sábado, 9 de septiembre de 2017

Regresar, con ilusión, a la casa de la Madre

(Iglesia de Asturias) El 8 de septiembre de 1918 fueron coronadas canónicamente las imágenes de la Virgen de Covadonga y del Niño Jesús que porta en brazos. El entonces Obispo de Oviedo, Mons. Javier Baztán y Urniza, había solicitado esta gracia al Papa Benedicto XV, así como la concesión de un Jubileo extraordinario, que también se celebró, entre los meses de marzo y octubre de ese año. Un año en el que, además, se conmemoraba el duodécimo centenario de la batalla de Covadonga. El Pontífice, en aquel momento, reconoció de esta manera la fama y la expansión de la devoción a la Santina de Covadonga por todo el mundo, como ya se había hecho con la Virgen del Pilar, coronada canónicamente unos años antes, en 1905, para conmemorar el cincuentenario del dogma de la Inmaculada Concepción.

Al acto, que fue presidido por el Cardenal Arzobispo de Toledo, el asturiano Mons. Victoriano Guisasola y Menéndez, acudieron los reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, representantes del Gobierno de España y de las autoridades locales. Durante un año, el pueblo asturiano se movilizó para recoger donativos, algo que se consiguió con creces, con la ayuda, también, de muchas otras personas de fuera de Asturias.

Para conmemorar este singular momento de la historia de la diócesis de Oviedo, cien años más tarde, el Papa Francisco ha concedido un Año Jubilar para Covadonga que tendrá como lema “Madre y Reina”, y que dará comienzo mañana, 8 de septiembre, fiesta de Nuestra Señora de Covadonga. Como es tradicional, tendrá lugar una eucaristía en la Basílica, a las 12 del mediodía, y en esta ocasión especial estará presidida por el Cardenal Arzobispo de Valladolid, Mons. Ricardo Blázquez. Junto al Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, también estarán presentes otros obispos de diferentes diócesis españolas como Bilbao, Lugo, León, Santander o Mondoñedo-Ferrol.

El pasado martes tuvo lugar, en la sede del Arzobispado, en Oviedo, la presentación ante los medios de comunicación del Año Jubilar mariano. En el acto comparecieron ante la prensa el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, el Abad de Covadonga, Adolfo Mariño, y el diseñador del Logo y el Cartel para este Año Jubilar, Javier Bueno. En el transcurso del mismo, el Arzobispo de Oviedo quiso recordar que Covadonga es, para “todos nosotros, las gentes de Asturias, un lugar especial en cuanto a su ubicación natural, pues el Valle del Auseva es de una belleza sin igual”. “Aún recuerdo –afirmó– las palabras de san Juan Pablo II en su visita a Covadonga, en 1989. En aquel momento él, que a esas alturas ya había recorrido casi todo el mundo, decía que conocía tres lugares particularmente bellos, y uno de ellos lo situó en Covadonga”. “Pero esa belleza natural –continuó– se compagina con una historia que tiene comienzo en aquel valle, una historia a la que, a través de los siglos nosotros pertenecemos, una historia identitaria para Asturias y para todo lo que nació en ese punto de encuentro”. Y finalmente, afirmó que “Covadonga es también para la comunidad cristiana, un referente, porque allí tenemos el alma y el corazón donde palpita nuestra esperanza”. 

La diócesis, a lo largo de todo este Año Jubilar, desarrollará un cronograma de actividades a nivel pastoral y religioso, pero también cultural, pues “con motivo de esta efeméride, Covadonga se presta a tener una reflexión sobre la historia, el arte y la cultura en general”, recordó Mons. Jesús Sanz, y finalmente, a nivel social, pues “a esa casa, en forma de cueva, acuden muchas personas y no todas lo hacen con una sonrisa, a dar gracias, sino que acuden también muchas personas llevando su penuria, con lágrimas en los ojos, pidiendo gracia para salir adelante en un mal momento”, recordó el Arzobispo. Por ello, durante el Año Jubilar se irán reuniendo donativos que finalmente se entregarán a quien Cáritas Asturias considere más oportuno, “pues ellos son los que conocen y acompañan día a día a tantas personas con necesidad”. 

En su intervención, el Abad de Covadonga, Adolfo Mariño, explicó que el Año Jubilar cuenta con un programa cuyo referente se centra en el Plan Pastoral diocesano vigente: La ciudad se llenó de alegría. “Habrá celebraciones eucarísticas –dijo– cuidaremos especialmente el Sacramento de la Penitencia, y tanto las Delegaciones diocesanas, como los arciprestazgos o las comunidades parroquiales, este año, mirarán a Covadonga, como Covadonga mirará la vida real y pastoral de la diócesis”. Entre otras actividades el Abad destacó el concierto de una Misa inédita de la Virgen de Covadonga, que el Arzobispo de Oviedo describió como “bellísima”, y que se estrenará antes de finalizar el año en varios puntos de la geografía asturiana. El Ciclo de Órgano –que va por su décima edición–, junto con Mesas Redondas; la participación de la Escolanía y su intercambio con las Escolanías de otros Santuarios españoles; un ciclo de “Conversaciones en Covadonga” o un “Congreso mariológico” son algunas de las actividades que están programadas para este Jubileo, y que se irán anunciando a lo largo del año.

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