sábado, 29 de abril de 2017

Repasando el Catecismo (XLI)

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La idolatría

2112 El primer mandamiento condena el politeísmo. Exige al hombre no creer en otros dioses que el Dios verdadero. Y no venerar otras divinidades que al único Dios. La Escritura recuerda constantemente este rechazo de los “ídolos [...] oro y plata, obra de las manos de los hombres”, que “tienen boca y no hablan, ojos y no ven”. Estos ídolos vanos hacen vano al que les da culto: “Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza” (Sal 115, 4-5.8; cf. Is 44, 9-20; Jr 10, 1-16; Dn 14, 1-30; Ba 6; Sb 13, 1-15,19). Dios, por el contrario, es el “Dios vivo” (Jos 3, 10; Sal 42, 3, etc.), que da vida e interviene en la historia.

2113 La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese de dioses o de demonios (por ejemplo, el satanismo), de poder, de placer, de la raza, de los antepasados, del Estado, del dinero, etc. “No podéis servir a Dios y al dinero”, dice Jesús (Mt 6, 24). Numerosos mártires han muerto por no adorar a “la Bestia” (cf Ap 13-14), negándose incluso a simular su culto. La idolatría rechaza el único Señorío de Dios; es, por tanto, incompatible con la comunión divina (cf Gál 5, 20; Ef 5, 5).

2114 La vida humana se unifica en la adoración del Dios Único. El mandamiento de adorar al único Señor da unidad al hombre y lo salva de una dispersión infinita. La idolatría es una perversión del sentido religioso innato en el hombre. El idólatra es el que “aplica a cualquier cosa, en lugar de a Dios, la indestructible noción de Dios” (Orígenes, Contra Celsum, 2, 40).

Estampa de la Asunción


Feliz Pascua!!!


«Coptos ortodoxos y católicos podemos hablar cada vez más la lengua común de la caridad»


(RV) «Delante del Señor, que quiere que seamos perfectos en la unidad no es posible escondernos más detrás de los pretextos de divergencias interpretativas ni tampoco detrás de siglos de historia y de tradiciones que nos han convertido en extraños», precisó el Papa, puntualizando que no sólo existe un ecumenismo realizado con gestos, palabras y esfuerzo, sino también una comunión ya efectiva, que crece cada día en la relación viva con el Señor Jesús, se fundamenta en la fe profesada y se basa realmente en nuestro Bautismo, en el ser «criaturas nuevas» en él: en definitiva, subrayó, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.

El Santo Padre aseguró a Tawadros que estamos llamados a testimoniar juntos al Señor, a llevar al mundo nuestra fe, viviéndola, porque la presencia de Jesús se transmite con la vida y habla el lenguaje del amor gratuito y concreto. «Coptos ortodoxos y Católicos podemos hablar cada vez más esta lengua común de la caridad: antes de comenzar un proyecto para hacer el bien, sería hermoso preguntarnos si podemos hacerlo con nuestros hermanos y hermanas que comparten la fe en Jesús. Así, edificando la comunión con el testimonio vivido en lo concreto de la vida cotidiana, el Espíritu no dejará de abrir caminos providenciales e inimaginables de unidad», observó.

Francisco deseó a al patriarca copto que nuestro mismo Señor nos conceda seguir caminando juntos, como peregrinos de comunión y anunciadores de paz. «Que en este camino nos lleve de la mano Aquella que acompañó aquí a Jesús y que la gran tradición teológica egipcia ha aclamado desde la antigüedad como Theotokos, Madre de Dios».

Finalmente, se ha procedido a la firma de la declaración conjunta entre ambos pastores:


Francisco y Tawadros II

DECLARACIÓN FINAL DE SU SANTIDAD FRANCISCO Y SU SANTIDAD TAWADROS II

1. Nosotros, Francisco, Obispo de Roma y Papa de la Iglesia Católica, y Tawadros II, Papa de Alejandría y Patriarca de la Sede de San Marcos, damos gracias a Dios en el Espíritu Santo porque nos ha concedido la gozosa oportunidad de encontrarnos una vez más para intercambiar nuestro abrazo fraternal y unirnos de nuevo en una misma oración. Damos gloria al Todopoderoso por los vínculos de fraternidad y amistad que unen la Sede de San Pedro y la Sede de San Marcos. El privilegio de estar juntos aquí en Egipto es una señal de que nuestra relación es cada año más sólida, y de que seguimos creciendo en cercanía, fe y amor en Cristo nuestro Señor. Damos gracias a Dios por este amado Egipto, «patria que vive dentro de nosotros», como solía decir Su Santidad el Papa Shenouda III, «el pueblo bendecido por Dios» (cf. Is 19,25), con su antigua civilización faraónica, su herencia griega y romana, su tradición copta y su presencia islámica. Egipto es el lugar donde la Sagrada Familia encontró refugio, tierra de mártires y santos.

2. Nuestro profundo vínculo de amistad y fraternidad tiene su origen en la plena comunión que existía entre nuestras Iglesias en los primeros siglos y que se fue expresando de muchas maneras a través de los primeros Concilios Ecuménicos, remontándose al Concilio de Nicea en el año 325 y a la contribución del valeroso Padre de la Iglesia san Atanasio, que se ganó el título de «Defensor de la Fe». Nuestra comunión se manifestaba a través de la oración y de prácticas litúrgicas similares, de la veneración de los mismos mártires y santos, y a través del crecimiento y difusión del monaquismo, siguiendo el ejemplo del gran san Antonio, conocido como el Padre de todos los monjes.

Esta experiencia común de comunión antes de la separación reviste un significado especial para nuestros esfuerzos actuales, encaminados a restaurar la plena comunión. La mayor parte de las relaciones que existieron en los primeros siglos entre la Iglesia Católica y la Iglesia Copta Ortodoxa han continuado hasta nuestros días, a pesar de las divisiones, y han sido recientemente revitalizadas. Suponen un desafío para que intensifiquemos nuestros esfuerzos comunes y perseveremos en la búsqueda de la unidad visible en la diversidad, bajo la guía del Espíritu Santo.

3. Recordamos con gratitud el histórico encuentro que tuvo lugar hace cuarenta y cuatro años entre nuestros predecesores, el Papa Pablo VI y el Papa Shenouda III, en un abrazo de paz y fraternidad, después de muchos siglos, cuando nuestros mutuos vínculos de amor no fueron capaces de expresarse a causa de la distancia que había surgido entre nosotros. La Declaración Común que firmaron el 10 de mayo de 1973 representó un hito en el camino del ecumenismo y sirvió como punto de partida para la Comisión para el Diálogo Teológico entre nuestras Iglesias, que ha dado muchos frutos y ha abierto el camino para un diálogo más amplio entre la Iglesia Católica y la entera familia de las Iglesias Ortodoxas Orientales. En esa Declaración, nuestras Iglesias reconocieron que, de acuerdo con la tradición apostólica, profesan «una misma fe en un solo Dios Uno y Trino» y «la divinidad del Unigénito Hijo Encarnado de Dios... Dios perfecto con respecto a su divinidad, y perfecto hombre con respecto a su humanidad». También se reconoció que «la vida divina nos es dada y alimentada a través de los siete sacramentos» y que «veneramos a la Virgen María, Madre de la Luz Verdadera», la «Theotokos».

4. Con profunda gratitud recordamos nuestro encuentro fraterno en Roma, el 10 de mayo de 2013, y el establecimiento del 10 de mayo como el día en el que cada año profundizamos la amistad y la fraternidad entre nuestras Iglesias. Este renovado espíritu de cercanía nos ha permitido discernir una vez más que el vínculo que nos mantiene unidos lo recibimos de nuestro único Señor el día de nuestro Bautismo. Porque es a través del Bautismo que nos convertimos en miembros del único Cuerpo de Cristo que es la Iglesia (cf.1Co 12,13). Esta herencia común es la base de nuestra peregrinación hacia la plena comunión, a medida que crecemos en el amor y la reconciliación.

5. Somos conscientes de que en esta peregrinación aún nos queda mucho camino por recorrer, sin embargo, no podemos ignorar lo mucho que ya hemos avanzado. Recordamos, en particular, el encuentro entre el Papa Shenouda III y san Juan Pablo II que, durante el Gran Jubileo del año 2000, vino a Egipto como peregrino. Estamos decididos a seguir sus pasos, movidos por el amor a Cristo, Buen Pastor, con la profunda convicción de que caminando juntos crecemos en la unidad. Que sepamos encontrar nuestra fuerza en Dios, fuente perfecta de comunión y amor.

6. Este amor encuentra su expresión más profunda en la oración común. Cuando los cristianos oran juntos, se dan cuenta de que lo que los une es mucho más de lo que los divide. Nuestro anhelo de unidad se inspira en la oración de Cristo «que todos sean uno» (Jn 17,21). Profundicemos nuestras raíces comunes en la única fe apostólica, rezando juntos y buscando traducciones comunes de la Oración del Señor y también una fecha común para la celebración de la Pascua.

7. Mientras caminamos hacia el día bendito en que finalmente podamos reunirnos en torno a la misma mesa Eucarística, podemos cooperar en muchas áreas y demostrar de manera tangible lo mucho que ya nos une. Podemos dar juntos un testimonio de los valores fundamentales como la santidad y la dignidad de la vida humana, la santidad del matrimonio y de la familia, y el respeto por toda la creación, que Dios nos ha confiado. Frente a muchos desafíos actuales como la secularización y la globalización de la indiferencia, estamos llamados a ofrecer una respuesta común cimentada en los valores del Evangelio y en los tesoros de nuestras respectivas tradiciones. A este respecto, nos sentimos animados a profundizar en el estudio de los Padres Orientales y Latinos, y a promover un fecundo intercambio en la vida pastoral, principalmente en la catequesis y en el mutuo enriquecimiento espiritual entre comunidades monásticas y religiosas.

8. Nuestro testimonio cristiano compartido es una señal, llena de gracia, de reconciliación y esperanza para la sociedad egipcia y sus instituciones, una semilla plantada para que produzca frutos de justicia y de paz. Puesto que creemos que todos los seres humanos son creados a imagen de Dios, nos afanamos para que la tranquilidad y la concordia sean una realidad de la coexistencia pacífica entre cristianos y musulmanes, dando así testimonio de lo mucho que Dios desea la unidad y armonía de toda la familia humana y la igual dignidad de todo ser humano. Compartimos también la misma preocupación por el bienestar y el futuro de Egipto. Todos los miembros de la sociedad tienen el derecho y el deber de participar plenamente en la vida de la nación, pudiendo disfrutar de una ciudadanía plena y equitativa, y colaborar en la construcción de su país. La libertad religiosa, incluida la libertad de conciencia, arraigada en la dignidad de la persona, es la piedra angular de todas las demás libertades. Es un derecho sagrado e inalienable.

9. Intensifiquemos nuestra incesante oración por todos los cristianos de Egipto y de todo el mundo y, especialmente, por los de Oriente Medio. Las trágicas experiencias y la sangre derramada por nuestros fieles, que han sido perseguidos y asesinados por la única razón de ser cristianos, nos recuerdan aún más que el ecumenismo del martirio es el que nos une y nos anima en el camino hacia la paz y la reconciliación. Porque como escribe san Pablo: «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1Co 12, 26).

10. El misterio de Jesús, que murió y resucitó por amor, está en el corazón de nuestro camino hacia la plena unidad. Una vez más, los mártires son quienes nos guían. En la Iglesia primitiva, la sangre de los mártires fue semilla de nuevos cristianos. Así también en nuestros días, la sangre de tantos mártires será semilla de unidad entre todos los discípulos de Cristo, signo e instrumento de comunión y paz para el mundo.

11. En obediencia a la acción del Espíritu Santo que santifica a la Iglesia, la custodia a lo largo de los siglos y la conduce hacia la unidad plena, aquella unidad por la que oró Jesucristo:

Hoy, nosotros, Papa Francisco y Papa Tawadros II, para complacer al corazón del Señor Jesús, así como también al de nuestros hijos e hijas en la fe, declaramos mutuamente que, con una misma mente y un mismo corazón, procuraremos sinceramente no repetir el bautismo a ninguna persona que haya sido bautizada en algunas de nuestras Iglesias y quiera unirse a la otra. Esto lo confesamos en obediencia a las Sagradas Escrituras y a la fe de los tres Concilios Ecuménicos reunidos en Nicea, Constantinopla y Éfeso.

Pedimos a Dios nuestro Padre que nos guíe, con los tiempos y los medios que el Espíritu Santo elija, a la plena unidad en el Cuerpo místico de Cristo.

12. Sigamos pues las enseñanzas y el ejemplo del apóstol Pablo, que escribe: «[Esforzaos] en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos» (Ef 4, 3-6).

Balance Cáritas Asturias 2016

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(Iglesia de Asturias) Cáritas Asturias ha presentado recientemente su Memoria de Actividades del año 2016. En ella, como ya viene siendo habitual, se traza un perfil de la pobreza y la necesidad en la región que va más allá de una mera exposición de cifras, sino que se ahonda en las causas, las consecuencias y la realidad de una parte de la población asturiana que no siempre es visible para el resto.
La cifra de 20.553 personas acompañadas por Cáritas Asturias a lo largo de todo el 2016 es apabullante, y más si, como afirma la propia Secretaria General, Mª Luz Baeza, se advierte que “cuando las personas acuden a Cáritas, quiere decir que han tocado fondo, porque normalmente se intentan solucionar los problemas económicos a través de los recursos propios, familia o amigos, después acuden a las prestaciones públicas, a los servicios sociales, y cuando ya no tienen ninguna otra posibilidad, entonces acuden a nosotros, por lo que, desde Cáritas, consideramos que éste es un número muy alto”.

Una gran parte de las personas atendidas eran familias –un total de 5.991– de las cuales 1.857 fueron atendidas en el 2016 por primera vez. En general, tal y como explican desde la institución, la mayor parte de ellas se encuentran con la misma problemática de espera de prestaciones que tardan en concederse, o tardan en reanudarse cuando se ha suspendido por un contrato (temporal).
Al finalizar estos contratos, la espera de nuevo para volver a conseguir el salario puede demorarse hasta año y medio. “Las personas necesitan dinero para su día a día –reconoce M.ª Luz Baeza– no pueden estar tanto tiempo sin ingresos”. Y es que, para Cáritas, el salario social, “siendo una prestación que ha ayudado a que muchísimas familias no caigan en situaciones de extrema pobreza, en su funcionamiento tiene esta situación perversa, que acaba provocando que cuando una persona tiene una oferta de trabajo, sabiendo lo que se tarda en volver a cobrar el salario social, muchas veces no lo cogen, pues no se pueden permitir estar tanto tiempo después sin percibir ningún ingreso. No es que la gente no quiera trabajar –afirma M.ª Luz– pero con los contratos temporales que hay, son conscientes de que después van a vivir muchos meses sin cobrar nada. Y no es una cuestión de que la Administración se ahorre ese dinero –asevera la Secretaria general– porque la Administración luego paga todos los atrasos”.
En cuanto a las familias que atienden a lo largo del año, desde Cáritas reflexionan sobre la enorme diferencia que hay en función de los Ayuntamientos. “Hay una gran diversidad de situaciones –destaca la Secretaria general de Cáritas Asturias– puesto que hay consistorios que ofrecen ayudas mientras se está a la espera del salario social, y otros que no cuentan siquiera con presupuestos para servicios sociales. La vida en las zonas rurales y las zonas urbanas para las personas más necesitadas es muy diferente”, afirma. Por eso, entre las personas que acuden a solicitar ayuda en Cáritas, se encuentran personas que no cuentan con ayudas por parte del Ayuntamientos mientras esperan el Salario Social, o que llevan poco tiempo empadronados en una localidad y el Ayuntamiento no les reconoce el derecho a las prestaciones, y también personas en situación irregular que no tienen derecho a ayudas y su situación no va a cambiar.
Respecto a las familias que este año han dejado de depender del apoyo de Cáritas, la institución señala que no debe suponerse por ello que su situación es óptima. “Sí que es cierto que algunos han empezado a trabajar, o a cobrar el Salario Social, pero su sueldo es tan bajo que se romperían al menor contratiempo, por eso hoy se habla de un nuevo concepto, los trabajadores pobres. Si antes el trabajo era sinónimo de bienestar, hoy ya no lo es tanto, a causa de la precariedad laboral. Hay familias de cuatro miembros que reciben 600 euros mensuales. Desde luego están mejor que cuando no percibían nada, pero han dejado de acercarse a Cáritas, no porque estén bien, sino porque ya no están tan mal”.
En Asturias, a lo largo del 2016 Cáritas acogió a 1.543 personas sin hogar. Desde la institución se insiste desde hace años que son éstas las personas más necesitadas en nuestra sociedad, especialmente si su situación se ve agravada con trastornos de salud mental. “Es una reivindicación de Cáritas que llevamos años repitiendo, todos los vemos por las calles de nuestras ciudades, y muchas veces terminan en nuestros recursos, pero lo cierto es que éstos no están preparados para ellos porque nuestro personal no es sanitario y no podemos trabajar con su problemática”, reconoce M.ª Luz, que reitera que no existen recursos para este colectivo de personas ni se da una respuesta eficaz para ellos.
También las personas mayores suponen una especial preocupación para la institución, y cada vez se intenta llegar más a este rango de edad donde puede darse con frecuencia la soledad y el aislamiento. La zona rural es, quizá, más sencilla y accesible para los voluntarios de Cáritas, no así las zonas urbanas, donde está la soledad de los ancianos que nadie conoce. “En nuestras cifras reflejamos que en el año pasado hemos acompañado a 1.452 mayores, especialmente en la zona rural –explica M.ª Luz Baeza– pero sabemos que son muchos más, y que no podemos llegar a todos”.
Hace tiempo que la palabra crisis parece desterrada de los titulares de los medios de comunicación, pero desde Cáritas se recuerda que, a pesar de que las cifras macroeconómicas dan síntomas de mejora y que a nivel económico se aprecian cambios, puede darse la falsa sensación de que la situación mejora para todo el mundo. “Hay muchas personas que están en una situación mucho peor ahora que cuando comenzó la crisis, por el deterioro personal que supone para muchas familias pasarse todos estos años procurando salir adelante como pueden. Quizá este año sean 3.000 personas menos atendidas que en el año pasado, pero las que tenemos actualmente están en una situación peor, con más necesidades, y que han requerido una intervención por nuestra parte más intensa y a lo largo de más tiempo, sin embargo parecen hacerse invisibles”, afirma la Secretaria General. Por eso, se recuerda la importancia de los socios y donantes, personas que puntual o periódicamente realizan una aportación a Cáritas, porque de esa manera esta institución que es la Iglesia podrá seguir ayudando y comprometiéndose por los más necesitados, allí donde no llega nadie. El gasto en cada familia atendida este año se incrementó en 330 euros, llevando al límite el presupuesto de la institución. “Lo hacemos porque es necesario –reconocen–. Y porque no somos una empresa ni funcionamos con los mismos criterios”, añaden.

sábado, 1 de abril de 2017

Repasando el Catecismo (XL)

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III. “No habrá para ti otros dioses delante de mí”

2110 El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se ha revelado a su pueblo. Proscribe la superstición y la irreligión. La superstición representa en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión. La irreligión es un vicio opuesto por defecto a la virtud de la religión.

La superstición

2111 La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22).

Familia de Viella con el Arzobispo


Camina pueblo de Dios


Un perfil cristiano. Por Josep Miró i Ardèvol

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(forum libertas) ¿Cómo se reconoce alguien como cristiano? En el seguimiento de Jesucristo, sus palabras y su obrar y el sentido de pertenencia al Pueblo de Dios, en su Iglesia. Un conjunto de criterios o exigencias nos indican, en su examen diario, si nuestra ruta es la buena.

El seguimiento de Jesucristo sólo es posible conociéndolo, y esto pide la lectura, meditación y plegaria diaria de los evangelios, del Nuevo Testamento.

La pertenencia se verifica en la participación eclesial, la Asamblea del Pueblo de Dios y sus sacramentos, el de la confesión y reconciliación, que prepara para el centro de la vida de la fe, la eucaristía, el sentido de comunión con él y todos los hermanos. Hay que preocuparse de entender y meditar su sentido y alcance, antes de descartarlos o subjetivarlos frívolamente.

El seguimiento de su último mandato (Mt. 28-19-20), aquel que pide salir de nuestro espacio de comodidad e ir a hacer de discípulos suyo, enseñándoles a hacer todo “lo que yo os he mandado”. Es la misión, la evangelización. Sin misión personal, el cristianismo de cada cual no se verifica.

La perfección de las virtudes cristianas. Las virtudes son las prácticas buenas. Unas, comunes a todos. Otras, las específicas porque son solicitadas por nuestra condición personal: cristiano, padre o madre, hijo, médico, taxista, ciudadano, etc. son las grandes olvidadas de nuestro tiempo. Sin virtudes nada del que se propone está al alcance.

Siete son las virtudes cristianas definidas por la enseñanza de la Iglesia y son las básicas. De ellas se despliegan otras: las teologales: fe, esperanza y caridad; el amor de donación. Y las cardinales: prudencia, fortaleza, justicia y templanza. Entre ellas, la prudencia, que significa la capacidad para discernir el mejor camino para lo que se quiere lograr, es la determinante porque lo condiciona todo. De ellas se desprenden otras, patentes en la lectura del Nuevo Testamento y también muy evidentes en los Salmos. Son: la paciencia -el amor necesariamente tiene que ser paciente- la piedad en relación a Dios, su culto, la paz y la alegría que acompañan la vida del cristiano, la longanimidad, una palabra infrecuente que designa la entereza y la constancia ante la adversidad. La benignidad y la mansuetud, aquellas virtudes que hacen posible ser amable y bienintencionado, tranquilo y apacible. La modestia ligada a la humildad, la fidelidad, el control de las pasiones, del dinero, poder, sexo, las pasiones del hedonismo. El cristiano anda la senda de la austeridad. De manera natural cada cual tiene facilidad para unas prácticas virtuosas y dificultad para otras. El camino de la perfección es el trabajo diario para mejorar unas y lograr las otras.

Finalmente, dos otros criterios resultan esenciales. Uno es el del discernimiento porque nuestro actuar contribuya al plan de Dios. El otro es asegurarse que todo acto, mediato o inmediato, esté dirigido a lograr el bien.

El cristianismo es la vía de la excelencia humana, que tiene una referencia en Jesucristo, y la comparación con nuestras condiciones de salida de nosotros mismos. Se progresa en ella guiados por el examen de conciencia, la relación con Dios y el consejo espiritual.

El COF diocesano: un servicio para las familias

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“Un motivo de alegría para la diócesis”. Así definió el sábado por la mañana Mons. Jesús Sanz el acto de inauguración de la nueva sede del Centro de Orientación Familiar (COF) en Oviedo, situado en la calle Rector Leopoldo Alas Hijo, número 3, cerca de las instalaciones del antiguo hospital.
El COF –un servicio para las familias que se ofrece en multitud de diócesis españolas– no es algo nuevo tampoco en Asturias. En su presentación el Arzobispo de Oviedo recordó que existía antes, y no quiso dejar de “tener una primera palabra de sincero agradecimiento a don Hilario Paz, y a cuantos con él llevaban adelante este Centro de Orientación Familiar, con otro formato”.

“La vida nos importa, toda la vida y en cualquiera de sus tramos” –manifestó– “y por eso es un motivo de alegría, mirando a las familias y a las personas de todas las edades y circunstancias, que éstas puedan encontrar en este lugar y en las personas que lo dirigen y acompañan, motivos para esperar, para volver a empezar cuando han sido heridos, han tenido dificultades o piden un auxilio que aquí no se les va a negar”.
Tras la intervención del Arzobispo de Oviedo, tomó la palabra el director del COF, el psicólogo clínico y profesor José Luis Besteiro, que se hará cargo del Área de Asesoramiento y Terapias: “El COF es un servicio que presta la Iglesia y que va dirigido a todas las familias de la diócesis –explicó– independientemente de su situación social, económica o religiosa”.
“En él ofreceremos una atención integral y profesional para que las personas puedan vivir sus relaciones personales y familiares de una forma más adaptativa, más feliz, más plena y de alguna forma colaborar ayudando en todos los problemas y dificultades que puedan experimentar en su vida”. “Las personas encargadas de ello son profesionales –explicó el director–: el COF está compuesto por un equipo interdisciplinar en el que hay psicólogos, psiquiatras, médicos, juristas, orientadores familiares, trabajadores sociales, e incluso sacerdotes, que atenderán a las familias que necesiten ayuda en el ámbito familiar y matrimonial. También vamos a ofrecer terapias familiares y matrimoniales y orientación hacia los problemas de infancia y juventud. Contamos asimismo con un equipo preparado para asesoramiento jurídico a nivel canónico y civil, e incluso apoyo al duelo, una de las tareas que tenemos en mente. Además, todas las personas que lo soliciten podrán contar con un acompañamiento espiritual”.
Otra de las áreas del COF será la de la Formación y Prevención. Al frente de ella está el matrimonio formado por Alejandro y Esther Uriol. Esta última recordó en la presentación que “el COF considera que un aspecto fundamental para la vida de las familias es la formación, que actúa como una roca firme que necesita para prevenir las adversidades”. Entre las diferentes actividades que se proponen en este sentido estarán los Cursos de Preparación al matrimonio, algo más amplios que los habituales (comienzan desde el momento en que se fija la fecha de la boda) y además contarán con un acompañamiento personalizado con voluntarios que ejerzan como padrinos y formadores. Todo ello procurando dar respuesta a las propuestas que recoge la Exhortación Apostólica del Papa Francisco Amoris Laetitia.
Entre otras acciones formativas están los cursos de educación afectivo sexual para adolescentes, donde se imparte una formación completa y profunda sobre la sexualidad en sus distintas dimensiones: antropológica, moral, espiritual, social y psicológica, como complemento a la tarea educativa de los padres. Esta propuesta se ofrece ya, de hecho, a las parroquias y colegios de la diócesis y está destinado a jóvenes y adolescentes de entre 11 y 17 años.
Inmaculada Flórez, especialista en Cirugía cardiovascular y experta en Métodos Naturales para el reconocimiento de la fertilidad es la responsable del Área de Apoyo a la Vida del COF. Un área que contará, por un lado, con cursos dedicados a la enseñanza del reconococimiento natural de la fertilidad, apoyo a mujeres con embarazos inesperados y en condiciones difíciles, y también en él se incluye la actividad del Proyecto Raquel, dirigido a ayudar a personas que pasan por el proceso de un aborto y sufren daños psicológicos.
“En este área queremos ayudar a difundir la enseñanza de los métodos naturales como lleva difundiendo la Iglesia desde hace muchos años, para que la familia pueda ejercer una paternidad responsable”, afirmó la doctora Flórez en la presentación. “Los métodos naturales llevan investigándose desde 1962, difundidos en su momento por el doctor Billings, australiano, y hoy son defendidos por muchos especialistas, también desde las corrientes ecológicas porque lógicamente no tienen efectos secundarios, y muy difundidos en países subdesarrollados porque no necesitan una inversión económica de la pareja y son sencillos de aprender”, explicó.
El conocido como “Proyecto Raquel” fue presentado por Inmaculada Fernández, presidenta y fundadora de la Asociación MAR que, desde el año 2007 apoya y ayuda a mujeres embarazadas en situaciones difíciles que quieren seguir adelante con su embarazo. El proyecto Raquel “es la respuesta de la Iglesia que es madre, al dolor de las personas que han sido heridas por un aborto provocado. Su finalidad es ofrecer una atención individualizada, a través de una red diocesana de consejeros, psicólogos, psiquiatras y sacerdotes, que acompaña a las personas en un proceso espiritual de sanación y de reconciliación”.