lunes, 31 de octubre de 2016
Repasando el Catecismo (XXVI)
La presencia de Cristo por el poder de su Palabra y del Espíritu Santo
1373 "Cristo Jesús que murió, resucitó, que está a la derecha de Dios e intercede por nosotros" (Rm 8,34), está presente de múltiples maneras en su Iglesia (cf LG 48): en su Palabra, en la oración de su Iglesia, "allí donde dos o tres estén reunidos en mi nombre" (Mt18,20), en los pobres, los enfermos, los presos (Mt 25,31-46), en los sacramentos de los que Él es autor, en el sacrificio de la misa y en la persona del ministro. Pero, "sobre todo, (está presente) bajo las especies eucarísticas" (SC 7).
1374 El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos y hace de ella "como la perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los sacramentos" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 73, a. 3). En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están "contenidosverdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero" (Concilio de Trento: DS 1651). «Esta presencia se denomina "real", no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen "reales", sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente» (MF 39).
1375 Mediante la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y Sangre, Cristo se hace presente en este sacramento. Los Padres de la Iglesia afirmaron con fuerza la fe de la Iglesia en la eficacia de la Palabra de Cristo y de la acción del Espíritu Santo para obrar esta conversión. Así, san Juan Crisóstomo declara que:
«No es el hombre quien hace que las cosas ofrecidas se conviertan en Cuerpo y Sangre de Cristo, sino Cristo mismo que fue crucificado por nosotros. El sacerdote, figura de Cristo, pronuncia estas palabras, pero su eficacia y su gracia provienen de Dios. Esto es mi Cuerpo, dice. Esta palabra transforma las cosas ofrecidas (De proditione Iudae homilia 1, 6).
Y san Ambrosio dice respecto a esta conversión:
«Estemos bien persuadidos de que esto no es lo que la naturaleza ha producido, sino lo que la bendición ha consagrado, y de que la fuerza de la bendición supera a la de la naturaleza, porque por la bendición la naturaleza misma resulta cambiada» (De mysteriis 9, 50). «La palabra de Cristo, que pudo hacer de la nada lo que no existía, ¿no podría cambiar las cosas existentes en lo que no eran todavía? Porque no es menos dar a las cosas su naturaleza primera que cambiársela» (Ibíd., 9,50.52).
1376 El Concilio de Trento resume la fe católica cuando afirma: "Porque Cristo, nuestro Redentor, dijo que lo que ofrecía bajo la especie de pan era verdaderamente su Cuerpo, se ha mantenido siempre en la Iglesia esta convicción, que declara de nuevo el Santo Concilio: por la consagración del pan y del vino se opera la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre; la Iglesia católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambiotransubstanciación" (DS 1642).
1377 La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo que subsistan las especies eucarísticas. Cristo está todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo (cf Concilio de Trento: DS 1641).
1378 El culto de la Eucaristía. En la liturgia de la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo bajo las especies de pan y de vino, entre otras maneras, arrodillándonos o inclinándonos profundamente en señal de adoración al Señor. "La Iglesia católica ha dado y continua dando este culto de adoración que se debe al sacramento de la Eucaristía no solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración: conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, llevándolas en procesión en medio de la alegría del pueblo" (MF 56).
1379 El sagrario (tabernáculo) estaba primeramente destinado a guardar dignamente la Eucaristía para que pudiera ser llevada a los enfermos y ausentes fuera de la misa. Por la profundización de la fe en la presencia real de Cristo en su Eucaristía, la Iglesia tomó conciencia del sentido de la adoración silenciosa del Señor presente bajo las especies eucarísticas. Por eso, el sagrario debe estar colocado en un lugar particularmente digno de la iglesia; debe estar construido de tal forma que subraye y manifieste la verdad de la presencia real de Cristo en el santísimo sacramento.
1380 Es grandemente admirable que Cristo haya querido hacerse presente en su Iglesia de esta singular manera. Puesto que Cristo iba a dejar a los suyos bajo su forma visible, quiso darnos su presencia sacramental; puesto que iba a ofrecerse en la cruz por muestra salvación, quiso que tuviéramos el memorial del amor con que nos había amado "hasta el fin" (Jn 13,1), hasta el don de su vida. En efecto, en su presencia eucarística permanece misteriosamente en medio de nosotros como quien nos amó y se entregó por nosotros (cf Ga 2,20), y se queda bajo los signos que expresan y comunican este amor:
«La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las faltas graves y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración» (Juan Pablo II, Carta Dominicae Cenae, 3).
1381 «La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en este sacramento, "no se conoce por los sentidos, dice santo Tomás, sino sólo por la fe , la cual se apoya en la autoridad de Dios". Por ello, comentando el texto de san Lucas 22, 19:"Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros", san Cirilo declara: "No te preguntes si esto es verdad, sino acoge más bien con fe las palabras del Salvador, porque Él, que es la Verdad, no miente"» (MF 18; cf. Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 75, a. 1; San Cirilo de Alejandría, Commentarius in Lucam 22, 19):
Adoro Te devote, latens Deitas,
Quae sub his figuris vere latitas:
Tibi se cor meum totum subjicit,
Quia Te contemplans totum deficit.
Visus, gustus, tactus in te fallitur,
Sed auditu solo tuto creditur:
Credo quidquid dixit Dei Filius:
Nil hoc Veritatis verbo verius.
(Adórote devotamente, oculta Deidad,
que bajo estas sagradas especies te ocultas verdaderamente:
A ti mi corazón totalmente se somete,
pues al contemplarte, se siente desfallecer por completo.
La vista, el tacto, el gusto, son aquí falaces;
sólo con el oído se llega a tener fe segura.
Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios,
nada más verdadero que esta palabra de Verdad.) [AHMA 50, 589]
ORACIÓN POR NUESTROS SERES QUERIDOS
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor. Amén.
Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.
Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
"Bembereké: una Iglesia joven y fresca"
Entrevista a David Cueto, diácono, que acaba de regresar de su estancia en Benín. Una experiencia que describe como “una ventana abierta al mundo”
Han sido dos meses en Benín, muy intensos.
Sí, fue llegar de la JMJ de Cracovia, y volver a hacer las maletas al día siguiente, casi. Ha sido una experiencia muy intensa, hay que estar ahí para entenderlo. Cuando me presentan como “misionero”, yo siempre digo que no, que yo he tenido una “experiencia misionera”; se me ha abierto una ventana a un mundo totalmente distinto.
¿Cómo es la misión?
Tiene un internado para alumnos, que como era verano estaba cerrado y no pude conocer. En realidad es básicamente una parroquia, con el funcionamiento habitual de una parroquia: impartir sacramentos, atender a las personas, a las comunidades, hacer visitas, Cáritas, todo eso. Pero, al mismo tiempo, se trata de un concepto de parroquia mucho más amplio de lo que estamos acostumbrados. La parroquia es una extensión muy grande, y está formada por muchas comunidades, que tienen un templo principal, que es el de Bembereké. Luego hay otros pequeños templos, algunos con más entidad, como Gamia, pero todos pertenecen a una misma parroquia.
En la zona en la que se encuentra la misión no hay mayoría católica.
No, en el norte de Benín, donde se encuentra la misión, predomina la religión musulmana. En la zona tenemos nuestra parroquia, un monasterio de franciscanos formado por vocaciones nativas, y las Dominicas de la Anunciata o la Compañía de El Salvador, aunque como parroquia, sólo es la nuestra de Bembereké.
Al mismo tiempo, en este mismo pueblo hay unas seis mezquitas, y en cada núcleo de población, por pequeño que sea, hay una mezquita también.
Por otro lado, está muy presente la religión animista y las costumbres ancestrales de la zona.
¿Cómo vive esa minoría de católicos?
Son una Iglesia joven, y reciben el Evangelio, a Cristo, con muchísimo fervor. Son comunidades muy frescas, muy vivas. Al mismo tiempo, precisamente por esa juventud, no tienen una tradición muy arraigada y ves que algunos se van, practican el animismo, luego vuelven. Eso convive con un gran amor a los Sacramentos, a la Eucaristía. Son un ejemplo brutal de fe, pero al mismo tiempo son aún jóvenes y tienen que ir depurándose.
Los catequistas tienen un sentido y una importancia especial.
Sí, es una auténtica vocación. Es una figura muy interesante allí porque es el pilar de la comunidad. Nada que ver como lo entendemos en España o en Occidente. Las comunidades tienen un presidente, pero son los catequistas los que dinamizan todo, se encargan de cuidar la comunidad y dirigen muchas veces la celebración de la Palabra. Para formarse, tienen que alejarse temporalmente de sus tierras y de su familia. Pero la gente se hace responsable de cuidar ambas, para que pueda recibir esa formación tan necesaria.
Cosa que no será fácil, porque no sobran los recursos.
Ciertamente el entorno de la misión diocesana es muy pobre. Muchas comunidades viven en cabañas de barro con tejado de metal, con muchísimo calor, mal olor, sin nada, expuestos a los insectos. Lo perfecto para enfermar. Te da mucha lástima, es una vida muy dura. Al mismo tiempo te encuentras con una riqueza humana y espiritual que es admirable.
¿Qué aporta esta experiencia a un futuro sacerdote?
Creo que una apertura importante, en el sentido de la pertenencia a una Iglesia Universal. Además, espiritualmente es impactante comprobar cómo son capaces de abrazar el cristianismo en un medio hostil para hacerlo. He sido testigo de conversiones que a mí me parecen un milagro, auténticos testimonios de cómo actúa el Espíritu Santo.
¿Cómo está considerada la Iglesia allí?
Pude comprobarlo tan sólo con la actitud de los niños, que son un tesoro y hay tantos que parece que salen de debajo de las piedras. Nada más llegar ya se me abrazaban y me gritaban ¡Mon Père! Me llamaba mucho la atención porque la verdad, no me conocían. Pero me di cuenta de que, además de su alegría y espontaneidad, ellos demuestran ese cariño por los misioneros que han ido pasando por allí, año tras año. La Iglesia que ha estado allí ha sido siempre fiel y eso tiene sus frutos. La gente los quiere, porque se han sentido queridos. ¿Por qué me quieren a mí si no me conocen? Me quieren porque la Iglesia antes que yo les ha querido y la Iglesia después de mí les querrá.
miércoles, 26 de octubre de 2016
viernes, 14 de octubre de 2016
Oración por la Visita Pastoral
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. ℟. Amén.
domingo, 9 de octubre de 2016
Repasando el Catecismo (XXV)
El memorial sacrificial de Cristo y de su Cuerpo, que es la Iglesia
1362 La Eucaristía es el memorial de la Pascua de Cristo, la actualización y la ofrenda sacramental de su único sacrificio, en la liturgia de la Iglesia que es su Cuerpo. En todas las plegarias eucarísticas encontramos, tras las palabras de la institución, una oración llamadaanámnesis o memorial.
1363 En el sentido empleado por la Sagrada Escritura, el memorial no es solamente el recuerdo de los acontecimientos del pasado, sino la proclamación de las maravillas que Dios ha realizado en favor de los hombres (cf Ex 13,3). En la celebración litúrgica, estos acontecimientos se hacen, en cierta forma, presentes y actuales. De esta manera Israel entiende su liberación de Egipto: cada vez que es celebrada la pascua, los acontecimientos del Éxodo se hacen presentes a la memoria de los creyentes a fin de que conformen su vida a estos acontecimientos.
1364 El memorial recibe un sentido nuevo en el Nuevo Testamento. Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la Pascua de Cristo y ésta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual (cf Hb 7,25-27): «Cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que "Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado" (1Co 5, 7), se realiza la obra de nuestra redención» (LG 3).
1365 Por ser memorial de la Pascua de Cristo, la Eucaristía es también un sacrificio. El carácter sacrificial de la Eucaristía se manifiesta en las palabras mismas de la institución: "Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros" y "Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que será derramada por vosotros" (Lc 22,19-20). En la Eucaristía, Cristo da el mismo cuerpo que por nosotros entregó en la cruz, y la sangre misma que "derramó por muchos [...] para remisión de los pecados" (Mt 26,28).
1366 La Eucaristía es, pues, un sacrificio porque representa (= hace presente) el sacrificio de la cruz, porque es su memorial y aplica su fruto:
«(Cristo), nuestro Dios y Señor [...] se ofreció a Dios Padre [...] una vez por todas, muriendo como intercesor sobre el altar de la cruz, a fin de realizar para ellos (los hombres) la redención eterna. Sin embargo, como su muerte no debía poner fin a su sacerdocio (Hb 7,24.27), en la última Cena, "la noche en que fue entregado" (1 Co 11,23), quiso dejar a la Iglesia, su esposa amada, un sacrificio visible (como lo reclama la naturaleza humana) [...] donde se representara el sacrificio sangriento que iba a realizarse una única vez en la cruz, cuya memoria se perpetuara hasta el fin de los siglos (1 Co 11,23) y cuya virtud saludable se aplicara a la remisión de los pecados que cometemos cada día (Concilio de Trento: DS 1740).
1367 El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio: "La víctima es una y la misma. El mismo el que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes, el que se ofreció a sí mismo en la cruz, y solo es diferente el modo de ofrecer" (Concilio de Trento: DS 1743). "Y puesto que en este divino sacrificio que se realiza en la misa, se contiene e inmola incruentamente el mismo Cristo que en el altar de la cruz "se ofreció a sí mismo una vez de modo cruento"; […] este sacrificio [es] verdaderamente propiciatorio" (Ibíd).
1368 La Eucaristía es igualmente el sacrificio de la Iglesia. La Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, participa en la ofrenda de su Cabeza. Con Él, ella se ofrece totalmente. Se une a su intercesión ante el Padre por todos los hombres. En la Eucaristía, el sacrificio de Cristo se hace también el sacrificio de los miembros de su Cuerpo. La vida de los fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de Cristo y a su total ofrenda, y adquieren así un valor nuevo. El sacrificio de Cristo presente sobre el altar da a todas alas generaciones de cristianos la posibilidad de unirse a su ofrenda.
En las catacumbas, la Iglesia es con frecuencia representada como una mujer en oración, los brazos extendidos en actitud de orante. Como Cristo que extendió los brazos sobre la cruz, por él, con él y en él, la Iglesia se ofrece e intercede por todos los hombres.
1369 Toda la Iglesia se une a la ofrenda y a la intercesión de Cristo. Encargado del ministerio de Pedro en la Iglesia, el Papa es asociado a toda celebración de la Eucaristía en la que es nombrado como signo y servidor de la unidad de la Iglesia universal. El obispo del lugar es siempre responsable de la Eucaristía, incluso cuando es presidida por un presbítero; el nombre del obispo se pronuncia en ella para significar su presidencia de la Iglesia particular en medio del presbiterio y con la asistencia de los diáconos. La comunidad intercede también por todos los ministros que, por ella y con ella, ofrecen el Sacrificio Eucarístico:
«Que sólo sea considerada como legítima la Eucaristía que se hace bajo la presidencia del obispo o de quien él ha señalado para ello» (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Smyrnaeos 8,1).
«Por medio del ministerio de los presbíteros, se realiza a la perfección el sacrificio espiritual de los fieles en unión con el sacrificio de Cristo, único Mediador. Este, en nombre de toda la Iglesia, por manos de los presbíteros, se ofrece incruenta y sacramentalmente en la Eucaristía, hasta que el Señor venga» (PO 2).
1370 A la ofrenda de Cristo se unen no sólo los miembros que están todavía aquí abajo, sino también los que están ya en la gloria del cielo: La Iglesia ofrece el Sacrificio Eucarístico en comunión con la santísima Virgen María y haciendo memoria de ella, así como de todos los santos y santas. En la Eucaristía, la Iglesia, con María, está como al pie de la cruz, unida a la ofrenda y a la intercesión de Cristo.
1371 El Sacrificio Eucarístico es también ofrecido por los fieles difuntos "que han muerto en Cristo y todavía no están plenamente purificados" (Concilio de Trento: DS 1743), para que puedan entrar en la luz y la paz de Cristo:
«Enterrad […] este cuerpo en cualquier parte; no os preocupe más su cuidado; solamente os ruego que, dondequiera que os hallareis, os acordéis de mí ante el altar del Señor» (San Agustín, Confessiones, 9, 11, 27; palabras de santa Mónica, antes de su muerte, dirigidas a san Agustín y a su hermano).
«A continuación oramos (en la anáfora) por los santos padres y obispos difuntos, y en general por todos los que han muerto antes que nosotros, creyendo que será de gran provecho para las almas, en favor de las cuales es ofrecida la súplica, mientras se halla presente la santa y adorable víctima […] Presentando a Dios nuestras súplicas por los que han muerto, aunque fuesen pecadores […], presentamos a Cristo inmolado por nuestros pecados, haciendo propicio para ellos y para nosotros al Dios amigo de los hombres (San Cirilo de Jerusalén,Catecheses mistagogicae 5, 9.10).
1372 San Agustín ha resumido admirablemente esta doctrina que nos impulsa a una participación cada vez más completa en el sacrificio de nuestro Redentor que celebramos en la Eucaristía:
«Esta ciudad plenamente rescatada, es decir, la asamblea y la sociedad de los santos, es ofrecida a Dios como un sacrificio universal […] por el Sumo Sacerdote que, bajo la forma de esclavo, llegó a ofrecerse por nosotros en su pasión, para hacer de nosotros el cuerpo de una tan gran Cabeza […] Tal es el sacrificio de los cristianos: "siendo muchos, no formamos más que un sólo cuerpo en Cristo" (Rm 12,5). Y este sacrificio, la Iglesia no cesa de reproducirlo en el Sacramento del altar bien conocido de los fieles, donde se muestra que en lo que ella ofrece se ofrece a sí misma (San Agustín, De civitate Dei 10, 6).
El Papa nombra cardenal a Carlos Osoro, arzobispo de Madrid
Al término de la misa en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco ha anunciado personalmente el nombramiento de 13 nuevos cardenales entre los que figura el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. El Santo Padre les impondrá la birreta el próximo 19 de noviembre, víspera de la clausura del Año Santo de la Misericordia.
El nuevo cardenal español, de 71 años, ejerció el magisterio antes de incorporarse al seminario para vocaciones adultas en Santander y ser ordenado sacerdote en 1973. Juan Pablo II le nombró obispo de Orense en 1996 y arzobispo de Oviedo en 2002. Siete años más tarde, Benedicto XVI le nombró arzobispo de Valencia en 2009, y Francisco arzobispo de Madrid en 2014. A veces ha bromeado con él llamándole «don Carlos, el peregrino».
Además de la confianza del Papa, el santanderino Carlos Osoro disfruta de la de sus compañeros obispos pues fue elegido vicepresidente de la Conferencia episcopal en 2014 por abrumadora mayoría, completando el equipo Blázquez-Osoro.
El nuevo cardenal tiene miles de amigos con los que mantiene el trato incluso después de cambiar de ciudad. Además de la cercanía y la sencillez, se caracteriza por realzar el papel y la responsabilidad de los laicos, una de las responsabilidades que también ha desarrollado en la conferencia episcopal.
Con la imposición de la birreta, España pasará a tener cuatro cardenales electores. Por orden de mayor edad son: Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona; Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid; Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia; y Carlos Osoro, arzobispo de Madrid. Los cardenales españoles de más de 80 años suman ocho, incluido Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid.
Los nuevos purpurados provienen de 11 naciones de los cinco continentes, confirmando el mensaje de universalidad que el Papa repite con mucha frecuencia.
Entre ellos figuran Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui, la capital de la República Centroafricana, visitada por el Papa en pleno conflicto civil en noviembre del pasado año, y prelados de lugares lejanos como Isla Mauricio o Papúa Nueva Guinea.
Contra todo pronóstico, Estados Unidos contará con tres nuevos cardenales ya que al candidato natural, Blase Cupich, arzobispo de Chicago se suman William Tobin, arzobispo de Indianápolis, y Joseph Farrell, nuevo prefecto del recién creado Departamento de Laicos, Familia y Vida en el Vaticano.
Entre los latinoamericanos hay tres personas muy valiosas: Sergio da Rocha, arzobispo de Brasilia, Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, en la aglomeración urbana de Ciudad de México, y Baltasar Porras, arzobispo de Mérida, Venezuela.
Además de Carlos Osoro, los europeos son Jozef De Kesel, arzobispo de Bruselas, y el italiano Mario Senario, «nuncio apostólico en la amada y martirizada Siria», según las palabras de anuncio del Papa.
Además de los 13 nuevos cardenales electores,el Santo Padre ha nombrado Cardenales sin responsabilidad de gobierno ni participación en el cónclave a tres obispos eméritos de Kuala Lumpur, Lesoto y Novara, Italia, así como al sacerdote albanés Ernest Simoni de la diócesis de Shkodre.
El encuentro («consistorio») para la creación de los nuevos cardenalestendrá lugar el sábado 19 de noviembre. La ceremonia consiste en la promesa de fidelidad, seguida de la imposición de la birreta y el anillo por parte del Papa.
Al día siguiente, los cardenales nuevos y los antiguos concelebrarán la misa con el Santo Padre en la Plaza de San Pedro, en la ceremonia de cierre de la puerta santa y clausura del Año Santo de la Misericordia.
Los mártires de Nembra, beatificados en Oviedo
El cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, ha asegurado hoy que la Iglesia Católica sigue recordando a sus mártires en la Guerra Civil española "no por un sentimiento de venganza" sino porque "matados por odio a la fe, respondieron a sus asesinos con el perdón".
Amato se ha expresado así durante su homilía en la beatificación de los denominados 'mártires de Nembra' celebrado en la Catedral de Oviedo, el primer acto de este tipo que se realiza en Asturias, y con el que la relación de beatos asturianos se eleva a 33 e incorpora, por primera vez, a tres seglares.
La beatificación, seguida por el único descendiente vivo y sus familiares de una de las cuatro personas asesinadas el 21 de octubre de 1936, ha sido concelebrada junto al representante del Papa por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz así como por otros cinco obispos.
El cardenal ha hecho además una semblanza de los cuatro nuevos beatos -Genaro Fueyo Castañón, Antonio González Alonso, Isidro Fernández Cordero y Segundo Alonso González-, cuya causa de martirio se abrió en 1991 impulsada por sus familiares.
Durante la ceremonia, las reliquias de tres de ellos -el cadáver de Antonio González nunca fue localizado- han sido trasladadas en procesión en la Caja de las Ágatas hasta el altar mientras sonaba el himno de los Mártires de Nembra, compuesto para esta celebración.
En el altar de la basílica ovetense se ha descubierto además el cuadro con los retratos de los cuatro nuevos beatos realizado por encargo de la parroquia de San Martín de Turón, donde se exhibe, antes de que el arzobispo de Oviedo recibiera del representante del Papa la denominada Carta Apostólica.
Tras esta ceremonia, a la que han asistido también representantes de la Adoración Nocturna a la que los cuatro beatos pertenecían, la diócesis de Oviedo pasará a tener una fiesta más, la del 21 de octubre, en memoria de los "Mártires de Nembra".
Para el cardenal Amato, la década de los años 30 fue "sacudida por la tormenta ideológica marxista, que provocó innumerables víctimas" en Asturias tanto en el periodo de la Revolución de Octubre de 1934 como en "los cuatrocientos días de zona roja" durante el primer año del conflicto bélico.
En ese periodo, ha afirmado, fue prohibida la enseñanza religiosa en la escuelas públicas "y fue retirado el Crucifijo y se "confiscaron" los inmuebles eclesiásticos además de dictarse leyes "contra la institución familiar" en lo que constituyó "una tiranía feroz a favor del ateísmo social".
"La finalidad de la persecución era la anulación de la Iglesia Católica, exterminando a sacerdotes, religiosos y fieles y profanando, quemando y destruyendo todo", ha añadido Amato, que ha calificado de "espantoso" el balance final en España con la muerte de 13 obispos, 6.838 religiosos "y decenas de miles de laicos, asesinados sólo por su condición de católicos practicantes".
A su juicio, ochenta años después "las heridas se están cicatrizando poco a poco" y la tragedia "se aleja más y más, haciéndose cada vez menos visible" por lo que se ha preguntado por qué no se cancela "esa página negra de la historia española" y por qué la Iglesia sigue evocando aquella "matanza de inocentes".
"Contra el riesgo real de la desaparición de aquel suceso sangriento, la Iglesia reclama, no por un sentimiento de venganza y de odio hacia los perseguidores de entonces sino por un justo deseo de recuerdo. Si se olvida el pasado, estamos condenados a repetirlo", ha añadido.
Según Amato, los beatificados hoy -un sacerdote, dos mineros y un estudiante de Magisterio- murieron "por odio a la fe, respondieron a sus asesinos con el perdón, convirtiéndose así en héroes de auténtica humanidad y vencedores inermes de una diabólica y ciega violencia".
sábado, 1 de octubre de 2016
Repasando el Catecismo (XXIV)
La acción de gracias y la alabanza al Padre
1359 La Eucaristía, sacramento de nuestra salvación realizada por Cristo en la cruz, es también un sacrificio de alabanza en acción de gracias por la obra de la creación. En el Sacrificio Eucarístico, toda la creación amada por Dios es presentada al Padre a través de la muerte y resurrección de Cristo. Por Cristo, la Iglesia puede ofrecer el sacrificio de alabanza en acción de gracias por todo lo que Dios ha hecho de bueno, de bello y de justo en la creación y en la humanidad.
1360 La Eucaristía es un sacrificio de acción de gracias al Padre, una bendición por la cual la Iglesia expresa su reconocimiento a Dios por todos sus beneficios, por todo lo que ha realizado mediante la creación, la redención y la santificación. "Eucaristía" significa, ante todo, acción de gracias.
1361 La Eucaristía es también el sacrificio de alabanza por medio del cual la Iglesia canta la gloria de Dios en nombre de toda la creación. Este sacrificio de alabanza sólo es posible a través de Cristo: Él une los fieles a su persona, a su alabanza y a su intercesión, de manera que el sacrificio de alabanza al Padre es ofrecido por Cristo y con Cristo para ser aceptado en él.
El Papa llega a Georgia y pide evitar que las divergencias acaben en guerras
(Zenit) El Papa permanecerá en Georgia hasta el domingo por la mañana, cuando pondrá rumbo a Azerbaiyán y se quedará hasta esa misma tarde. Se realiza así este fin de semana, la segunda etapa del viaje al Cáucaso, que inició en junio con su visita a Armenia.
A su llegada el aeropuerto de Tbilisi, el Pontífice ha sido recibido por el presidente de la nación, Giorgi Margvelashvili, y del patriarca de toda Georgia, Elías II. Tras escuchar los himnos y los saludos de las delegaciones, el Santo Padre se ha dirigido al Palacio Presidencial, donde ha tenido un breve encuentro privado con el presidente. Y a continuación ha tenido lugar el primer discurso del viaje, a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático.
De este modo, en su discurso, el Santo Padre ha subrayado que «cualquier distinción de carácter étnico, lingüístico, político o religioso», en vez de ser usados como pretexto para transformar las divergencias en conflictos y los conflictos en interminables tragedias, «puede y debe ser para todos fuente de enriquecimiento recíproco en favor del bien común». Esto requiere –ha aseverado– que cada uno ponga plenamente a disposición las propias capacidades, teniendo ante todo la posibilidad de vivir en paz en su tierra o de regresar libremente si, por cualquier motivo, fue obligado a abandonarla.
En un discurso muy significativo, teniendo en cuenta los conflictos de la zona, pero sin hacer referencia explícita a ello, el Santo Padre ha pedido a los responsables públicos que «continúen preocupándose por la situación de estas personas, afanándose en la búsqueda de soluciones concretas más allá de las cuestiones políticas no resueltas». Del mismo modo ha subrayado que se requieren altas miras y valor para «reconocer el bien auténtico de los pueblos y perseguirlo con determinación y prudencia». Es indispensable «tener siempre presente los sufrimientos de las personas para continuar con convicción el camino, paciente y laborioso pero apasionante y liberador, de la construcción de la paz».
Por otro lado, el Santo Padre ha definido Georgia como «lugar de encuentro e intercambio vital entre culturas y civilizaciones», que ha encontrado en el cristianismo, desde la predicación de Santa Nino al inicio del siglo IV, «su más profunda identidad y el fundamento seguro de sus valores».
Igualmente ha precisado que la historia multisecular de Georgia «manifiesta la raigambre en los valores expresados por su cultura, por su lengua y por sus tradiciones», incluyendo al país plenamente y de modo profundo y peculiar en el ámbito de la civilización europea. Al mismo tiempo, por su posición geográfica, «es casi un puente natural entre Europa y Asia», «una bisagra que facilita las comunicaciones y las relaciones entre los pueblos».
Al recordar que han pasado 25 años desde la proclamación de la independencia de Georgia, ha observado que durante este periodo, renovando su libertad plena, «ha construido y consolidado sus instituciones democráticas y ha buscado los caminos para garantizar un desarrollo lo más incluyente y auténtico posible». Por eso el Santo Padre ha deseado que «el camino de paz y desarrollo» prosiga con el «compromiso solidario de todos los miembros de la sociedad», para así crear las «condiciones de estabilidad, equidad y respeto a las leyes» que favorezcan el crecimiento e aumenten las oportunidades para todos.
Este progreso autentico y duradero –ha subrayado– tiene como condición preliminar indispensable el pacífico entendimiento entre todos los pueblos y los Estados de la región. Y ha precisado que esto exige que «crezcan sentimientos de mutua estima y consideración», los cuales «no pueden descuidar el respeto de las prerrogativas soberanas de cada uno de los países en el marco del derecho internacional».
Asimismo, ha explicado que para abrir rutas que conduzcan a una paz duradera y a una verdadera colaboración, hay que tener en cuenta que «los principios relevantes para una ecuánime y estable relación entre los Estados están al servicio de la concreta, ordenada y pacífica convivencia entre las naciones».
Al respecto, ha advertido que en muchos lugares de la tierra, parece prevalecer una lógica que hace difícil mantener las legítimas diferencias y controversias «en un ámbito de confrontación y diálogo civil, donde prevalezca la razón, la moderación y la responsabilidad.» Esto es tanto más necesario «en el momento histórico actual», en el que no faltan también extremismos violentos que «manipulan y distorsionan principios de naturaleza civil y religiosa» para subordinarlos a oscuros diseños de dominio y de muerte.
Finalmente, ha asegurado que la Iglesia católica «comparte las alegrías y las preocupaciones del pueblo de Georgia» y «tiene la intención de ofrecer su contribución al bienestar y a la paz de las naciones, colaborando activamente con las autoridades y la sociedad civil». Asimismo ha deseado que continúe favoreciendo al crecimiento de la sociedad georgiana, «gracias al testimonio común de las tradiciones cristianas que nos unen», «en su esfuerzo en favor de los más necesitados» y «mediante un renovado y creciente dialogo con la antigua Iglesia Ortodoxa Georgiana y las otras comunidades religiosas del país».
"Sé la misericordia de Dios": nueva campaña de AIN
Escribe el Delegado de Ayuda Necesitada en Asturias, José María Fernández
El pasado 17 de junio la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada presentó la campaña internacional: “Sé la misericordia de Dios”.
Esta campaña, que va del 17 de junio al 4 de octubre, ha surgido a iniciativa del Papa Francisco quien ha invitado a todos los hombres de buena voluntad a realizar obras de caridad duraderas a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
La pastoral penitenciaria, los centros de rehabilitación o la ayuda a los refugiados son algunos de los proyectos que están siendo apoyados en esta campaña. La iniciativa se lleva a cabo en cada una de las 22 oficinas de esta fundación en el mundo y concluirá en Roma el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, cuando se le presenten al Papa los primeros “frutos” de la campaña.
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha aprobado nuevos proyectos para continuar su ayuda en los próximos meses a las familias más necesitadas en varias ciudades de Siria, especialmente en Alepo, que se está desangrando, y que después de más de cinco años de conflicto se enfrentan a todo tipo de sufrimientos. Viven entre el miedo y la ansiedad por el futuro.
Apoyo a familias de desplazados internos preferentemente a aquellas familias que tienen niños y a las personas mayores, ya que son los más vulnerables, ayudándoles a pagar los alquileres. Ayudas para la compra de leche y pañales para 650 bebés menores de dos años en Tartús y otros lugares de la diócesis de Latakia.
Junto a la petición de aumento de la ayuda, los padres nos han enviado un mensaje de gratitud en el que nos dicen que sienten “que no han sido abandonados por Dios pues Ayuda a la Iglesia Necesitada es la imagen visible del Dios invisible”,
También en Sudán del Sur Ayuda a la Iglesia Necesitada está presente. El país más joven del mundo, vive hoy una cruenta guerra civil cuyas cifras de muerte y destrucción están sólo por detrás del conflicto de Siria.
En el Seminario Mayor de San José, Diócesis de Tombura-Yambio: comen sólo una vez al día, no tienen ni comedor ni cocina, comen en el suelo con las manos. Estudian sin luz, carecen de agua corriente. Son 67 seminaristas y tres sacerdotes.
Gracias a la generosidad de 18.278 benefactores y de 85 voluntarios, el año pasado pudimos sufragar 700 proyectos de los 6.200 aprobados. Gracias por asistir a los eventos (exposiciones, conferencias, testimonios, vigilias de oración…) Gracias por abrir las puertas de las parroquias, colegios, instituciones…a la realidad de los cristianos perseguidos, necesitados y tantas veces olvidados. En nombre de Ayuda a la Iglesia Necesitada, gracias por el apoyo recibido en y desde Asturias.www.semisericordia.org
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