martes, 30 de agosto de 2016

Repasando el Catecismo (XXII)

Resultat d'imatges de eucaristia

El desarrollo de la celebración

1348 Todos se reúnen. Los cristianos acuden a un mismo lugar para la asamblea eucarística. A su cabeza está Cristo mismo que es el actor principal de la Eucaristía. Él es sumo sacerdote de la Nueva Alianza. Él mismo es quien preside invisiblemente toda celebración eucarística. Como representante suyo, el obispo o el presbítero (actuando in persona Christi capitis) preside la asamblea, toma la palabra después de las lecturas, recibe las ofrendas y dice la plegaria eucarística. Todos tienen parte activa en la celebración, cada uno a su manera: los lectores, los que presentan las ofrendas, los que dan la comunión, y el pueblo entero cuyo "Amén" manifiesta su participación.

1349 La liturgia de la Palabra comprende "los escritos de los profetas", es decir, el Antiguo Testamento, y "las memorias de los Apóstoles", es decir sus cartas y los Evangelios; después la homilía que exhorta a acoger esta palabra como lo que es verdaderamente, Palabra de Dios (cf 1 Ts 2,13), y a ponerla en práctica; vienen luego las intercesiones por todos los hombres, según la palabra del apóstol: "Ante todo, recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad" (1 Tm 2,1-2).

1350 La presentación de las ofrendas (el ofertorio): entonces se lleva al altar, a veces en procesión, el pan y el vino que serán ofrecidos por el sacerdote en nombre de Cristo en el sacrificio eucarístico en el que se convertirán en su Cuerpo y en su Sangre. Es la acción misma de Cristo en la última Cena, "tomando pan y una copa". "Sólo la Iglesia presenta esta oblación, pura, al Creador, ofreciéndole con acción de gracias lo que proviene de su creación" (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses 4, 18, 4; cf. Ml 1,11). La presentación de las ofrendas en el altar hace suyo el gesto de Melquisedec y pone los dones del Creador en las manos de Cristo. Él es quien, en su sacrificio, lleva a la perfección todos los intentos humanos de ofrecer sacrificios.

1351 Desde el principio, junto con el pan y el vino para la Eucaristía, los cristianos presentan también sus dones para compartirlos con los que tienen necesidad. Esta costumbre de lacolecta (cf 1 Co 16,1), siempre actual, se inspira en el ejemplo de Cristo que se hizo pobre para enriquecernos (cf 2 Co 8,9):


«Los que son ricos y lo desean, cada uno según lo que se ha impuesto; lo que es recogido es entregado al que preside, y él atiende a los huérfanos y viudas, a los que la enfermedad u otra causa priva de recursos, los presos, los inmigrantes y, en una palabra, socorre a todos los que están en necesidad» (San Justino,Apologia, 1, 67,6).

1352 La Anáfora: Con la plegaria eucarística, oración de acción de gracias y de consagración llegamos al corazón y a la cumbre de la celebración:

En el prefacio, la Iglesia da gracias al Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo, por todas sus obras , por la creación, la redención y la santificación. Toda la asamblea se une entonces a la alabanza incesante que la Iglesia celestial, los ángeles y todos los santos, cantan al Dios tres veces santo.

1353 En la epíclesis, la Iglesia pide al Padre que envíe su Espíritu Santo (o el poder de su bendición (cf Plegaria Eucarística I o Canon romano, 90; Misal Romano) sobre el pan y el vino, para que se conviertan por su poder, en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, y que quienes toman parte en la Eucaristía sean un solo cuerpo y un solo espíritu (algunas tradiciones litúrgicas colocan la epíclesis después de la anámnesis).

En el relato de la institución, la fuerza de las palabras y de la acción de Cristo y el poder del Espíritu Santo hacen sacramentalmente presentes bajo las especies de pan y de vino su Cuerpo y su Sangre, su sacrificio ofrecido en la cruz de una vez para siempre.

1354 En la anámnesis que sigue, la Iglesia hace memoria de la pasión, de la resurrección y del retorno glorioso de Cristo Jesús; presenta al Padre la ofrenda de su Hijo que nos reconcilia con Él.

En las intercesiones, la Iglesia expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia del cielo y de la tierra, de los vivos y de los difuntos, y en comunión con los pastores de la Iglesia, el Papa, el obispo de la diócesis, su presbiterio y sus diáconos y todos los obispos del mundo entero con sus Iglesias.

1355 En la comunión, precedida por la oración del Señor y de la fracción del pan, los fieles reciben "el pan del cielo" y "el cáliz de la salvación", el Cuerpo y la Sangre de Cristo que se entregó "para la vida del mundo" (Jn 6,51):


Porque este pan y este vino han sido, según la expresión antigua "eucaristizados" /cf. San Justino, Apologia, 1, 65), "llamamos a este alimento Eucaristía y nadie puede tomar parte en él si no cree en la verdad de lo que se enseña entre nosotros, si no ha recibido el baño para el perdón de los pecados y el nuevo nacimiento, y si no vive según los preceptos de Cristo" (San Justino, Apologia, 1, 66: CA 1, 180 [PG 6, 428]).

Ya tenemos órgano


Alabanzas a María


Cuando somos humildes ante Dios, Él nos ensalza, señala el Papa Francisco

Cuando somos humildes ante Dios, Él nos ensalza, señala el Papa Francisco

(Arciprensa)
Antes del rezo del Ángelus, el Papa Francisco comentó el Evangelio del día y habló sobre la humildad y la hospitalidad, dos virtudes propias del cristiano que tienen como recompensa la Vida Eterna.

Francisco comentó el Evangelio, en el que se observa “a Jesús en la casa de uno de los jefes de los fariseos, donde se ve cómo los invitados al almuerzo se afanaban por elegir los primeros puestos”.

Recordó entonces que Jesús pide ser el último pero “no intenta dar normas de comportamiento, sino una lección sobre el valor de la humildad”.

“La historia enseña que el orgullo, el arribismo, la vanidad, la ostentación son la causa de muchos males”, destacó.

El Papa explicó que “Jesús nos hace entender la necesidad de elegir el último puesto, de buscar la pequeñez y el ‘ocultarse’. Cuando nos ponemos ante Dios en esta dimensión de humildad, entonces Dios nos exalta, si inclina hacia nosotros para elevarnos a sí”.

A este respecto, recordó que “¡Dios paga mucho más que los hombres! ¡Él nos da un puesto mucho más hermoso que el que nos dan los hombres! El puesto que nos da Dios está cerca de su corazón y su recompensa es la vida eterna”.

El Santo Padre también habló de la hospitalidad que describe Jesús en la segunda parábola del Evangelio. “Se trata de elegir la gratuidad en lugar del cálculo oportuno que busca obtener una recompensa”, explicó.

“Los pobres, los sencillos, aquellos que no cuentan no podrán nunca devolver una invitación a la mesa del banquete. Así Jesús demuestra su preferencia por los pobres y los excluidos, que son los privilegiados del Reino de Dios, y lanza el mensaje fundamental del Evangelio que es servir al prójimo por amor de Dios”.

“Hoy –continuó– Jesús se hace voz de quien no tiene voz y dirige a cada uno de nosotros un cordial llamado a abrir el corazón y hacer nuestros los sufrimientos y las ansias de los pobres, de los enfermos, de los marginados, de los prófugos, de los derrotados de la vida, de cuantos son descartados por la sociedad y por la prepotencia de los más fuertes”.

Francisco aprovechó para agradecer a los voluntarios que “ofrecen su servicio, dando de comer a personas solas, derrotadas, sin trabajo o sin casa”.

“Estos comedores son gimnasios de la caridad que difunden la cultura de la gratuidad porque quienes trabajan en ellas son movidos por el amor de Dios e iluminados por la sabiduría del Evangelio”.

“Así, el servicio a los hermanos se transforma en testimonio de amor, que hace creíble y visible el amor de Cristo”, terminó.

Mons. Sanz Montes inaugura el novenario en honor a Nuestra Señora de Covadonga



(EP/Diócesis) Este martes, 30 de agosto, el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, inaugura como es tradicional el novenario en honor a Nuestra Señora de Covadonga, este año con el lema «María, puerta de la misericordia». La novena tendrá como hilo conductor el Año Santo de la Misericordia en el que nos encontramos, ya que, además,el Santuario es uno de los lugares de la diócesis donde ganar el Jubileo.

A lo largo de estas jornadas, los sacerdotes que participen recordarán cada día, en su predicación, diversos aspectos de la misericordia en la Virgen María.

Las jornadas comenzarán todos los días con una Eucaristía en la Basílica, a las seis de la tarde, con el posterior rezo del Santo Rosario en procesión con la imagen de la Santina hasta la Santa Cueva, donde se canta la Salve y el himno a la Virgen de Covadonga.

Además, el día 7 de septiembre, a las diez de la noche, tendrá lugar la Vigilia de Oración para Jóvenes, este año con un recuerdo especial para la Jornada Mundial de la Juventud, que acaba de celebrarse en Polonia.

El 8 de septiembre, fiesta de Nuestra Señora de Covadonga, el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, presidirá una Eucaristía en la Basílica a las 12 del mediodía, con posterior procesión con la imagen de la Virgen hasta la Cueva. Este año, la ofrenda a la Santina, signo de comunión entre Covadonga y los concejos y parroquias de toda Asturias, correrá a cargo del Concejo de Bimenes.

La novena transcurrirá con arreglo al siguiente horario:

30 de agosto: «María, Madre de la Misericordia». Mons. Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo

31 de agosto: «María, consuelo y guía de todos los pueblos». D. Pedro Tardón, Delegado episcopal de Misiones.

1 de septiembre: «María, providencia que se hace presente de generación en generación». D. Jesús Rodríguez de la Vega. Delegado Episcopal de Cáritas y Acción Social.

2 de septiembre: «María, fuerza de Dios que rompe nuestras ataduras». D. Vicente Pañeda. Arcipreste de Avilés.

3 de septiembre: «María, fuente de luz y de vida». D. Fernando Llenín. Delegado diocesano de Cultura y Nueva Evangelización.

4 de septiembre: «Santa María, discípula del Señor». D. Juan José Llamedo. Responsable diocesano de Catequesis.

5 de septiembre: «María, salud de los enfermos». D. Luis Ricardo. Delegado episcopal de Pastoral de la Salud.

6 de septiembre: «María, madre y maestra de la fe». D. José Luis Pascual. Delegado episcopal de Pastoral Familiar.

7 de septiembre: «María, en oración con los discípulos de Jesús». D. Juan José Tuñón Escalada. Abad de Covadonga

jueves, 18 de agosto de 2016

¡Benedicta eius gloriosa Assumptio!


Los pastores, portadores de Misericordia de Dios. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Muchas cosas ocurren en nuestra Parroquia entre un quince de agosto y el siguiente, sin embargo, no es necesario mucho resumen, pues el que más y el que menos “está en la onda” (sobre todo en el Facebook y en el “blog”)

Este año celebramos en la Iglesia Universal el “Jubileo de la Misericordia”, un tiempo singular para valorar con mayor profundidad la gracia de la fe y de nuestro ser cristiano, el cual tiene su reflejo en el rostro de un Padre misericordioso (de corazón humilde) y compasivo (que padece con el otro). Por eso la religión -cualquiera-  nunca puede ser motivo de guerras, discordias, enfrentamientos o conflictos de ningún tipo; y no hace falta señalar las “Yihad” que en nuestras parroquias rurales se viven muchas veces por aparentes motivos religiosos, de fe o de culto, que en el fondo esconden luchas de poder, protagonismos o pretendidos derechos sin ninguna obligación. Éstos
-ya nos lo dice el Apóstol- no conoce a Dios -sólo lo “usan”- porque no aman como Él nos ama,  pues “Dios es amor” (1Jn 4,8).

En la parábola del “hijo pródigo” éste vuelve avergonzado a casa, y su padre, lejos de hacerle algunos merecidos reproches, le recibe con los brazos abiertos, pues bien, eso es lo que el Señor espera de todos nosotros: tener entrañas de misericordia y buscarle tras haber errado en el camino; volver a Él, pues siempre nos está esperando. En Palabras del Papa Francisco: “No existe santo sin pasado ni pecador sin futuro…”

Los Pastores ejercemos desde nuestro ministerio en el confesonario ese sagrado reencuentro donde se realiza el maravilloso intercambio de un corazón pecador y arrepentido por la gracia y la misericordia divina que mana hacia la vida eterna.

Quiera también desde estas páginas tener este año un recuerdo especial para el que fuera vuestro Párroco, el Rvdo. D. José Manuel Alonso García, el cual este año celebra sus Bodas de Oro sacerdotales al frente de la Parroquia de San Emiliano de Vega (Gijón). Don José Manuel, estuvo en nuestra parroquia siendo apenas un joven sacerdote recién salido del Seminario, sin embargo, a día de hoy con casi sesenta años de vida ministerial sigue siendo un hombre imparable, celoso en el cuidado de su grey y todo un ejemplo para los que le conocemos y apreciamos. Desde Viella nos unimos a él en esta efeméride que es sin duda premio a la virtud y la constancia.
Y como de pastores va el tema, no podemos omitir la ya cercana “Visita Pastoral” que tendremos en el próximo mes de Octubre por parte del Sr. Arzobispo de Oviedo, el cual visitará nuestra Parroquia de Viella siguiendo el protocolo oficial por el que  cumple su misión de visitar todas y cada una de las Parroquias de su Diócesis. Los últimos arciprestazgos visitados fueron los de Oviedo, El Acebo y Llanes; siendo el turno ahora para el nuestro de Siero, formado por cincuenta y cinco parroquias de siete municipios que comprenden los de Siero, Llanera, las Regueras, Noreña, Nava, Sariego y Bimenes.
Es pues un momento de encuentro y comunión entre los que formamos el pueblo de Dios y Aquél que el Señor nos ha puesto como guía y Pastor. Viene a nosotros para conocer nuestra realidad, acercarse a nuestros enfermos, firmar los libros parroquiales… pero, sobretodo, a compartir la fe en torno a la mesa del Altar.
Que estas Fiestas de nuestra Patrona de Santa María de Viella nos ayuden a desterrar de nuestras vidas todo aquello que lastra nuestro camino hacia Él, y que por intercesión de su Santísima madre en este año jubilar sepamos ser constructores de paz cumpliendo el deseo del mismo Cristo: " Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre Celestial es misericordioso" (Lc 6, 36).


Joaquín (Párroco)

sábado, 6 de agosto de 2016

Repasando el Catecismo (XXI)



La misa de todos los siglos

1345 Desde el siglo II, según el testimonio de san Justino mártir, tenemos las grandes líneas del desarrollo de la celebración eucarística. Estas han permanecido invariables hasta nuestros días a través de la diversidad de tradiciones rituales litúrgicas. He aquí lo que el santo escribe, hacia el año 155, para explicar al emperador pagano Antonino Pío (138-161) lo que hacen los cristianos:


«El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo.
Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los profetas, tanto tiempo como es posible.
Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas.
Luego nos levantamos todos juntos y oramos por nosotros [...] (San Justino,Apologia, 1, 67) y por todos los demás donde quiera que estén, [...] a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos para alcanzar así la salvación eterna.
Cuando termina esta oración nos besamos unos a otros.
Luego se lleva al que preside a los hermanos pan y una copa de agua y de vino mezclados.
El presidente los toma y eleva alabanza y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo y da gracias (en griego: eucharistian) largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones.
Cuando terminan las oraciones y las acciones de gracias, todo el pueblo presente pronuncia una aclamación diciendo: Amén.
[...] Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo le ha respondido, los que entre nosotros se llaman diáconos distribuyen a todos los que están presentes pan, vino y agua "eucaristizados" y los llevan a los ausentes» (San Justino, Apologia, 1, 65).

1346 La liturgia de la Eucaristía se desarrolla conforme a una estructura fundamental que se ha conservado a través de los siglos hasta nosotros. Comprende dos grandes momentos que forman una unidad básica:

— la reunión, la liturgia de la Palabra, con las lecturas, la homilía y la oración universal;

— la liturgia eucarística, con la presentación del pan y del vino, la acción de gracias consecratoria y la comunión.

Liturgia de la Palabra y Liturgia eucarística constituyen juntas "un solo acto de culto" (SC56); en efecto, la mesa preparada para nosotros en la Eucaristía es a la vez la de la Palabra de Dios y la del Cuerpo del Señor (cf. DV 21).

1347 ¿No se advierte aquí el mismo dinamismo del banquete pascual de Jesús resucitado con sus discípulos? En el camino les explicaba las Escrituras, luego, sentándose a la mesa con ellos, "tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio" (cf Lc 24, 30; cf. Lc 24, 13- 35).

Vela del Santísimo , antes y ahora

Quédate con nosotros


Velad y estad preparados. Por Raniero Cantalamessa


Después de haber instruido a los discípulos en el correcto uso de las cosas –en el Evangelio del domingo pasado-, en el pasaje evangélico del próximo domingo Jesús les exhorta sobre el correcto uso del tiempo. Estamos ante una serie de imágenes y parábolas con las que Jesús exhorta a la vigilancia en la espera de su retorno. La cintura ceñida es señal de quien está preparado para emprender viaje, como los judíos durante la celebración de la Pascua en Egipto (v. Ex 12, 11), y es también la disposición al trabajo. La lámpara encendida indica a quien se prepara para pasar la noche velando en espera de alguien. Jesús ilustra la necesidad de la vigilancia con otra imagen más, la del ladrón de noche.

Desearía proseguir en la línea de Jesús y añadir también yo una imagen y una parábola. Se trata del Himno de la perla que se remonta a la literatura de Oriente Medio del siglo I o II d.C. y que se nos ha transmitido por el apócrifo Hechos de Tomás . Trata de un joven príncipe enviado por su padre de Oriente (Mesopotamia) a Egipto para recuperar una determinada perla que ha caído en manos de un cruel dragón que la custodia en su cueva. Llegado al lugar, el joven se deja descaminar; se sacia de un alimento se le habían preparado con engaño los habitantes del sitio y que le hace caer en un profundo e inacabable sueño. El padre, alarmado por el prolongamiento de la espera y por el silencio, envía, como mensajera, un águila que lleva una carta escrita de su puño y letra. Cuando el águila sobrevuela al joven, la carta del padre se transforma en un grito que dice: «¡Despiértate, acuérdate de quién eres, recuerda qué has ido a hacer a Egipto y adónde debes regresar!». El príncipe se despierta, recupera el conocimiento, lucha y vence al dragón y, con la perla reconquistada, vuelve al reino donde se ha preparado para él un gran banquete.

El significado religioso de la parábola es transparente. El joven príncipe es el hombre enviado de Oriente a Egipto, esto es, por Dios al mundo; la perla preciosa es su alma inmortal prisionera del pecado y de satanás. Él se deja engañar por los placeres del mundo y se hunde en un tipo de letargo, o sea, en el olvido de sí, de Dios, de su destino eterno, de todo. Le despierta, en este caos, no el beso de un príncipe o de una princesa, sino el grito de un mensajero celestial. Para los cristianos este mensajero enviado por el Padre es Cristo, que grita al hombre, como hace en el Evangelio de hoy, que se despierte, que esté alerta, que recuerde para qué está en el mundo. El grito del Himno de la perla se encuentra casi tal cual en la carta a los Efesios: «Despiértate tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo» (Ef 5, 14).

La exhortación: «¡Estad preparados!» no es una invitación a pensar en cada momento en la muerte, a pasar la vida como quien está en la puerta de casa con la maleta en la mano esperando el autobús. Significa más bien «estar en regla». Para el propietario de un restaurante o para un comerciante estar preparado no quiere decir vivir y trabajar en permanente estado de ansiedad, como si de un momento a otro pudiera haber una inspección. Significa no tener necesidad de preocuparse del tema porque normalmente se tienen los registros en regla y no se practican por principio fraudes alimentarios. Lo mismo en el plano espiritual. Estar preparados significa vivir de manera que no hay que preocuparse por la muerte. Se cuenta que a la pregunta: «¿Qué harías si supieras que dentro de poco vas a morir?», dirigida a quemarropa a San Luis Gonzaga mientras jugaba con sus compañeros, el santo respondió: «¡Seguiría jugando!». La receta para disfrutar de la misma tranquilidad es vivir en gracia de Dios, sin pendencias graves con Dios o con los hermanos.

Cáritas denuncia el timo de la "Biblia del Papa"


Cáritas España ha difundido un comunicado por el que denuncia la venta, sin autorización, de una “Biblia del Papa Francisco”, cuyos beneficios dicen estar destinados a Cáritas. Desde la institución católica se informa de que Cáritas no tiene nada que ver con este hecho.
El procedimiento que se está siguiendo para la venta de esta Biblia es telefónica, y a través de este medio se dirigen principalmente a sacerdotes, parroquias e instituciones religiosas.