martes, 7 de febrero de 2017
El Seminario Redemptoris Mater: formación y misión
(Iglesia de Asturias) Hace poco más de cuatro años, se erigió en la diócesis el Seminario diocesano Redemptoris Mater –institución vinculada al Camino Neocatecumenal– coincidiendo con la festividad de san Melchor de Quirós, asturiano y misionero. Un dato, este último, importante en el caso del nuevo Seminario, que se caracteriza principalmente por ese carácter de envío hacia el mundo entero.
Sus primeros ocupantes se alojaron durante dos años en familias, hasta que se instalaron definitivamente en la que, hasta el momento, había sido Casa de Espiritualidad de Meres (Siero). Un amplio edificio con capacidad para veinte habitaciones dobles, rodeado de verde, en un ambiente tranquilo y acogedor.
Su presencia en la diócesis fue solicitada por propio Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, quien acudió a los iniciadores del Camino Neocatecumenal para pedir la presencia de un Seminario en Asturias. De esta manera, desde hace casi cinco años, como en otras muchas diócesis españolas, contamos con dos Seminarios diocesanos.
Al igual que sucede con el Metropolitano, los sacerdotes que se ordenen en el Redemptoris Mater deben obediencia al ordinario del lugar, en este caso el Arzobispo de Oviedo. La diferencia estriba principalmente en que los presbíteros que se ordenen en el Redemptoris Mater serán enviados a las misiones, es decir cualquier parte del mundo, especialmente aquellos lugares donde haya una mayor necesidad, siempre y cuando el obispo lo permita.
El actual Rector del Redemptoris Mater en Oviedo, el sacerdote Eloy Pascual Arias, señala que “en uno de los escritos del Concilio Vaticano II se dice que el presbítero tenga en el corazón a todas las Iglesias, no sólo la suya local, sino todas. Y hacen falta presbíteros que se ofrezcan a ir a todos los lados”. Aún así, los primeros años de los sacerdotes del Redemptoris Mater ordenados en la diócesis serán para la propia diócesis. “Entre dos y cinco años”, afirma el Rector, que destaca que “después se van a cualquier país del mundo, si el obispo lo permite, porque puede suceder que pida que se queden aquí, pues les necesita”.
Los jóvenes que se encuentran actualmente en el Redemptoris Mater conviven diariamente con los del Seminario Metropolitano. Su horario se centra en la oración, las clases, los estudios y la convivencia. “Nos levantamos sobre las siete de la mañana –explica el joven Juan Pedro Fernández Herrera, seminarista de Santander–. Rezamos laudes, desayunamos y nos vamos a las clases, en Prado Picón. Allí pasamos la mañana, y al finalizar, rezamos la hora intermedia y regresamos para comer. La tarde está dedicada al estudio, celebramos la eucaristía y rezamos Vísperas”.
Sus fines de semana están más repartidos. Los sábados, además del “zafarrancho de limpieza”, hay tiempo para un partido de fútbol y para pasar las tardes con una comunidad: “El Camino es un catecumenado que vivimos por etapas –explica el Rector, Eloy Pascual–. Es una gradualidad en la fe, y cada seminarista tiene su comunidad, que está compuesta por unas 25 ó 30 personas, de gente mayor, más joven, matrimonios, etc. de todo tipo. Normalmente se reúnen un día entre semana, para hacer la celebración de la Palabra, y los sábados celebran también juntos la eucaristía, por la tarde. Aunque los seminaristas tienen sus comunidades de origen, al llegar aquí procuramos insertarles en una comunidad que más o menos esté a la misma altura que la suya propia”. Los domingos, además, los jóvenes parten, tras el rezo de Laudes, de dos en dos, a diferentes parroquias de la diócesis para ayudar a los sacerdotes.
Actualmente son 12 los seminaristas del Redemptoris Mater de Oviedo. Su procedencia es muy variada: hay tres de Costa Rica, uno de El Salvador, otro de Perú, dos procedentes de Colombia, y tres españoles, concretamente de Santander, Barbate (Cádiz) y Oviedo. Junto a ellos, al Rector y al Vicerrector, conviven un matrimonio cordobés, que voluntariamente se ha ofrecido a ayudar en las tareas del mantenimiento de la casa, la cocina y la lavandería, una labor que realizan también con la ayuda de Toñi Sánchez, célibe y también voluntaria, que lleva en la casa desde sus inicios.
La explicación de la variedad de nacionalidades en el Seminario Redemptoris Mater está en el peculiar método de selección de sus habitantes: “en un encuentro que tiene lugar en Italia, cada verano, los jóvenes que han manifestado su vocación y su disponibilidad misionera recogen por sorteo su destino”, explica el Rector. “Sale un papel con su nombre, y otro papel con su Seminario, y les preguntan ¿Aceptas ir a Taiwán? (por ejemplo) y si aceptan, allí van destinados”. Por este mismo motivo, hay tres jóvenes asturianos que llevan años fuera de España, uno, como seminarista en Marsella (Francia), otro, ya ordenado sacerdote, es el Vicerrector del Seminario Redemptoris Mater de Costa de Marfil, y otro es sacerdote también en India.
El destino donde uno va a realizar sus estudios no es lo único que eligen por sorteo. También, cuando se va a erigir un nuevo Seminario, el que será su Rector saca de una bolsa una reliquia de un santo al azar, bajo el cual estará el Seminario encomendado a su protección. En el caso del Seminario Redemptoris Mater San Melchor de Quirós, la reliquia que el Rector extrajo pertenece a San Timoteo, cuya fiesta se celebra precisamente hoy.
Es la peculiaridad de estos Seminarios: la misión. Junto al obligatorio período de formación, que en este caso se hace junto al Seminario Metropolitano, los jóvenes del Redemptoris Mater tienen un período de misión, alrededor de dos años, que tiene lugar antes, después o en medio de sus estudios, siempre en función de las preferencias o la situación personal de cada uno. Por ello, desde el momento en que ingresan en el Seminario, hasta el momento en que se ordenen, pueden pasar fácilmente 8 años. “Ellos viven la misión como un regalo –yo mismo lo vivo así y estoy deseando marcharme de misión– explica, porque vuelven siempre muy contentos y con muchas ganas de servir al Señor”.
Mientras tanto, el día a día transcurre con sencillez, pues, como afirma el propio Rector, “estamos en economía de guerra: vivimos de las donaciones que nos hace la gente. Por nuestros estatutos –explica– nos mantenemos nosotros mismos, para no cargar a la diócesis con más gastos. Todo lo que hay en esta casa es de la diócesis, y salimos adelante gracias a la ayuda de las comunidades neocatecumenales, las familias de los seminaristas o donativos privados de gente de Iglesia”. Por ello, en su página web www.srmoviedo.es se especifica la manera de colaborar con el sostenimiento del centro.
La Catedral de Oviedo acogerá con probabilidad este año la primera ordenación de un diácono procedente de este Seminario.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario