Los responsables de la actividad cultural de la catedral observaban que, en muchas ocasiones, cuando una familia acudía a hacer la visita turística, los niños al poco tiempo perdían interés u optaban por llevar ellos la audioguía general que está adaptada como información para adultos. De esa circunstancia nació la idea de personalizar la información del recorrido pensando en el público infantil, sin duda, uno de los más exigentes.
Las sesiones que cada año se organizan con los hijos de los abonados de la catedral sirvieron como taller para comenzar a perfilar el futuro Mateo. Quince niños probaron actividades, opinaron sobre qué cosas les gustaban y ayudaron a acotar, por las inquietudes que mostraban, también la edad adecuada para poder disfrutar de la visita tal y como se estaba planteando. En este sentido se decidió que sería de los ocho a los doce años.
Como no podía ser de otra manera este grupo de niños fue el que acudió a la primera visita organizada con este nuevo guía. Se sintieron muy orgullosos de su participación y, sobre todo, dieron su aprobación para que Mateo comenzase su labor y andadura en la catedral.
Cuando un turista llega a la catedral, para hacer la visita de 45 minutos se le entrega una audioguía y un mapa en el que con números se indican los puntos de interés. Este mismo sistema es el que se ha empleado con el folleto, en tamaño A-3, que se entrega a los niños y que permite que todos vayan haciendo el recorrido al mismo tiempo.
Mateo ha dado muchas gratas sorpresas desde su llegada a la catedral. Ha servido como nuevo aliciente para las visitas escolares en las que los profesores, que se han mostrado muy contentos con la actividad, distribuyen a los alumnos por grupos cada uno de ellos con un Mateo.
En las visitas individuales también han aparecido resultados inesperados: muchos niños que llegan solos con su familia se unen a otros que también están haciendo la visita y juntos hacen equipo para resolver los distintos retos de la gymkana. Además con la ventaja de que al estar organizada siguiendo la visita para adultos no corren el riesgo de despistarse. Los padres han agradecido también esta idea, incluso se han animado a superar ellos mismos algunas de las pruebas que se proponen.
En definitiva, una manera de conocer la Catedral de Oviedo que ha traído nuevas posibilidades para despertar el interés de unos niños que dentro de unos años tendrán como anécdota que la primera vez que visitaron la catedral Mateo fue su guía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario