Señor, contigo he visto y oído
que las cosas pueden ser diferentes;
que el desánimo y el cansancio
no tienen la última palabra,
porque Tú no abandonas a nadie
al borde del camino.
Contigo he visto y oído
que Tú vives y quieres
que yo también viva,
que eres bondad y misericordia,
y que me envías a compartir este anuncio
–el anuncio más hermoso–
dejando brotar la alegría
con la que inundas mi corazón.
Señor, yo quiero ser amor
en movimiento, como Tú.
Te lo ruego: pon en marcha
al misionero de esperanza
que llevo dentro,
para que cuente lo que he visto y oído
a todos mis hermanos del mundo. Amén
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