Este fin de semana Manos Unidas celebrará la Campaña contra el Hambre, la colecta anual que organiza esta Asociación de la Iglesia católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo del Tercer Mundo. Nacida en 1960 en el seno de la Acción Católica femenina, su principal objetivo fue desde sus comienzos terminar con la lacra del hambre en el mundo. 58 años más tarde, Manos Unidas sigue denunciando que, a pesar de que se produce lo suficiente para alimentar a casi el doble de la población mundial actual, sigue habiendo 800 millones de personas que pasan hambre.
Por este motivo, desde el año 2016 y hasta el 2018 Manos Unidas se encuentra inmersa en un Trienio de Lucha contra el Hambre cuyo principal objetivo es disminuir el hambre en el mundo y reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables del planeta. El cartel que han publicado para la Campaña de este año, recuerda que un tercio de los alimentos que se producen terminan en la basura, por lo que es necesario el compromiso personal de las personas. No es necesario más comida, sino que las personas se comprometan con un modelo global de producción y consumo sostenibles.
Por este motivo, desde el año 2016 y hasta el 2018 Manos Unidas se encuentra inmersa en un Trienio de Lucha contra el Hambre cuyo principal objetivo es disminuir el hambre en el mundo y reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables del planeta. El cartel que han publicado para la Campaña de este año, recuerda que un tercio de los alimentos que se producen terminan en la basura, por lo que es necesario el compromiso personal de las personas. No es necesario más comida, sino que las personas se comprometan con un modelo global de producción y consumo sostenibles.
En Asturias, Manos Unidas cuenta con una larga historia de voluntariado a favor de los más pobres y excluidos del mundo.
Actualmente son 420 los voluntarios que se encuentran implicados en esta labor, repartidos tanto en la Delegación central de Oviedo, como en Gijón, Avilés y numerosos pueblos de la diócesis. De estos últimos hay localidades especialmente activas, como por ejemplo Villaviciosa, La Felguera, Pravia y toda la costa de Occidente. Mientras tanto, la Delegación de Oviedo es un auténtico polvorín de actividad. “Aquí trabajamos de manera continua –señala M.ª Elvira García Castañeda, Delegada diocesana de Manos Unidas–. Alrededor de 38 voluntarios nos dividimos en diferentes departamentos, como el servicio educativo, la secretaría, el departamento económico, de socios, y de propaganda, y entre todos organizamos la labor, que siempre es más intensa, claro está, en estas épocas de campaña”.
El método de Manos Unidas se centra en proyectos. Proyectos que se proponen desde el terreno, en los países en desarrollo, y que tras un estudio se aprueban o se descartan desde las oficinas centrales de Madrid. Una vez allí, se configura un libro con todos ellos, y cada delegación diocesana elige aquellos que considera que podrá hacer frente. En Asturias el año pasado se escogieron 8 proyectos, y finalmente llegaron a financiarse 19, gracias a la recaudación, que ascendió a 443.744,2 euros. ¿Por qué se duplicaron? M.ª Elvira, la delegada diocesana, señala que escogen los proyectos “en función del número de socios que tenemos, es decir, personas que periódicamente donan una cantidad. Gracias a ellos tenemos un dinero seguro que nos ayuda a orientarnos para saber cuántos podemos cubrir. Sin embargo, gracias a la colaboración más puntual de los colegios, las parroquias, asociaciones y empresas, que se vuelcan en momentos como esta Campaña contra el Hambre, podemos duplicar más adelante la cifra de proyectos que financiamos desde Asturias”. Una circunstancia que desde Manos Unidas confían en que pueda repetirse este año, donde de nuevo cuentan con 9 proyectos para financiar, en su mayoría organizados por arciprestazgos.
La educación es la base fundamental de la mayor parte de los proyectos que se apoyan desde Manos Unidas. “Los misioneros siempre recuerdan que en sus países falta de todo, pero que la gente necesita educación para defenderse y salir adelante”, afirma la delegada diocesana de Manos Unidas. “Por eso –dice– la mayoría de los proyectos que apoyamos tienen que ver con la educación, pero la sanidad, por supuesto, también está muy presente, con la financiación de dispensarios, hospitales, o maternidades. Las cooperativas para trabajar la tierra también son necesarias, y son frecuentes también los proyectos de promoción de la mujer”.
El éxito y la credibilidad de Manos Unidas se ha forjado a través de estos casi 60 años de historia. Es una de las ONG con mayor número de voluntarios, comenzando por su presidenta, y la transparencia y la comunicación se cuidan al detalle, con dos auditorías anuales en la sede central. Los misioneros, sobre el terreno, se encargan por su parte de ser testigos y altavoces de su labor a favor de los más necesitados.
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