo VI. Sin embargo ni para los ortodoxos ni para los armenios la Dormición y la Asunción son dogmas.

En cuanto a la Dormición, la ambigüedad surge del hecho de que la palabra griega κοιμησις, presente en los textos eclesiásticos antiguos, significa tanto “dormir” como “muerte”. El término latino dormitio también significa “dormir”, pero en los textos religiosos a menudo se usa para “muerte”. Las iglesias protestantes no comparten esta definición dado que no hay referencia en la Biblia a la Asunción de María, por lo que no es reconocida por ellos.

Fue el Papa Pío XII quien proclamó el dogma de la Asunción de María el 1 de noviembre de 1950, año santo, a través de la constitución apostólica “Munificentissimus Deus”: “Por tanto, después de haber elevado de nuevo suplicantes ruegos a Dios, y de haber invocado la luz de la Espíritu de Verdad, para gloria de Dios todopoderoso, que derramó su especial benevolencia en la virgen María en honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte, para mayor gloria de su augusta Madre y del gozo y júbilo de toda la iglesia, por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y el nuestro, pronunciamos, declaramos y definimos como dogma revelado por Dios que: la inmaculada Madre de Dios siempre virgen María, habiendo cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial. Por tanto, si alguno, que Dios no lo quiera, se atreve a negar o cuestionar voluntariamente lo que ha sido definido por Nosotros, que sepa que ha fallado en la fe divina y católica.”

En Italia y España como en muchos lugares de América Latina se organizan grandes celebraciones en muchas ciudades y pueblos. A menudo, la fiesta de la Asunción se celebra con procesiones solemnes, durante las cuales se lleva por las calles una estatua que a menudo representa a la Virgen dormida. También existen numerosas instituciones eclesiásticas y órdenes religiosas dedicadas a la Asunción de María. En nuestro país este día se lo conoce comúnmente como “la fiesta de santa María” y a pesar de no ser feriado, en muchos pueblos y ciudades se celebran grandes procesiones y festividades.

El tema de la Asunción de la Virgen ha inspirado a muchos artistas ilustres a lo largo de los siglos, que han intentado plasmar el milagro de su ascensión al cielo en pinturas y estatuas. Además de la “elevatio animae” de santos y santas, la Asunción siempre ha sido recurrente en la iconografía religiosa. Basta pensar en el grandioso fresco de Correggio sobre el altar mayor de la Catedral de Parma, que representa la Asunción de la Virgen, o la pintura La Asunción , de Tiziano, en el altar mayor de la basílica de Santa María Gloriosa dei Frari en Venecia.

En torno a la figura de María, la iglesia católica posee ciertos Dogmas. Un dogma es una verdad de la fe que es irrefutable y que forma parte de lo que creen y deben profesar sin dudar todos los católicos sean de la Iglesia de Roma o de las demás Iglesias que están en comunión con la sede de Pedro. En este caso, los dogmas Marianos tienen siempre relación con su maternidad Divina y por ser la Madre de Dios; por tanto están directamente ligados a Jesús, como Hijo de Dios.

«Los jóvenes no son solo el futuro, sino que son también el presente de la Iglesia»

(Iglesia de Asturias) «Un regalo», así ha descrito esta mañana en declaraciones a Cope Asturias lo que han supuesto los diferentes encuentros que, hasta el momento, ha podido mantener el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, con los jóvenes en la JMJ de Lisboa. «Son jornadas muy intensas –ha reconocido–, pero apasionantes». Mons. Sanz recordó que en Lisboa se encuentran alrededor de 500 jóvenes asturianos, de los cuales la mitad han viajado hasta la ciudad portuguesa con la Delegación episcopal de Juventud, y la otra mitad pertenecen a diferentes grupos y movimientos apostólicos. Destacó el acto de acogida que tuvo lugar ayer jueves con el Papa Francisco, «donde pudimos ver que en esta JMJ se encuentran representados todos los países del mundo, menos uno, que no ha podido enviar a nadie. Pudimos comprobar que aquí están representantes de toda la tierra, de todas las culturas, los colores, los idiomas, unidos por la fe en Jesucristo y la pertenencia a la Iglesia».

«La juventud –explicó– no es solamente el futuro de la Iglesia, sino que también es el presente, y porque es el presente tenemos esperanza cuando nos asomamos al mañana». Con los jóvenes precisamente tuvo un encuentro especial el pasado miércoles, donde tuvo la posibilidad de impartir una catequesis en la iglesia de Santa María de Marvila (Santarem), y donde pudo comprobar «que los jóvenes tienen preguntas. No siempre tienen también las respuestas, pero las preguntas están a flor de piel. Ayer nos decía el Papa que es importante tener preguntas –manifestaba en Herrera en Cope Asturias–, porque eso significa que se está vivo, que se tienen inquietudes, que no se quiere claudicar. Son preguntas que no se han puesto ellos a sí mismos, pero que las reconocen sin censura en su corazón». «En mi catequesis –afirmó el Arzobispo de Oviedo–, hablé sobre la Ecología integral, porque ese era el tema que me habían asignado, y decía que tenemos tres interlocutores para una sana ecología: Dios, mis hermanos y la tierra. Los jóvenes están intentando conciliar su relación con Dios, con el otro y con la creación, y me sorprendieron las preguntas que surgieron de manera espontánea al finalizar. Me di cuenta que esta gente piensa, está inquieta y merece la pena escucharles y responderles».

El Parque del Perdón, la feria vocacional, y las numerosas iniciativas culturales y religiosas que están teniendo lugar estos días en la JMJ de Lisboa van a ir finalizando con la celebración del Vía Crucis, esta tarde, la Vigilia del Sábado y la Eucaristía final del domingo, que pondrán el broche de oro a unos momentos históricos, que servirán para alimentar la formación, la ilusión y la espiritualidad de los jóvenes en las diócesis en los próximos meses, esperando, como siempre, a la próxima.

Nuestro Cirio pascual 2023 pintado a mano por nuestro seminarista Jhon Angel Terán Quintero

Oración por el Triunfo de la Fe Católica

Dios todopoderoso y eterno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, arrodillados ante Tu Majestad, Te damos gracias desde lo más profundo de nuestra alma por el don inestimable de la fe católica, que Tu has dignado revelarnos por medio de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Recibimos esta luz divina en el santo bautismo y os hemos prometido mantener esta fe inviolada hasta la muerte.

Aumenta en nosotros el don de la fe católica. Que sea ella por Tu gracia fortalecida y hecho inquebrantable. Incrementa diariamente en nosotros la comprensión de la belleza y de la profundidad de la fe católica, para que podamos vivir en el profundo gozo de Tu verdad divina y estar dispuestos a sacrificar todo antes que transigir o traicionar esta fe. Concédenos la gracia de ser decididos a sufrir mil muertes por un solo artículo del Credo.

Recibe con bondad nuestro acto de humilde reparación por todos los pecados cometidos contra la fe católica por los laicos y el clero, especialmente por los altos clérigos que, contrariando la solemne promesa que hicieron en su ordenación de ser maestros y defensores de la integridad de la fe católica, se han convertido en paladines de la herejía, envenenando el rebaño que les ha sido confiado y ofendiendo gravemente a la Divina Majestad de Jesucristo, la Verdad encarnada.

Concédenos la gracia de ver todos los acontecimientos de nuestra vida, y las inmensas pruebas que ahora atraviesa nuestra santa Madre Iglesia, en la luz sobrenatural de la fe. Haz nos creer que Tú harás surgir del vasto desierto espiritual de hoy un renovado florecimiento de la fe que adornará el jardín de la Iglesia con nuevas obras de fe y dará lugar a una nueva era de fe.

Creemos firmemente que la fe católica es la única fe y religión verdadera, que Tu invitas a toda persona humana a abrazar libremente. Que por la intercesión de la Santísima Virgen María, destructora de todas las herejías, y los grandes Mártires y Confesores de la fe, la fe santa, católica y apostólica triunfe nuevamente en la Iglesia y en el mundo, para que ninguna alma se pierda sino antes bien, llegue al conocimiento de Jesucristo, único Salvador de la humanidad, y por una fe recta y una vida justa alcanza la bienaventuranza eterna en Ti, oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. A Ti sea dado todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.


+ Athanasius Schneider, 
Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa María en Astana