sábado, 26 de mayo de 2018

Una bonita fotografía


Espíritu Santo ven


Un misterio cercano. Por Raniero Cantalamessa

(religión en libertad) La vida cristiana se desarrolla totalmente en el signo y en presencia de la Trinidad. En la aurora de la vida, fuimos bautizados «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» y al final, junto a nuestra cabecera, se recitarán las palabras: «Marcha, oh alma Cristiana de este mundo, en el Nombre de Dios, el Padre omnipotente que te ha creado, en el nombre de Jesucristo que te ha redimido, y en el nombre del Espíritu Santo que te santifica».

Entre estos dos momentos extremos, se enmarcan otros llamados de «transición» que, para un cristiano, están marcados por la invocación de la Trinidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los esposos se unen en matrimonio y los sacerdotes son consagrados por el obispo. En el pasado, en nombre de la Trinidad comenzaban los contratos, las sentencias y todo acto importante de la vida civil y religiosa.

No es verdad, por tanto, el que la Trinidad sea un misterio remoto, irrelevante para la vida de todos los días. Por el contrario, son las tres personas más «íntimas» en la vida: no están fuera de nosotros, como sucede con la mujer o el marido, sino que están dentro de nosotros. «Hacen morada en nosotros» (Juan 14, 23), nosotros somos su «templo».

Pero, ¿por qué creen los cristianos en la Trinidad? ¿No es ya bastante difícil creer que Dios existe como para añadir también que es «uno y trino»? ¡Los cristianos creen que Dios es uno y trino porque creen que Dios es amor! La revelación de Dios como amor, hecha por Jesús, ha «obligado» a admitir la Trinidad. No es una invención humana.

Si Dios es amor, tiene que amar a alguien. No existe un amor «al vacío», sin objeto. Pero, ¿a quién ama Dios para ser definido amor? ¿A los hombres? Pero los hombres existen tan sólo desde hace unos millones de años, nada más. ¿Al cosmos? ¿Al universo? El universo existe sólo desde hace algunos miles de millones de años. Antes, ¿a quién amaba Dios para poder definirse amor? No podemos decir que se amaba a sí mismo, porque esto no sería amor, sino egoísmo o narcisismo.

Esta es la respuesta de la revelación cristiana: Dios es amor porque desde la eternidad tiene «en su seno» un Hijo, el Verbo, al que ama con un amor infinito, es decir, con el Espíritu Santo. En todo amor siempre hay tres realidades o sujetos: uno que ama, uno que es amado, y el amor que les une. El Dios cristiano es uno y trino porque es comunión de amor. En el amor se reconcilian entre sí unidad y pluralidad; el amor crea la unidad en la diversidad: unidad de propósitos, de pensamiento, de voluntad; diversidad de sujetos, de características, y, en el ámbito humano, de sexo. En este sentido, la familia es la imagen menos imperfecta de la Trinidad. No es casualidad que al crear la primera pareja humana Dios dijera: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra» (Génesis 26-27).

Según los ateos modernos, Dios no sería más que una proyección que el hombre se hace de sí mismo, como uno que confunde con una persona diversa su propia imagen reflejada en un arroyo. Esto puede ser verdad con respecto a cualquier otra idea de Dios, pero no con respecto al Dios cristiano. ¿Qué necesidad tendría el hombre de dividirse a sí mismo en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, si verdaderamente Dios no es más que la proyección que el hombre hace de su propia imagen? La doctrina de la Trinidad es, por sí sola, el mejor antídoto al ateísmo moderno.

¿Te parece demasiado difícil todo esto? ¿No has comprendido mucho? Te diría que no te preocupes. Cuando uno está en la orilla de un lago o de un mar y se quiere saber lo que hay del otro lado, lo más importante no es agudizar la vista y tratar de otear el horizonte, sino subirse a la barca que lleva a esa orilla. Con la Trinidad, lo más importante, no es elucubrar sobre el misterio, sino permanecer en la fe de la Iglesia, que es la barca que lleva a la Trinidad.

Un corazón misionero y evangelizador

(iglesiadeasturias) Tras haber traído a estas páginas la historia de la venerable Práxedes Fernández y de san Pedro Poveda, con motivo del Año Jubilar nos acercamos a un nuevo personaje ilustre que visitó Covadonga. En esta ocasión conocemos la historia de san Antonio María Claret quien, un 16 de julio de 1849, fundó de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María.

En la actualidad, la congregación está presente en 65 países con más de 3.100 misioneros claretianos. “Nuestro carisma es ser servidores de la palabra de Dios. Intentamos concretar el espíritu del padre Claret de llevar el anuncio de la Buena Noticia, discerniendo que en cada tiempo y contexto social qué es lo que quiere Dios de nosotros dentro de la Iglesia y ser fieles a su carisma de evangelizar por todos los medios posibles. Por eso estamos presentes en colegios, parroquias, comunidades de exclusión social, desarrollo de Iglesias jóvenes, formación de vida consagrada”, explica Simón Cortina, superior de la comunidad claretiana de Gijón.

Antonio María Claret nació en 1807 en Sallent (Barcelona) en una familia dedicada a la fabricación textil. Aunque de niño había sentido la llamada para convertirse en sacerdote, en su juventud se centra en desarrollar sus capacidades en el negocio familiar y abandona sus aspiraciones religiosas. Instalado en Barcelona sufre varios desengaños, especialmente de uno de sus amigos más cercanos, y vive un episodio que le marca: en la playa de la Barceloneta está a punto de ahogarse y esto hace que sea más consciente de la fragilidad de la vida. En ese momento se vuelve hacia la Virgen y el Evangelio.

El 13 de junio de 1835 se ordena sacerdote y pocos años más tarde siente el anhelo de evangelizar como misionero. Comienza a realizar misiones populares y su superior eclesiástico decide liberarle de responsabilidades parroquiales para que pueda dedicarse por entero a esta vocación. Comienza a predicar por Cataluña, siempre a pie, a dirigir ejercicios espirituales, publicar tratados formativos para los distintos fieles: “Siempre se preocupó por el anuncio del Evangelio y por favorecer la formación para que la personas pudiesen mejorar y crear una sociedad más justa”, comenta Simón Cortina.

En 1849, a los pocos días de fundar la congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María es nombrado arzobispo de Santiago de Cuba donde se encuentra con una situación muy delicada socialmente. Su carácter misionero le lleva a recorrer la diócesis buscando soluciones concretas a tantas dificultades. En su lucha contra la esclavitud, que aún estaba vigente en Cuba, crea un granja-escuela para niños pobres, bibliotecas populares y una caja de ahorros social. Su incansable actividad le cuesta enfrentamientos, calumnias y atentados.

En 1857 se traslada a Madrid porque la reina Isabel II “pide expresamente que el sea su confesor. De repente, una persona que cree que nació para ser misionero se ve en una corte con todo lo que eso suponía. Entendió que podría realizar también desde esa posición una labor evangelizadora y misionera y aprovechaba los viajes de la reina por España para hacerlo”, comenta el padre Simón. Con Isabel II, el príncipe de Asturias Alfonso y la infanta Isabel viaja a Covadonga en 1858, alguien que como él tenía en la Virgen “una referencia absoluta como madre y modelo de cristiana. La primera creyente”, por esa razón nombró a su congregación como Hijos del Inmaculado Corazón de María.

A pesar de su vinculación con la corte sigue viviendo austeramente, visita cárceles y hospitales, confiesa y predica. Su independencia e integridad le acarrean enemistades. “La reina le admiraba y valoraba, aunque no siempre decía lo que le gustaba y llamaba a las cosas por su nombre. Esto hizo que fuese satirizado y ridiculizado, pero él no buscaba reconocimientos sino llevar adelante lo que consideraba que era más justo en cada momento en respuesta al Evangelio”.

La revolución del 68 provoca que acompañe a la reina en el exilio y ya en París realiza muchas actividades apostólicas. Un año después se traslada a Roma donde se estaba desarrollando el Concilio Vaticano en el que defiende apasionadamente la infalibilidad pontificia. Allí su salud comienza a resentirse gravemente y, viendo que final puede estar cerca se traslada a la comunidad que los misioneros claretianos desterrados de España han establecido en Francia. El cónsul español pide entonces que sea detenido y sus perseguidores llegan incluso a este lugar de retiro por lo que debe huir. Escondido en un monasterio cisterciense muere a los 62 años, un 24 de octubre de 1870. Pío XI lo consagra beato el 25 de febrero de 1934 y Pío XII lo canoniza el 7 de mayo de 1950.

Repasando el Catecismo

El homicidio voluntario

2268 El quinto mandamiento condena como gravemente pecaminoso el homicidio directo y voluntario. El que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que clama venganza al cielo (cf Gn 4, 10).

El infanticidio (cf GS 51), el fratricidio, el parricidio, el homicidio del cónyuge son crímenes especialmente graves a causa de los vínculos naturales que destruyen. Preocupaciones de eugenesia o de salud pública no pueden justificar ningún homicidio, aunque fuera ordenado por las propias autoridades.

2269 El quinto mandamiento prohíbe hacer algo con intención de provocar indirectamente la muerte de una persona. La ley moral prohíbe exponer a alguien sin razón grave a un riesgo mortal, así como negar la asistencia a una persona en peligro.

La aceptación por parte de la sociedad de hambres que provocan muertes sin esforzarse por remediarlas es una escandalosa injusticia y una falta grave. Los traficantes cuyas prácticas usurarias y mercantiles provocan el hambre y la muerte de sus hermanos los hombres, cometen indirectamente un homicidio. Este les es imputable (cf Am 8, 4-10).

El homicidio involuntario no es moralmente imputable. Pero no se está libre de falta grave cuando, sin razones proporcionadas, se ha obrado de manera que se ha seguido la muerte, incluso sin intención de causarla.

sábado, 19 de mayo de 2018

Cubierta


Pentecostés


La homilía: una aproximación. Por Guillermo Juan Morado

(la puerta de damasco) Me han pedido, para una reunión con sacerdotes, decir algo sobre la homilía; o sea, sobre la predicación en una celebración litúrgica, especialmente en la Santa Misa (cf. Papa Francisco, “Evangelii gaudium, 138).

No es una tarea fácil, y máxime para alguien que, como yo, no me he dedicado a investigar sobre el tema. Y sobre el tema hay un buen libro, “Homilética”, de Francisco Javier Calvo Guinda, BAC, Serie de Manuales de Teología “Sapientia Fidei”, Madrid 2014.

Desde el punto de vista práctico, sí he escrito – y publicado – casi todas las homilías que corresponden a los tres ciclos litúrgicos. Señalo, por si es de interés, los títulos de esos opúsculos: para el ciclo A: “La cercanía de Dios” (Barcelona 2011, CPL, Colección Emaús, 97) y “El camino de la fe” (Barcelona 2013, CPL, Colección Emaús, 107) ; para el ciclo B: “El encuentro con Jesús” (Barcelona 2013, CPL, Colección Emaús, 113); y para el ciclo C: “La humanidad de Dios” (Cobel Ediciones, Alicante 2011) y “El camino del discípulo” (Cobel Ediciones, Alicante 2011).

He dedicado tiempo y esfuerzo a preparar, y hasta escribir, la homilía de cada domingo. Me parece que es un esfuerzo que hay que hacer. D. Santiago Calvo dijo de D. Marcelo González Martín, cardenal-arzobispo de Toledo: “Don Marcelo predicó más de 10.000 sermones. De muchos de ellos, no quedan notas escritas. Pero se conservan 53 carpetas, con discursos íntegros y esquemas, desde que tenía 14 años de edad hasta ocho meses antes de morir”.

Es impresionante. Yo, un par de veces, he oído predicar a D. Marcelo. Era algo digno de atención. Pero me consuela, un poco, saber que él preparaba mucho su tarea. Tenía un don natural absolutamente extraordinario, pero, aún así, preparaba lo que iba a decir. Y es lo que se debe hacer.





Voy ahora, en esta primera entrega, a decir cuatro cosas que me parecen muy importantes cuando se trata de predicar; por ejemplo, una homilía:

1ª Tener fe. Es lo más difícil. Uno se mira a sí mismo. Uno mira a la gente… Lo más difícil es creer que una palabra (semilla) insignificante pueda dar mucho fruto. Claro que dependerá de donde caiga esa semilla, pero hay que pensar que es importante en sí misma.

2ª Tener paciencia. Nada parece garantizar el éxito enseguida. Ni oírse a uno mismo ni observar la aparente indiferencia con la que uno es oído anima gran cosa. Parece que no da fruto, la palabra predicada, pero sí lo da. Hay que asumir esa espera, ese sufrimiento de que lo que es, parece, no obstante, que no es ni va a serlo.

3ª Dar prioridad a recibir y a acoger lo que nos viene de Dios. Y pensar que solo hay algo esencial: Dios mismo. Dios y nada más.

4ª No hay que seguir el relativismo. La religión, y la fe cristiana, nos introduce, con humildad, en el camino de la verdad.

Es solo una primera entrega. Espero en tres páginas -en dos más - solucionar mi compromiso de decir algo sobre la homilía. Siempre será bueno compartirlo.



Gracias.



(Seguiré, espero, con el tema)

El Padre Pío, “más vivo que nunca”

(iglesia de asturias) El periodista y escritor José María Zavala ofrecerá el viernes 18 en el salón de actos de la Basílica del Sagrado Corazón de Gijón la charla “El Padre Pío cambió mi vida”, a las 20 horas. El sábado, estará en la Basílica de San Juan El Real de Oviedo, a las 20,30 horas.

Es el segundo libro que publica sobre el Padre Pío. ¿Qué novedades aporta este último volumen?

Este último libro, “El Santo”, aporta material inédito cedido por casa Sollievo, el gran hospital que fundó el Padre Pío en el año 1956, en San Giovani Rotondo. Se trata de ciento cincuenta fotos nunca vistas y testimonios sorprendentes que no dejarán a nadie indiferente.

Es un santo muy conocido, especialmente en Italia, también en otras partes del mundo, pero en España no tanto.
En Italia es más conocido que Cristiano Ronaldo. En España, gracias al primer libro que publiqué “Padre Pío: Los milagros desconocidos del santo de los estigmas”, que va por la 20.º edición, va sabiéndose más sobre él. El padre Pío era conocido en Italia desde que estaba en el convento de San Giovanni Rotondo. En seguida corrió como la pólvora que, en aquel convento, un fraile tenía los estigmas visibles, algo que sucedió el 20 de septiembre del año 1918. Poco tiempo después ya se hacían eco del fenómeno los periódicos de la época. La gente acudía constantemente a verle y confesar con él: se sabía que tenía el don de leer el alma a las personas, le pedían curaciones y le consultaban problemas. Este año se cumple un siglo de la aparición de los estigmas, una fecha importante para sus devotos y sus hijos espirituales. Además, se cumplen los 50 años de su muerte.

La vida del Padre Pío, que se ha llevado a la televisión, es difícilmente creíble en nuestros días. Bilocaciones, estigmas, profecías… ¿Cómo explicar todo esto que le pasaba al mundo de hoy?

Es difícil explicarlo. Cuando conoces todos estos fenómenos te impactan, pero a veces la realidad supera la ficción. En el caso del padre Pío Dios, permitió todos esos dones para la conversión de las almas. Siempre que hay una curación hay un cambio de vida, y ese es el sentido de esos dones. Sin embargo, no hay que quedarse con eso, que son como “fuegos artificiales”, sino con la espiritualidad verdadera de Padre Pío, que es que su sufrimiento tenía un sentido: llevar almas a Dios.

Era un hombre muy preocupado por las almas. ¿Cómo trataba a las personas que se acercaban a él?

El Padre Pío se pasó la vida sufriendo. Pero no porque fuera masoquista, sino por su preocupación por llevar almas a Dios. Por eso las personas que se acercaban a él con fe y arrepentimiento encontraban a un padre bueno y misericordioso. Sin embargo, cuando las personas se acercaban por morbo, era severo, sabiendo que sólo querían saber si realmente tenía esos estigmas. Entonces les echaba del confesionario, aunque sabemos que la mayoría volvían arrepentidos.

Todas estas son cosas que me han contado hijos espirituales que confesaron con él durante muchos años. Además, el consejo que daba siempre era rezar el Santo Rosario, y acudir a la Virgen, que Ella es la llave para llegar a Dios.

El Padre Pío, además, tuvo la inspiración de fundar la casa Sollievo, el hospital, su gran obra. Él vió claramente que en la Segunda Guerra Mundial iba a haber muchos heridos y mucho sufrimiento, y que sería muy necesario tener un hospital.

Afirmó también: “Daré más guerra muerto que vivo” ¿Cómo es la “presencia” hoy del Padre Pío entre la gente?

Está más vivo que nunca, es un santo que se palpa. Yo recibo todos los días testimonios de personas que, después de leer el primer libro, como ahora el segundo, su vida ya ha cambiado. Después de la charlas, yo siempre llevo una reliquia suya, y mucha gente la besa y te dice: “¿Qué tiene este santo que lo que he pedido con fe me lo ha concedido”?

Además, tuvo una relación muy especial con san Juan Pablo II y el propio Papa Francisco le profesa gran devoción

Con Juan Pablo II tuvo un encuentro en 1948, recién ordenado sacerdote. Este acudió a su misa y confesó con el Padre Pío. Más tarde, Karol Wojtyla le escribió pidiéndole oraciones por una amiga suya polaca, madre de familia y médico, gravemente enferma de cáncer. Esta doctora quedó curada totalmente y de manera inexplicable, por lo que Juan Pablo II le mandó una carta dándole las gracias por sus oraciones.

Además, el Papa Francisco le tiene gran devoción desde hace años, y hay varias anécdotas que lo acreditan. Siendo ya Papa, en el año 2016, Año de la Misericordia, le llevó a Roma, y el 17 de marzo de este año ha visitado la gran obra del Padre Pío, que es Casa Sollievo, que le conmovió profundamente.

Repasando el Catecismo

La legítima defensa

2263 La legítima defensa de las personas y las sociedades no es una excepción a la prohibición de la muerte del inocente que constituye el homicidio voluntario. “La acción de defenderse [...] puede entrañar un doble efecto: el uno es la conservación de la propia vida; el otro, la muerte del agresor” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7). “Nada impide que un solo acto tenga dos efectos, de los que uno sólo es querido, sin embargo el otro está más allá de la intención” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7).

2264 El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal:


«Si para defenderse se ejerce una violencia mayor que la necesaria, se trataría de una acción ilícita. Pero si se rechaza la violencia en forma mesurada, la acción sería lícita [...] y no es necesario para la salvación que se omita este acto de protección mesurada a fin de evitar matar al otro, pues es mayor la obligación que se tiene de velar por la propia vida que por la de otro» (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7).

2265 La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro. La defensa del bien común exige colocar al agresor en la situación de no poder causar prejuicio. Por este motivo, los que tienen autoridad legítima tienen también el derecho de rechazar, incluso con el uso de las armas, a los agresores de la sociedad civil confiada a su responsabilidad.

2266 A la exigencia de la tutela del bien común corresponde el esfuerzo del Estado para contener la difusión dem comportamientos lesivos de los derechos humanos y las normas fundamentales de la convivencia civil. La legítima autoridad pública tiene el derecho y el deber de aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito. La pena tiene, ante todo, la finalidad de reparar el desorden introducido por la culpa. Cuando la pena es aceptada voluntariamente por el culpable, adquiere un valor de expiación. La pena finalmente, además de la defensa del orden público y la tutela de la seguridad de las personas, tiene una finalidad medicinal: en la medida de lo posible, debe contribuir a la enmienda del culpable.

2267 La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas.

Pero si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana.

Hoy, en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aquél que lo ha cometido sin quitarle definitivamente la posibilidad de redimirse, los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo «suceden muy [...] rara vez [...], si es que ya en realidad se dan algunos» (EV 56)

sábado, 12 de mayo de 2018

Tribuna


Ascensión



Los dineros de la Iglesia. Yo marco la X. Por Monseñor Demetrio Fernández

Estas semanas hasta final de junio es tiempo de presentar la declaración de la renta en Hacienda. ¿Tú marcas la X para la Iglesia? Es una forma de colaborar económicamente en el sostenimiento de la Iglesia católica, sin que a ti te suponga ningún gasto añadido. Algunos jóvenes y adultos me han preguntado: ¿Es rica la Iglesia católica? Hay que distinguir.

Primero, la Iglesia en cuestión de fe, esperanza y caridad es riquísima. Lleva en su seno el tesoro más grande, Jesucristo redentor del hombre, la Eucaristía, los sacramentos, la Palabra de Dios, el testimonio de sus mejores hijos. La Iglesia nos ayuda a alcanzar la meta del cielo, nos anima con la esperanza de la vida eterna, nos enseña a perdonar. Todo eso no nos lo puede ofrecer nadie más. Nadie es más rica que la Iglesia en este sentido. Rica en valores, rica en humanidad, rica en bienhacer. Rica en caridad con los más pobres, a quienes nadie atiende, rica en misioneros que entregan toda su vida para bien de los demás, rica en voluntarios que ofrecen gratis su tiempo.

Segundo, la Iglesia, que recorre la historia hace veinte siglos, es rica en patrimonio cultural: catedrales, iglesias, ermitas, imágenes en todos los soportes (retablos, tallas, lienzos, esculturas, etc.), orfebrería en metales preciosos (vasos sagrados, custodias, etc.), archivos, bibliotecas. En España, el 80 % del patrimonio cultural material es propiedad de la Iglesia católica, que lo posee por legado histórico de sus hijos y lo emplea para el culto y para disfrute cultural de todos en preciosas exposiciones. Este capítulo supone un gasto mayor que el ingreso que genera. Restaurar un templo o tener a punto todo el patrimonio mueble e inmueble es una preocupación constante desde hace siglos.

Ha habido épocas en las que hemos contado con ayudas del erario público, pues siendo propiedad de la Iglesia, está al servicio de una gran mayoría de ciudadanos. Hoy, ni un euro (y ya hace años). Una postura laicista contraria a la existencia de la religión no permite destinar nada del erario público para muebles e inmuebles religiosos, propiedades de la Iglesia, aunque de ello disfruten la inmensa mayoría de ciudadanos. Hay dinero para el teatro, para el cine, para los toros, para la feria y el flamenco, para actividades culturales de todo tipo, y me parece bien. No lo hay para restaurar una ermita o el templo más emblemático del pueblo, porque la religión para los planteamientos laicistas es como la peste, hay que evitarla.

Tercero, la Iglesia en su funcionamiento ordinario es pobre. Mucho más pobre de lo que parece. Lo que pasa es que con poco, a veces con muy poco, hace mucho, muchísimo. No hay ninguna partida en los presupuestos generales del Estado para la Iglesia. Los padres reciben ayuda en la escuela estatal o en la concertada para la educación de sus hijos. Los ancianos reciben la atención merecida en residencias, algunas públicas otras de la Iglesia. En un caso y en otro son derechos, no privilegios; y es dinero no para la Iglesia, sino para los ciudadanos que tienen derecho a ello.

Cuando nos piden marcar la X, es para recaudar una cantidad (no del Estado, sino de los contribuyentes) para el sostenimiento de la Iglesia o para fines sociales. Os recomiendo marcar las dos.

Por esta vía, van a la Iglesia católica algo más de 250 millones de euros al año, que dan para la financiación del 30 % del presupuesto total de las diócesis. «Por tantos» es la campaña que nos recuerda cada año lo mucho que hace la Iglesia en el culto, en la caridad con los pobres, en la evangelización, en la conservación del patrimonio cultural, etc. y reclama nuestra colaboración para sostenimiento de la Iglesia. Pues, aunque tenemos derecho como todo ciudadano a recibir ayudas estatales, la Iglesia debemos mantenerla principalmente entre todos los creyentes.

Aprovecho para dar las gracias a tantas personas que marcan la X en su declaración de la renta. En Córdoba, llegamos al 45 %, una de las más altas de España. No nos cobran nada por ello ni nos retienen más, y hacemos un gran bien.

¿Es rica la Iglesia? Depende de qué aspecto se considere. Riquísima en obras de caridad y en esperanza, pues nos da la vida eterna. Pobre, muy pobre en manejo de recursos; puede hacer lo que hace gracias a tantos voluntarios que generosamente trabajan (y no cobran) en las múltiples actividades de la Iglesia. Ayuda a la Iglesia en sus necesidades, marca la X en tu declaración de la renta. Dios te lo pagará.

Presentado en Covadonga el libro más antiguo que se conoce sobre la historia del Santuario

(Iglesia de Asturias) Este martes ha sido presentado en Covadonga el libro “Spelunca B. Mariae de Covadonga in Asturiis Hispaniarum Montibus”, una adquisición compartida entre el Cabildo y la Fundación Banco Sabadell, que pasará a partir de ahora a formar parte de los fondos del Museo de Covadonga. En el acto, que tuvo lugar en la Colegiata de San Fernando, intervinieron el Abad de Covadonga, D. Adolfo Mariño; el Director General de Sabadell Herrero, D. Pablo Junceda; la Directora General de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias, Dña. Otilia Requejo, el Alcalde de Cangas de Onís, D. José Manuel González, y fue clausurado por el Vicario general de la Diócesis de Oviedo, Jorge Juan Fernández.

El volumen, editado en Bruselas, en 1635, es el ejemplar impreso más antiguo que se conoce sobre la historia de Covadonga. Hasta el momento, sólo se tenía conocimiento de cuatro ejemplares en todo el mundo, de los cuales dos se conservan en Bruselas, otro en la Biblioteca Nacional de España y otro, adquirido por el Gobierno del Principado en el año 2003, se encuentra en la Biblioteca de Asturias Ramón Pérez de Ayala.
El autor del libro, J. G. Van Ryckel, nació en Bélgica en 1581; de ascedencia noble, cursó estudios en Lovaina y muy joven entró en la abadía de Santa Gertrudis de esta ciudad, donde fue nombrado Abad en 1626. Se distinguió como teólogo y hagiógrafo, y fue autor de varias vidas de santos. La obra está escrita en latín y dedicada a Francisco de Moncada, III Marqués de Aytona, nacido en 1586 y muerto en Goch (Alemania) en 1635. En la época en la que está escrito el libro, Bélgica pertenecía al reino de España, bajo el reinado de Felipe IV. A la supuesta amistad entre Ryckel y Moncada, destinatario del libro, se atribuye la conexión de Ryckel con Covadonga. La obra comienza con un largo prólogo en el que se ensalzan los méritos del marqués de Aytona. En su interior, describe la Cueva de Covadonga y narra la batalla que tuvo allí lugar, así como el milagro atribuido a la Virgen por el cual los cristianos resultaron victoriosos. La parte final del volumen está dedicado a comparar las similitudes de la gesta de Covadonga con otros pueblos cristianos.

La adquisición de este volumen, a un particular, supone un enriquecimiento de los fondos del Museo de Covadonga, que se encuentra actualmente en fase de adecuación para albergar la exposición temporal de la serie cronológica de los Reyes de España, que pertenece al del Museo Nacional del Prado, y que previsiblemente podrá visitarse este verano, con motivo del Año Jubilar. Además el Museo de Covadonga alberga objetos de arte (pinturas, grabados, tallas, piezas de orfebrería y objetos religiosos) que muestran la historia y las transformaciones que sufrió el Santuario desde el siglo VIII hasta nuestros días.

Repasando el Catecismo

EL QUINTO MANDAMIENTO

«No matarás» (Ex 20, 13).

«Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No matarás”; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal» (Mt 5, 21-22).

2258 “La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, intr. 5).

I. El respeto de la vida humana

El testimonio de la historia sagrada

2259 La Escritura, en el relato de la muerte de Abel a manos de su hermano Caín (cf Gn 4, 8-12), revela, desde los comienzos de la historia humana, la presencia en el hombre de la ira y la codicia, consecuencias del pecado original. El hombre se convirtió en el enemigo de sus semejantes. Dios manifiesta la maldad de este fratricidio: “¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo. Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano” (Gn 4, 10-11).

2260 La alianza de Dios y de la humanidad está tejida de llamamientos a reconocer la vida humana como don divino y de la existencia de una violencia fratricida en el corazón del hombre:


«Y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre [..] Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo él al hombre» (Gn 9, 5-6).

El Antiguo Testamento consideró siempre la sangre como un signo sagrado de la vida (cf Lv17, 14). La validez de esta enseñanza es para todos los tiempos.

2261 La Escritura precisa lo que el quinto mandamiento prohíbe: “No quites la vida del inocente y justo” (Ex 23, 7). El homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano, a la regla de oro y a la santidad del Creador. La ley que lo proscribe posee una validez universal: obliga a todos y a cada uno, siempre y en todas partes.

2262 En el Sermón de la Montaña, el Señor recuerda el precepto: “No matarás” (Mt 5, 21), y añade el rechazo absoluto de la ira, del odio y de la venganza. Más aún, Cristo exige a sus discípulos presentar la otra mejilla (cf Mt 5, 22-39), amar a los enemigos (cf Mt 5, 44). El mismo no se defendió y dijo a Pedro que guardase la espada en la vaina (cf Mt 26, 52).

sábado, 5 de mayo de 2018

Corpus 2018



Aleluya


Libertad de Prensa y Persecución Religiosa. Por Pedro Trevijano

Es indiscutible que hay noticias que, con una Prensa de verdad libre, serían de primera plana y a bastantes columnas, no se publican porque son políticamente incorrectas. Puedo citar varias como la que Hillary Clinton defendía el aborto libre hasta el momento del nacimiento o su afirmación que «las creencias religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales», o que más o menos la tercera parte de las víctimas de la violencia de género son varones, o que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo aprobase por unanimidad que «no existe el derecho al matrimonio homosexual», aunque los Estados puedan regularlo.

Pero es que en el pasado mes abril hemos tenido dos casos clamorosos de noticias silenciadas. El primero ha sido la Declaración conjunta de los Patriarcados ortodoxos y católico de Siria el pasado catorce de Abril donde califican el bombardeo de Siria por Estados Unidos y sus aliados como injusta e injustificada agresión y afirman: «Nosotros, los patriarcas: Juan X, patriarca ortodoxo griego de Antioquía y todo el Oriente, Ignacio Aphrem II, patriarca ortodoxo sirio de Antioquía y todo el Oriente, y José Absi, patriarca greco-melquita-católico de Antioquía, Alejandría y Jerusalén, condenan y denuncian la brutal agresión que tuvo lugar esta mañana contra nuestro precioso país, Siria, por parte de EE. UU., Francia y el Reino Unido, bajo las acusaciones de que el gobierno sirio utilizó armas químicas». Los Patriarcas califican también de injusto e injustificado este ataque, porque señalan que asegurar que « el ejército sirio está utilizando armas químicas y de que Siria es un país que posee y usa este tipo de arma, es una afirmación que no está justificada y no está respaldada por pruebas suficientes y claras».

Creo que tenemos que hacer algo más de caso a lo que nos dicen los cristianos locales, que son los que están sufriendo las consecuencias de lo que está pasando. Pero desde luego, aunque no me guste el dictador sirio, la situación si ganan los musulmanes radicales sería muchísimo peor. Muchos cristianos han sido asesinados y muchísimos más han tenido que huir con lo puesto. Con el triunfo del ejército sirio algunos están empezando a volver.

La segunda noticia hace referencia a nuestro país. A partir del próximo curso y con el apoyo de todos los Partidos en la Comunidad de Madrid, en todos los centros escolares públicos, concertados y privados será obligatoria la enseñanza de la ideología de género. Dado que esta ideología es profundamente anticatólica e incluso diabólica, estamos ante un caso claro de persecución religiosa, que viola descaradamente la Constitución y la Declaración de Derechos Humanos, al no permitir a los padres educar a sus hijos conforme a sus convicciones, imponer una concepción aberrante de la sexualidad y pretender sustituir la libertad de los ciudadanos por el poder omnímodo y totalitario del Estado.

Es cierto y éste es su único punto de acuerdo con la Moral Cristiana, que la Ideología de Género condena la violación. Pero cuando uno enseña a nuestros niños, adolescentes y jóvenes la fornicación, la promiscuidad, el aborto y todo tipo de relaciones sexuales con tal que sean pasajeras y no supongan un compromiso para quien las hace, ¿puede alguien extrañarse que quien ha recibido semejante ‘educación’ afectivo-sexual se tome en serio lo que le dicen sus presuntoseducadores (porque de educadores no tienen nada), y decida vivir en consecuencia? ¿Es que la corrupción moral puede ser antídoto contra la violación? Personalmente lo que me extraña es que casos como el de La Manada (para los lectores no españoles: en las fiestas de San Fermín de Pamplona del 2016 cinco jóvenes agredieron sexualmente a una chica. El Tribunal les ha condenado por el delito algo menos castigado de abuso sexual, no por violación, sentencia que ha provocado en varias ciudades de España una oleada de protestas), siendo para mí lo asombroso que nos quejemos de casos así, cuando las leyes promueven el libertinaje y se retiran los libros escolares que defienden la abstinencia y la fidelidad, supongo porque ideas así no ayudan a corromper a los jóvenes, que es de lo que se trata. Es decir, educamos a los jóvenes en la promiscuidad y luego nos quejamos que haya violaciones.

Encuentro Pascual del arciprestazgo de Siero

(Iglesia de Asturias) El Santuario de la Virgen de la Cabeza, en Siero, acogerá este próximo sábado un Encuentro Pascual del arciprestazgo. Un acto que se celebra todos los años, al que están convocadas todas las parroquias de Siero para compartir una jornada fraterna. Este año, el tema central será la “Comunicación de la acción de Cáritas en Asturias”.

La jornada dará comienzo a las diez y media de la mañana, y a las once, tendrá lugar la charla “Centenario Santina – Año Jubilar”, a cargo del sacerdote Juan José Tuñón.

A las doce del mediodía se organizará una mesa de testimonios de personas que están siendo acompañadas por Cáritas. A la una de la tarde, tendrá lugar un Vía Lucis, donde se recorrerán los 14 momentos de la Resurrección. El encuentro finalizará con una comida compartida entre todos los asistentes.

Repasando el Catecismo

2247 “Honra a tu padre y a tu madre” (Dt 5,16 ; Mc 7,10).

2248 De conformidad con el cuarto mandamiento, Dios quiere que, después que a Él, honremos a nuestros padres y a los que Él reviste de autoridad para nuestro bien.

2249 La comunidad conyugal está establecida sobre la alianza y el consentimiento de los esposos. El matrimonio y la familia están ordenados al bien de los cónyuges, a la procreación y a la educación de los hijos.

2250 “La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar” (GS 47, 1).

2251 Los hijos deben a sus padres respeto, gratitud, justa obediencia y ayuda. El respeto filial favorece la armonía de toda la vida familiar.

2252 Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos en la fe, en la oración y en todas las virtudes. Tienen el deber de atender, en la medida de lo posible, las necesidades materiales y espirituales de sus hijos.

2253 Los padres deben respetar y favorecer la vocación de sus hijos. Han de recordar y enseñar que la vocación primera del cristiano es la de seguir a Jesús.

2254 La autoridad pública está obligada a respetar los derechos fundamentales de la persona humana y las condiciones del ejercicio de su libertad.

2255 El deber de los ciudadanos es cooperar con las autoridades civiles en la construcción de la sociedad en un espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad.”

2256 El ciudadano está obligado en conciencia a no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando son contrarias a las exigencias del orden moral. “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 29).

2257. Toda sociedad refiere sus juicios y su conducta a una visión del hombre y de su destino. Si se prescinde de la luz del Evangelio sobre Dios y sobre el hombre, las sociedades se hacen fácilmente «totalitarias».