sábado, 26 de noviembre de 2016

Repasando el Catecismo (XXVIII)

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“Tomad y comed todos de él”: la comunión

1384 El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el sacramento de la Eucaristía: "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros" (Jn 6,53).

1385 Para responder a esta invitación, debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. San Pablo exhorta a un examen de conciencia: "Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del cáliz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo" ( 1 Co 11,27-29). Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar.

1386 Ante la grandeza de este sacramento, el fiel sólo puede repetir humildemente y con fe ardiente las palabras del Centurión (cf Mt 8,8): "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme". En la Liturgia de san Juan Crisóstomo, los fieles oran con el mismo espíritu:


«A tomar parte en tu cena sacramental invítame hoy, Hijo de Dios: no revelaré a tus enemigos el misterio, no te te daré el beso de Judas; antes como el ladrón te reconozco y te suplico: ¡Acuérdate de mí, Señor, en tu reino!» (Liturgia Bizantina. Anaphora Iohannis Chrysostomi, Oración antes de la Comunión)

1387 Para prepararse convenientemente a recibir este sacramento, los fieles deben observar el ayuno prescrito por la Iglesia (cf CIC can. 919). Por la actitud corporal (gestos, vestido) se manifiesta el respeto, la solemnidad, el gozo de ese momento en que Cristo se hace nuestro huésped.

1388 Es conforme al sentido mismo de la Eucaristía que los fieles, con las debidas disposiciones (cf CIC, cans. 916-917), comulguen cuando participan en la misa [Los fieles pueden recibir la Sagrada Eucaristía solamente dos veces el mismo día. Pontificia Comisión para la auténtica interpretación del Código de Derecho Canónico, Responsa ad proposita dubia 1]. "Se recomienda especialmente la participación más perfecta en la misa, recibiendo los fieles, después de la comunión del sacerdote, del mismo sacrificio, el cuerpo del Señor" (SC 55).

1389 La Iglesia obliga a los fieles "a participar los domingos y días de fiesta en la divina liturgia" (cf OE 15) y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, s i es posible en tiempo pascual (cf CIC can. 920), preparados por el sacramento de la Reconciliación. Pero la Iglesia recomienda vivamente a los fieles recibir la santa Eucaristía los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos los días.

1390 Gracias a la presencia sacramental de Cristo bajo cada una de las especies, la comunión bajo la sola especie de pan ya hace que se reciba todo el fruto de gracia propio de la Eucaristía. Por razones pastorales, esta manera de comulgar se ha establecido legítimamente como la más habitual en el rito latino. "La comunión tiene una expresión más plena por razón del signo cuando se hace bajo las dos especies. Ya que en esa forma es donde más perfectamente se manifiesta el signo del banquete eucarístico" (Institución general del Misal Romano, 240). Es la forma habitual de comulgar en los ritos orientales.

Comuniones 2015



¡Velad!. Por Raniero Cantalamessa

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Empieza [el domingo] el primer año del ciclo litúrgico trienal, llamado año A. En él nos acompaña el Evangelio de Mateo. Algunas características de este Evangelio son: la amplitud con la que se refieren las enseñanzas de Jesús (los famosos sermones, como el de la montaña), la atención a la relación Ley-Evangelio (el Evangelio es la «nueva Ley»). Se le considera como el Evangelio más «eclesiástico» por el relato del primado a Pedro y por el uso del término «Ecclesia», Iglesia, que no se encuentra en los otros tres Evangelios.

La palabra que destaca sobre todas, en el Evangelio de este primer domingo de Adviento, es: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor... Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre». Se pregunta a veces por qué Dios nos esconde algo tan importante como es la hora de su venida, que para cada uno de nosotros, considerado singularmente, coincide con la hora de la muerte. La respuesta tradicional es: «Para que estuviéramos alerta, sabiendo cada uno que ello puede suceder en sus días» (San Efrén el Sirio).

Pero el motivo principal es que Dios nos conoce; sabe qué terrible angustia habría sido para nosotros conocer con antelación la hora exacta y asistir a su lenta e inexorable aproximación. Es lo que más atemoriza de ciertas enfermedades. Son más numerosos hoy los que mueren de afecciones imprevistas de corazón que los que mueren de «penosas enfermedades». Si embargo dan más miedo estas últimas porque nos parece que privan de esa incertidumbre que nos permite esperar.

La incertidumbre de la hora no debe llevarnos a vivir despreocupados, sino como personas vigilantes. El año litúrgico está en sus comienzos, mientras que el año civil llega a su fin. Una ocasión óptima para hacer hueco a una reflexión sabia sobre el sentido de nuestra existencia. La misma naturaleza en otoño nos invita a reflexionar sobre el tiempo que pasa. Lo que decía el poeta Giuseppe Ungaretti de los soldados en la trinchera del Carso, durante la primera guerra mundial, vale para todos los hombres: «Se está / como en otoño / en los árboles / las hojas». Esto es, a punto de caer, de un momento a otro. «El tiempo pasa y el hombre no se da cuenta», decía Dante.

Un antiguo filósofo expresó esta experiencia fundamental con una frase que se ha hecho célebre: «panta rei», o sea, todo pasa. Ocurre en la vida como en la pantalla televisiva: los programas se suceden rápidamente y cada uno anula el precedente. La pantalla sigue siendo la misma, pero las imágenes cambian.

Es igual con nosotros: el mundo permanece, pero nosotros nos vamos uno tras otro. De todos los nombres, los rostros, las noticias que llenan los periódicos y los telediarios del día -de mí de ti, de todos nosotros-, ¿qué permanecerá de aquí a algún año o década? Nada de nada. El hombre no es más que «un trazo que crea la ola en la arena del mar y que borra la ola siguiente».

Veamos qué tiene que decirnos la fe a propósito de este dato de hecho de que todo pasa. «El mundo pasa, pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Jn 2, 17). Así que existe alguien que no pasa, Dios, y existe un modo de que nosotros no pasemos del todo: hacer la voluntad de Dios, o sea, creer, adherirnos a Dios. En esta vida somos como personas en una balsa que lleva un río en crecida a mar abierto, sin retorno. En cierto momento, la balsa pasa cerca de la orilla. El náufrago dice: «¡Ahora o nunca!», y salta a tierra firme. ¡Qué suspiro de alivio cuando siente la roca bajo sus pies! Es la sensación que experimenta frecuentemente quien llega a la fe. Podríamos recordar, como conclusión de esta reflexión, las palabras que santa Teresa de Ávila dejó como una especie de testamento espiritual: «Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Sólo Dios basta».

Adviento en la parroquia: "En la casa de mi Padre"

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Por José Ramón Castañón Rodríguez, párroco de Nuestra Señora de Covadonga (Oviedo)

Adviento es sentir una presencia, escuchar la voz cercana de un amigo que viene, es temblar ante el milagro más grande, el Padre que viene para quedarse, para hacer su casa con nosotros… Por eso en nuestra parroquia el lema de este año suena a familia: “En la casa de mi Padre”
En la casa de mi Padre se abre un tiempo nuevo de esperanzas y misericordia, de nerviosismo, de miradas frescas, de aventuras, de olor a familia, de hospitalidad…

En la casa de mi Padre hay mucho nervisiosismo, la visita es inminente, se respira en todas las puertas, se extiende por las aceras, quiere correr por las calles. Todos estamos inquietos preparando noticias y palabras para contarlo a la gente de nuestro barrio ¿cómo?

En la casa de mi Padre, la luz de su interior se hace diferente, las tareas cotidianas estallan como flores de pascua con renovada ilusión. Y es que, en la casa de mi Padre, todos esperamos la hermosa noche de reunión de la gran familia que es nuestra comunidad parroquial.
Pero hasta ese momento aún quedan días; días que nos recuerdan que debemos ponernos las pilas desde los más chicos hasta los que ya peinamos canas.

Y nos preparamos con inocencia, la misma de los pequeños que pintan corazones y estrellas para llenar las aceras del templo. Más de 350 niños y niñas que inventan “Corto-Cuentos” navideños o sueñan con sus “Belenes caseros” que presentarán al concurso de nuestro Faceboock.
Nos equipamos de alegría, aquella que nos contagian todos los grupos del cate, que cosen los trajes para nuestro Belén viviente de cientos de pastores y de imágenes, o preparan los villancicos que juntos cantaremos en la tarde de la Nochebuena.

Tomamos la curiosidad de nuestros jóvenes, su aventura de lanzarse a caminos nuevos de solidaridad con la “Campaña de recogida de alimentos y cientos de regalos” para la gente que vive en la calle y acude a hogares amables como “Calor y Café”.
Estrenamos el tiempo de las miradas nuevas que desde Cáritas nos sugieren: cada semana un lema, cada domingo una llamada, para que este camino de adviento no se haga olvido de los menos afortunados.
Cantamos con un aire de familia, canciones de nuestros coros, de casa e invitados; cantamos en los encuentros de los grupos y meriendas de todos los que en la parroquia trabajamos. Con regalos, almanaques, evangelios… y tantos detalles para que nunca olvidemos donde está la casa de nuestro Padre.

Reforzamos el sueño de cada domingo, de la participación en la Eucaristía festiva, de las penitencias, en la Misa del Polluelo o en la Misa de Gallo.
Pero sobre todo nos preparamos con el respeto que nos merece la Iglesia y el amor a nuestra fe. En una hospitalidad nueva para el que viene en los rostros que se acercan a por sus juguetes, su dulces, o simplemente por palabras y miradas amables de nuestra gente.
Y todo, porque pronto, muy pronto, la familia de mi Padre celebrará en su Casa una nueva y dichosa Navidad.

Ven Señor


domingo, 20 de noviembre de 2016

Repasando el Catecismo (XXVII)

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El banquete pascual


1382 La misa es, a la vez e inseparablemente, el memorial sacrificial en que se perpetúa el sacrificio de la cruz, y el banquete sagrado de la comunión en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Pero la celebración del sacrificio eucarístico está totalmente orientada hacia la unión íntima de los fieles con Cristo por medio de la comunión. Comulgar es recibir a Cristo mismo que se ofrece por nosotros.

1383 El altar, en torno al cual la Iglesia se reúne en la celebración de la Eucaristía, representa los dos aspectos de un mismo misterio: el altar del sacrificio y la mesa del Señor, y esto, tanto más cuanto que el altar cristiano es el símbolo de Cristo mismo, presente en medio de la asamblea de sus fieles, a la vez como la víctima ofrecida por nuestra reconciliación y como alimento celestial que se nos da. "¿Qué es, en efecto, el altar de Cristo sino la imagen del Cuerpo de Cristo?", dice san Ambrosio (De sacramentis 5,7), y en otro lugar: "El altar es imagen del Cuerpo (de Cristo), y el Cuerpo de Cristo está sobre el altar" (De sacramentis 4,7). La liturgia expresa esta unidad del sacrificio y de la comunión en numerosas oraciones. Así, la Iglesia de Roma ora en su anáfora:


«Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar, seamos colmados de gracia y bendición» (Plegaria Eucarística I o Canon Romano 96; Misal Romano).

Tú reinarás, oh Cruz tú nos salvarás


“Su realeza es paradójica: su trono es la cruz; su corona es de espinas; no tiene cetro, pero le ponen una caña en la mano; no viste suntuosamente, pero es privado de la túnica; no tiene anillos deslumbrantes en los dedos, sino sus manos están traspasadas por los clavos; no posee un tesoro, pero es vendido por treinta monedas”. (Papa Francisco)

Francisco y los nuevos cardenales saludan a Benedicto XVI en la capilla del monasterio donde reside

Francisco y los nuevos cardenales saludan a Benedicto XVI en la capilla del monasterio donde reside

(Religión en libertad)
Según informa Radio Vaticano, al término de la celebración del Consistorio de este sábado por la mañana, el Papa Francisco y los nuevos cardenales (listados aquí) han salido en dos minibuses hacia el Monasterio Mater Ecclesia, en el mismo Vaticano, para saludar al Papa emérito Benedicto XVI.

Francisco lo ha abrazado afectuosamente y lo mismo han hecho después los nuevos cardenales. "Un encuentro fraterno caracterizado por el gozo y la simplicidad", afirma la radio vaticana.


Al Papa Francisco le acompañó, descendiendo de los vehículos, monseñor Georg Gänswein, que como Secretario personal de Benedicto y Prefecto de la Casa Pontificia ejerce de enlace cotidiano entre Francisco y su predecesor. El encuentro del Papa emérito con los cardenales ha tenido lugar en la capilla del monasterio.


El anciano Papa Benedicto, sonriente, los ha saludado, abrazado o estrechado la mano.Después, los cardenales y ambos Papas han rezado todos juntos durante unos minutos.

Al terminar, Francisco y Benedicto han vuelto a abrazarse. Los cardenales han vuelto los primeros a los vehículos y Francisco ha salido el último.

Clausura del Año de la Misericordia. Y ahora ¿qué?

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Escribe Benito Gallego Casado. Deán y Penitenciario de la Catedral de Oviedo

El próximo domingo el Papa Francisco clausurará la Puerta Santa y con ello termina el Jubileo de la Misericordia… y luego ¿qué?
A lo largo de estos meses hemos procurado redescubrir el misterio del amor misericordioso de Dios y nos hemos esmerado en hacerlo presente en nuestra vida personal con la práctica de las obras de misericordia; nos hemos acercado con más frecuencia a los sacramentos del Perdón y de la eucaristía. Durante este año hemos meditado más a fondo el Evangelio de San Lucas, con especial atención a su capítulo 15 y a la parábola del Buen Samaritano. Hemos renovado, en fin, nuestro amor a Dios y a nuestros hermanos… Y ahora, ¿qué?

Pues esa luz del Amor misericordioso y esa invitación a ser “misericordiosos como el Padre” continuará para toda la vida. La clausura del Año Jubilar no supone una meta, a la que hemos llegado con mayor o menor aprovechamiento, para luego “pasar a otra cosa”, sino un punto de partida, para continuar nuestro camino de cristianos con ilusión renovada. Las obras de misericordia deben constituir unos puntos de examen personal siempre en vigor. El Papa nos deja este mensaje: “No basta con adquirir experiencia de la misericordia de Dios en la propia vida; es necesario que cualquiera que la recibe se convierta también en signo e instrumento para los demás”. Que este Jubileo nos ayude a vencer nuestra indiferencia y a compartir vida y esperanza con los que sufren”.
En Polonia con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud decía el Papa Francisco que el Evangelio era el “libro vivo de la misericordia” y este libro “todavía tiene al final páginas en blanco: es un libro abierto, que estamos llamados a escribir con el mismo estilo, es decir, realizando obras de misericordia”… y concluía: “cada uno de nosotros guarda en el corazón una página personalísima del libro de la misericordia de Dios”. Y esto, en la vida ordinaria, sin estar esperando circunstancias especiales: “en la sencillez de tu labor ordinaria, en los detalles monótonos de cada día, has de descubrir el secreto de la grandeza y de la novedad” (S. Josemaría).
Con el Jubileo de la Misericordia el Espíritu Santo ha marcado un rumbo a la Iglesia, que debe ser su programa en adelante. Para que nos resulte más fácil, contamos con la ayuda de Santa María, que es Madre de misericordia. De este “programa” se nos examinará al final de nuestra vida.

La Realeza de Cristo


viernes, 11 de noviembre de 2016

Jardineras para los árboles de la plaza



Oración de San Juan Pablo II a la Santina de Covadonga

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1. ¡Dios te salve, Reina y Madre de misericordia!

He subido a la montaña, he venido hasta tu Cueva,
Virgen María, para venerar tu imagen,
“Santina de Covadonga”.
Con tus hijos de Asturias y de España entera
quiero hoy proclamar tus glorias y unirme a tu canto:
¡Tú eres la Sierva del Señor, nuestra Madre y Reina!
Como peregrino que ansía afianzar su esperanza, vengo a este
santuario, testigo de tanta fe y amor en la historia,
hogar seguro, bajo tu cobijo, entre los montes,
donde pusiste tu Casa y sin cesar dispensas los dones de tu Hijo.

2. Junto con los Pastores y fieles de esta Iglesia de Asturias,
a Ti, que eres dulzura y esperanza de cuantos te imploran,
te pido el don de la esperanza que ilumina el futuro,
el gozo perenne de la fe, el ardor radiante de la caridad.
Ayúdanos a vivir en comunión sincera,
sabiéndonos Iglesia de Dios, hermanos de Cristo e hijos tuyos,
para dar testimonio de unidad y reavivar en nuestro pueblo la fe.
Te pido, Señora, desde este corazón de Asturias que es tu Cueva,
por todos los que invocan tu nombre en tantos otros templos,
que esparcidos en la geografía del Principado,
son faros de fe, santuarios donde brota el fervor de la esperanza,
morada tuya donde tus hijos se reúnen en torno al altar.

3. Quiero presentarte y poner ante tu pies, Virgen de Covadonga,
a todos tus hijos de Asturias, las gentes del campo
y los hombres del mar,
los mineros con su duro e inclemente trabajo,
los niños y los ancianos,
los enfermos y todos los que sufren en el cuerpo y en el alma,
las familias, y sobre todo, los jóvenes, promesa del futuro,
que buscan la razón y el sentido de su vivir.
Alcanza para todos de Dios, “rico en misericordia”,
con tu poderosa mediación maternal,
la gracia del perdón y de la reconciliación
que Cristo tu Hijo nos ha merecido
para vivir en paz con Dios y con los hermanos.

4. Protege, Virgen Santa de Covadonga,
a cuantos vienen hasta tu templo santo
para unirse en matrimonio bajo tu mirada maternal.
Haz que experimenten como los esposos de Caná,
la gracia de tu intercesión y la presencia salvadora de tu Hijo,
para que la fe cristiana sea fundamento inquebrantable de su hogar
y el amor verdadero fortalezca su unión y se abra fecundo a la vida. Mira, Madre de Asturias, a todos los emigrantes de esta tierra
que desde lejos vuelven sus ojos hasta este santuario,
en espera de poder regresar a su patria y contemplar tu rostro
que atrae los corazones e irradia luz y paz.

5. “Santina de Covadonga”, “causa de nuestra alegría”,
ilumina a cuantos llegan a estas montañas
para que reconozcan, en medio de tanta belleza,
a Quien “yéndolas mirando, con sola su figura,
vestidas las dejó de su hermosura”,
y así se dejen atraer por la bondad y belleza del Creador
que hizo de Ti el vértice de la hermosura humana y divina.
Suscita, Madre de Asturias,
entre los hijos e hijas de las familias cristianas
vocaciones de apóstoles y misioneros:
nuevos sacerdotes, religiosos y religiosas,
personas consagradas y seglares comprometidos,
al servicio del Reino y de la civilización del amor.
Haz que, hoy como ayer, los hijos de Asturias
sigan a tu Hijo por el camino de la santidad
y siembren la semilla del Evangelio
desde aquí hasta los confines de la tierra.

6. Madre y Maestra de la fe católica,
haz que Covadonga siga siendo, como antaño lo fue,
altar mayor y latido del corazón de España.
Y a quienes te cantamos como “la Reina de nuestra montaña”
y a todos los hermanos que peregrinan por los senderos de la fe,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,
que nos ofreces siempre como Salvador y Hermano nuestro.

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Amén.

Día Iglesia Diocesana


El amor cristiano es la «encarnación del Verbo» no un amor de telenovela, advierte el Papa

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(Religión en libertad) El Papa Francisco ha advertido este viernes durante la homilia de la misa celebrada en la Casa Santa Marta de las ideologías que "desengranan la Iglesia"y ha afirmado que el amor del cristiano es concreto y no es "superficial" como en una telenovela. Por ello incidió en que el amor cristiano es "la encarnación del Verbo".

Tal y como recoge Zenit, deteniéndose sobre la naturaleza del amor cristiano, el Santo Padre mencionó la segunda carta de San Juan apóstol y el mandamiento “caminar en el amor”. ¿Pero de qué amor se trata?, visto que esta palabra “se usa hoy” para tantas cosas. Porque se habla de amor en una telenovela, de amor teórico.

En cambio la encarnación del amor cristiano, precisó “es la encarnación del Verbo”, y quien niega esto es el anticristo. Y profundiza más: “Un amor que no reconoce que Jesús vino con su carne, en la carne”, reconoce “un amor mundano, filosófico, abstracto” o sea “un amor disminuido, superficial”.

“Dios ha enviado a su Hijo, que se ha encarnado y hecho una vida como nosotros” dijo, e invitó “a amar como amó Jesús, como nos enseñó, siguiendo su ejemplo, caminando por el camino de Jesús. Y el camino de Jesús es el que nos da la vida”, indicó.

Invita a salir del propio egoísmo

Para ello, explicó Francisco, es necesario “salir continuamente del propio egoísmo y ponerse al servicio de los otros”. Y eso porque el amor cristiano “es un amor concreto, porque es concreta la presencia de Dios en Jesucristo”.

Por lo tanto advierte sobre quien desfigura esta doctrina de la carne, de la encarnación, porque así “no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios”. Porque la Iglesia es una comunidad entorno a la presencia de Cristo. Francisco cita la palabra ‘proagon’, sobrepasar, extraviarse, y que de allí nacen las ideologías, sobre el amor, sobre la Iglesia, las ideologías que le quitan a la Iglesia la carne de Cristo. Y añadió que “estas teorías, arruinan a la comunidad, la Iglesia”.

"Los pobres son el tesoro de la Iglesia"

El Santo Padre adviertió que teorizando así sobre el amor, se llega a un Dios sin Cristo, a un Cristo sin Iglesia y a una Iglesia sin pueblo. “Todo en este proceso quita la carne a la Iglesia”. Es por esto que el diácono Lorenzo decía –recordó el Papa– que ‘los pobres son el tesoro de la Iglesia’. ¿Por qué? “Porque son el tesoro en Cristo”.

El Papa concluyó su homilía invitando a no entrar en ese proceso, que quizás seduce a tanta gente, de ‘ideologizar’ este amor, desencarnando a la Iglesia, desencarnando el amor cristiano. Y así no llegar al triste espectáculo de un Dios sin Cristo, de un Cristo sin Iglesia y de una Iglesia sin pueblo”.

Cifras de la asignatura de Religión en los centros públicos asturianos


(Iglesia de Asturias)

En el curso escolar en el que ya se ha implantado la LOMCE al completo en todas las etapas, las cifras de los centros de titularidad pública –exceptuando los centros concertados y y privados– en cuanto a la elección de la asignatura de Religión confirman una tendencia que ya se puso de manifiesto en el curso pasado. Mientras que el porcentaje de los alumnos de Infantil y Primaria que escogen la enseñanza de la Religión disminuye levemente, en Secundaria se produce un aumento de 12 puntos, y en Bachillerato, de seis puntos respecto del año pasado.

Desglosando las cifras, este año en Educación Infantil, un 57% de alumnos de los centros públicos asturianos ha elegido la asignatura de Religión, mientras que el año pasado lo hacía el 58%. En Primaria, el 62% de los alumnos cursan la asignatura, cuando el año pasado fue el 64%. En Secundaria la cifra resultante de este curso es el 52%, mientras que el año pasado fue el 40% de los alumnos los que eligieron voluntariamente estudiar la asignatura de Religión. Y en Bachillerato, ha sido el 19% de los alumnos los que han elegido la enseñanza de la Religión frente al 13% del año pasado.

Pilar Hernández, Delegada episcopal de Enseñanza, afirma que “Los cambios sociales son la realidad y la explicación de las cifras de Infantil y Primaria, que ya vienen descendiendo lentamente desde hace años. No es que sea un cambio significativo respecto del curso pasado, por lo que podemos pensar que estamos tocando suelo”. Especialmente llamativo es, para Pilar Hernández, el aumento de jóvenes que eligen Religión en Secundaria y Bachillerato, lo cual, “es un dato muy esperanzador”, precisamente en el curso en el que se ha terminado de aplicar la LOMCE, que no ha sido precisamente favorecedora para la asignatura. “Estas cifras vienen a demostrar que cuando la asignatura se elige en igualdad, los alumnos responden. Porque así como en Infantil y Primaria son los padres los que eligen la asignatura, en Secundaria y Bachillerato, aunque la familia tenga cierto peso, son los jóvenes los que deciden cursarla”, asegura la Delegada. 

Estas cifras se refieren exclusivamente a los centros de titularidad públicos, es decir, no corresponden a la totalidad del alumnado asturiano, donde una parte cursa sus estudios en centros concertados, laicos y religiosos, en los que, especialmente en los religiosos, la cifra de los alumnos que eligen Religión se aproxima habitualmente al 100%.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Nota Informativa

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PARROQUIA:
Como ya anunciamos el año pasado sobre la DEUDA de la Parroquia por la reconstrucción del templo, ésta se renegoció buscando al tiempo nuevas formas de  financiación con particulares y con el propio Arzobispado (principal avalista) pero conviene recordar que la misma NO HA DESAPARECIDO, aclarando, no obstante, que desde las gestiones llevadas a cabo, la misma se ha reducido considerablemente y  hemos neutralizado la acuciante presión bancaria, ello pese a que salvo contadas y honrosísimas excepciones, LA GENTE HA DEJADO DE COLABORAR. La deuda se mantiene flexibilizada con el Arzobispado y asciende a la fecha  a 42.148,95€.
Saldo Ordinario (por Donativos, Colectas y “Servicios”): 1.856,41

CEMENTERIO PARROQUIAL:

CUENTA CEMENTERIO (Banco Popular): 0075 0882 17 0600242226
Todos los ingresos correspondientes a las cuotas de mantenimiento se realizarán en la cuenta reseñada, solicitando, a ser posible, que los pagos se realicen en los meses de Octubre y Noviembre de cada año para poder hacer así cálculos presupuestarios conforme a las necesidades que se vayan presentando, en función de la disponibilidad y liquidez. Quien no pueda en esas fechas, puede igualmente hacerlo en otras en el año.
Seguimos confeccionando (y actualizando “al día”) una base informatizada de datos “Excel”, dimanante de las antiguas matrices de recibos de cobro en mano, del propio archivo de datos del Cementerio Parroquial y del registro de pagos de la cuenta bancaria de referencia, a fin de crear un sistema administrativo más eficaz para el control sobre los pagos, adjudicatarios y titulares de nichos y/ó sujetos de derecho, que también sirva en el futuro.

RECORDAMOS, así mismo, que el impago de la cuota puede dar lugar a la revocación del título del “Derecho de Uso” (quien abandona la obligación que conlleva un derecho, abandona también el derecho) y, en todo caso, no se atenderá ningún “servicio”, ni por la Funeraria San Mateo (encargada del Cementerio) ni por la Parroquia, que no esté al corriente de pago. Igualmente, TODAS LAS OBRAS que se realicen en los nichos o en su entorno han de contar con el PERMISO ESCRITO DE LA PARROQUIA, titular y única administradora (por medio del Párroco) del Cementerio y sus nichos, y, la concesión de dicho permiso quedará siempre condicionada al cumplimiento del criterio estético que recoge la normativa eclesiástica vigente y que se reseña al reverso de los “Títulos o Escrituras”, así como ACREDITAR INDEFECTIBLEMENTE el propio derecho para intervenir sobre los nichos.

*Aquellos que hayan perdido el título o no se les haya expedido nunca, o tengan alguna dificultad o duda para acreditar la titularidad de los nichos, pueden acudir al Párroco, que dentro de la normativa y si es posible, tratará de resolverlo realizando la gestión que proceda.
Despacho de 6 a 7 de Martes a Viernes (en Lugones) Tfs. 985 26 04 14 ; 659 31 33 53
(YA SE HAN LEGALIZADO CON TOTAL NORMALIDAD NUMEROSAS SITUACIONES IRREGULARES)

-SALDO ANTERIOR (01/11/2015): 5.539,35€
-INGRESOS POR CUOTAS Y SERVICIOS: 5.027,10€
-GASTOS: 7.590,00€:
*Reparaciones de zonas comunes en el año 1.965,00€
*Mantenimientos, limpiezas y gastos generales 1.655,00€
*Compensaciones por retrocesiones de nichos y reparación y alicatado de éstos para nueva disposición 3.970,00€
-SALDO A LA FECHA: 2.976,45

-FUNERARIA SAN MATEO, Concesionaria de Servicios en el Cementerio (985 27 79 99) exigirá siempre para cualquier intervención en los nichos el Título o “Escritura” del “Derecho de Uso” y estar al corriente de pago de las cuotas del 2.005 en adelante, así como el PERMISO DE OBRAS si se pretende hacer arreglos o actuar sobre los nichos.