jueves, 2 de marzo de 2017
Escuela Concertada: "Si algo funciona, ¿por qué eliminarlo?"
Escribe Elena Figaredo, Interventora-Tesorera de las Administraciones locales
(Iglesia de Asturias) Ya han pasado cuatro años. Cuatro años de tranquilidad que ven su fin cuando una marcha de paraguas rojos trata de invadir las calles tras una pancarta que reza: “Ni subvenciones a la privada, ni recortes a la pública”.
Sí, estoy hablando de los conciertos escolares. De una parte de nuestros impuestos que el gobierno de turno reparte discrecionalmente jugando con el derecho a la libertad de educación que garantiza a los padres la posibilidad de escoger dónde, y por lo tanto cómo, queremos educar a nuestros hijos. Se está tratando de acabar tácitamente con el derecho constitucional de libertad que tenemos a elegir el centro educativo que cumpla nuestras expectativas como padres, en cuanto a la educación de nuestros hijos.
No estamos hablando de subvenciones a la educación concertada, estamos hablando de un sistema educativo dual, en que la educación concertada no es subsidiaria a la educación pública. Estamos ante un sistema complementario que implica que, si sobran plazas en uno de los dos sistemas, habrá que redimensionar el que tiene excedente de plazas.
Los detractores de este sistema de conciertos no pueden alegar ningún motivo contra el mismo más que ideológicos y laborales. Ideológico de tratar de adoctrinar a la sociedad del futuro, y el laboral en defensa de sus derechos como trabajadores. Ya que tanto económica como educativamente las cifras ponen en ventaja a la educación concertada sobre la pública.
El mantenimiento o ampliación del régimen de los conciertos educativos, hace posible a toda la población el acceso a colegios a los que, de otra forma, sería imposible acceder. Por tanto, es una fórmula social integradora y homogeneizadora. Es una fórmula altamente demandada, ya que de las 675 plazas que se ofertaron el curso pasado se cubrieron todas, e incluso hubo lista de espera. Yo me pregunto: ¿si algo funciona, por qué eliminarlo? ¿No sería más razonable mejorar lo que falla y volverlo competitivo?
La educación es un pilar fundamental del ser humano. Es el vehículo idóneo para formar la personalidad y promover las capacidades individuales. También, es el vehículo para transmitir y renovar la cultura, fomentar la convivencia y el respeto a las diferencias individuales, y capacita a los sujetos para que aporten a la sociedad lo mejor de sí mismos, todo ello con el objetivo de lograr una sociedad más próspera, libre y cohesionada. Además, la educación es el modo idóneo para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica, que resulta imprescindible para la construcción de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Por ese motivo, una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos.
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