“Ser párroco de La Fresneda es de lo mejor que me ha podido tocar en la vida sacerdotal, son personas muy cualificadas en todos los órdenes de la vida humana”
(Jorge Fernández/ elperiódicodelafresneda.es)
José Luis Fernández Polvorosa (Sta. Cruz de Llanera, 1932), es sin duda uno de los personajes emblemáticos de la urbanización en la que lleva 24 años como párroco. Persona sencilla, rigurosa y exigente consigo mismo, un placer haber charlado con él.
Háblenos de su trayectoria como párroco.
Fui ordenado sacerdote el 7 de abril de 1962 en la parroquia de Sabugo, Avilés. El 31 de julio de ese mismo año coadjutor de San Julián de Somió en Gijón, allí estuve cinco años y el párroco me nombró encargado de la juventud; luego me nombraron párroco de tres parroquias de montaña de Cangas del Narcea, llamadas San Pedro de Bimeda, San Acisclo de Piñera y San Vicente de Villategil.
Duros los comienzos, ¿no?
Sí, tenía que subir andando a los 123 pueblos de montaña, cuando me trasladaron a Cabañaquinta y Pelúgano dejé solamente dos pueblos sin comunicar, en los otros habíamos hecho unas pistas y ya se podía bajar y subir con el coche. Se arreglaron los cementerios, los templos, se llevó la luz, fue mi etapa de sacerdote social.
¿Cómo era su día a día por aquel entonces?
Organizaba las parroquias con consejos parroquiales y pastorales, organizaba catequesis de niños y jóvenes, formación de adultos, retiros, etc.
¿Cuándo le destinaron a La Fresneda?
En 1991 me trasladaron a las parroquias de Santa María de Viella y San Cosme de Bobes, para empezar la formación de la nueva parroquia de La fresneda.
Por lo que lleva unos cuántos años aquí, ¿verdad?
24 años, ya que me presentaron el 15 de septiembre de 1991.
¿Y cómo fueron sus comienzos en La Fresneda?
Duros pero esperanzadores, la verdad que no sabía por dónde empezar, ya que no tenía ni solar ni conocía a nadie, ni tenía un local para poder convocar a los fieles que quisieran colaborar en los fundamentos de una comunidad de fe.
¿Y cómo lo hizo?
Desde las misas que celebraba en Viella avisé a todos los que iban desde La Fresneda para poder vernos, reunirnos y comenzar a caminar juntos; enseguida nos reunimos varios fieles, se formó la junta de obras, se movieron mucho y bien, encontramos ayudas en Los Álamos y a los dos meses teníamos un módulo metálico donde nos encontrábamos muy a gusto, con una capacidad para unas cien personas; a los siete años ya teníamos la inauguración del nuevo y actual templo de Santa María de La Fresneda.
Gran evolución de la urbanización…
En estos 24 años he notado una gran evolución de la población de La Fresneda, al principio apenas se veían personas mayores, todo eran matrimonios jóvenes; luego fueron llegando personas mayores, se produjo un aumento de matrimonios jóvenes que veían La Fresneda como lugar ideal para vivir por los amplios espacios de los hogares, por las zonas verdes y la tranquilidad del poco tráfico que permitía que sus hijos jugaran en las calles; luego se fue dotando a La Fresneda de Centro de Salud, Centro escolar y de todos los servicios, se fundó la agrupación de mayores, la asociación de vecinos… es un lugar ideal para vivir en la naturaleza, con la ventaja de estar a pocos minutos de los centros de trabajo.
¿Qué parroquias lleva en estos momentos?
Además de Santa María de La Fresneda, llevo San Cosme de Bobes y San Miguel de la Barreda.
La crisis ha golpeado muy fuerte, me imagino que habrán sido muchas las familias que han recurrido a usted…
La crisis la he notado ya a finales del 2007, las colectas de la misa son un reflejo muy fiel de cómo están las cosas. Unos años más y otros menos, pero todos los años se reciben diferentes familias de las diferentes parroquias a las que sirvo, unas con recibos de la luz, otras con alimentos, otras con ropa, recibos de ayuntamiento, libros, personas al paro… Las personas de Cáritas lo hacen muy bien dentro de las posibilidades que tienen.
¿De qué modo la parroquia ayuda a estas familias más desamparadas?
Las señoras de Cáritas parroquial acogen, lo mejor que pueden y saben, a los que acuden a la parroquia en busca de ayuda, que siempre salen con esa ayuda que necesitan, orientación y acompañamiento en su situación semana a semana o mes a mes.
Por cierto, el otro día le vi paseando en chándal…
Sí, es cierto, cuando veo que puedo me pongo el chándal y me voy a caminar una hora, pero son muy pocas veces, porque tengo muy poco tiempo.
Eso le iba a preguntar, si llevando tres parroquias le queda a usted algo de tiempo libre…
Lo primero es atender a los que acuden en busca de una solución, que este servidor les pueda prestar; soy feliz atendiendo a los hermanos, suelo acostarme a las 12 o 1 de la mañana y me levanto a las 7 o 7,30.
Es buena la gente de La Fresneda, ¿verdad?
Por supuesto, de lo mejor que me ha podido tocar en la vida sacerdotal, son personas muy cualificadas en todos los órdenes de la vida humana, profesional, de respeto, de personalidad, de solidaridad, es una población muy joven, muy activa e implicada en los problemas de la población.
Y la juventud, ¿acude la juventud a la parroquia?
La juventud es maravillosa, alegre, comprometida, con grandes valores, respetuosa, sincera, aprendo mucho con ella en nuestras reuniones y asiste a la parroquia, a las diferentes reuniones; cada año se confirman aquí entre 10 y 20 jóvenes, asisten a misa, unos con sus padres, otros solos, en definitiva saben estar. Tenemos un proyecto para los jóvenes, un nuevo plan pastoral dirigido a ellos y que llevaremos entre 5 o 6 personas.
La Fresneda, gran población infantil, familias numerosas… ¿Esto le agrada a usted, verdad?
Por supuesto que sí, la abundancia de niños y niñas, cuando los ves acudir al colegio por la mañana es una gozada, una esperanza-realidad; las familias numerosas son bastantes y es de un gozo inmenso verlas en la Eucaristía, un banco lleno por familia, esto es alegría y esperanza para una población joven como es La Fresneda, esto es vida.
Usted es una persona muy dinámica, ¿algún proyecto entre manos?
Tenemos a la vista convocar una asamblea parroquial con libre participación para evaluar el pasado, el presente y cómo podemos darle más futuro, más participación a los fieles, ya la tienen los que han querido comprometerse en su día, no excluyo nunca a nadie, tener días de retiro, de potenciar más el coro, de actividades parroquiales donde vivamos más el trato, conocernos, querernos, ayudarnos a ser más felices y hacer felices a los demás… Crear vida ascendente, tenemos un consejo parroquial que es el que da vida a las diversas actividades de los fieles.
¿Un mensaje a los vecinos de La Fresneda?
Pues sí, que todos esos valores tan grandes que tienen, que los usen para el bien de los demás, que no tengan miedo de darse al servicio de los vecinos con cariño y alegría, porque la cosecha será muy abundante, que sean personas de fe en Dios y en sus propias posibilidades.
¿Para finalizar?
Dar las gracias a Dios por estar rodeado de personas tan amables, y a todos, empezando por mi amigo Jorge y siguiendo por todos los que echan una mano para que esta población sea feliz y esperanzada.
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